«Sólo quiero registrar su muerte y darle cristiana sepultura»
Petra Tena, habÃa sido fusilada el 23 de marzo de 1939 en Villanueva de la Serena (Extremadura) junto a su hermana Tomasa, cuya muerte sà está documentada
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LEA DEL POZO – Barcelona – 14/12/2009 21:03
Tina Merino Tena necesitaba dos testigos. Aportó tres. «Soy católica, apostólica y romana. Si me preguntan la verdad, la diré», dijo una ex monja a Tina cuando ésta le pregunto si irÃa a declarar que su tÃa Petra Tena, habÃa sido fusilada el 23 de marzo de 1939 en Villanueva de la Serena (Extremadura) junto a su hermana Tomasa, cuya muerte sà está documentada.
Otra testigo, antes de ir al juzgado, dijo: «Ay Tina, me está dando diarrea porque pienso que van a ganar y me van a matar». Quiénes, Tina no le preguntó. Respetó el miedo de esa mujer de setenta y tantos cuyo pánico no ha sido aplacado ni por el tiempo ni por la democracia. Al final, aconsejada por sus hijos, la mujer se armó de valor y testificó. En el juzgado, las mujeres afirmaron: «Se oyó decir que habÃan matado a Petra y a una hermana [Tomasa] y luego se comentaba que las habÃan enterrado» en la fosa común de Villanueva de la Serena, donde se cree que hay unos 200 cuerpos.
No fue suficiente. El 3 de septiembre llegó la resolución judicial, «un mazazo» para Tina. La juez denegaba la petición por tres motivos: lo testigos se basaban en rumores, no hay testimonios de la ejecución y hay dudas sobre el parentesco de Petra con Tina a pesar de que ésta hizo constar en la documentación presentada que su partida de nacimiento está en el juzgado de Villanueva de la Serena, de donde, igual que su tÃa, es oriunda. Aún hoy, Tina no da crédito: «Lo único que quiero es registrarla en el Registro Civil y, si es posible, darle cristiana sepultura*».
La historia de Tina no es singular, de hecho, se repite por toda España. Es por ese motivo que las asociaciones en defensa de la memoria histórica están luchando para que se modifique la Ley de Registro Civil, y se faciliten los trámites a quienes deseen registrar el asesinato de sus familiares durante la represión franquista.
La norma actual, explica el abogado Antonio MartÃn, «está pensada para una sociedad normalizada», no para una donde habÃa fusilamientos y juicios sumarÃsimos. De ahà que, según los defensores de la recuperación de la memoria histórica, la Ley de Registro Civil actual no pueda usarse en casos de hace 70 años donde la gente morÃa asesinada por un pelotón. «¡Piden testigos [del fusilamiento]! ¿Quién en el año 39 se iba a las cuatro de la mañana a averiguar quiénes habÃan sido las vÃctimas?», se lamenta MartÃn, que ahora tiene 80 años y se dedica a ayudar a gente como Tina, «que fue muy ingenua y lo hizo toda ella sola», hasta que llegó la resolución y decidió buscar la ayuda de un abogado, MartÃn, que ha recurrido la sentencia.
Rezo por los muertos
Tina, que es profesora de historia en un instituto, llegó a Catalunya con 10 años acompañada de sus padres y su abuela. Bajo tierra extremeña quedaban tres hijos (Petra, Tomasa y Antonio) y un yerno. La abuela de Tina jamás superó tanta muerte, y cada mañana, ante los dos retratos de sus hijos y su yerno, las mismas palabras: «¡Qué pena de hijos que me han matado!». Y asà hasta que perdió la memoria y dejó de ser ella.
«He crecido con estas historias, con estos dos cuadros. ¿Entiendes que todo esto me emocione?», dice Tina, nerviosa, siempre tocando los retratos que, hoy para la sesión de fotos, están encima de la mesa junto a las decenas de papeles del caso que ha ido acumulando entre clase y clase.
Tina dice que está dispuesta a todo, incluso a llegar a «Europa», por eso no entiende cuando la gente le dice: «Tina, es mejor preocuparse de los vivos y no de los muertos». Para ella, registrar el asesinato de su tÃa, recuperar la memoria, es cerrar una herida con la que vivió toda su infancia y cada mañana, en el salón de su casa, se hacÃa más presente cuando se escuchaba: «¡Qué pena de hijos que me han matado!».
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