El escudo constitucional fue clavado ayer sobre el franquista en la antigua sede de la Comandancia Naval de Marina en aplicación de la ley de memoria histórica

 

SARA VÁZQUEZ | A CORUÑA  El escudo franquista dejó ayer de presidir el edificio que hasta el pasado mes de agosto albergaba la sede de la Comandancia Naval de Marina, dependiente de la Armada y del Ministerio de Defensa. En cumplimiento de la ley de memoria histórica, el inmueble está ahora encabezado por el escudo constitucional, aunque éste no ocupa, exactamente, el lugar del anterior. El antiguo escudo no ha sido retirado, sino cubierto por el nuevo, que ha sido clavado delante.

La ocultación del escudo de la dictadura con el reconocido por la Constitución se lleva a cabo días después la retirada de uno de los símbolos franquistas más emblemáticos de la ciudad: la estatua de Millán Astray. La talla que solía habitar la plaza del mismo nombre fue llevada a unos talleres de A Grela, donde permanece, a espera de una decisión sobre su futura ubicación. Para su traslado, el Ayuntamiento aprovechó la ocasión del comienzo de unas obras en la plaza.

El Gobierno local ha manifestado que la elección de un nuevo emplazamiento para la escultura no está entre sus prioridades, aunque el alcalde, Javier Losada, ha dicho que contempla como opción más probable su reubicación en el Museo Militar.

La Comandancia Naval de Marina abandonó el pasado 14 de agosto de modo oficial las funciones que desempeñaba desde hacía dos siglos, que fueron derivadas al Mando de Acción Marítima de Ferrol, lo cual fue motivo de críticas al Gobierno local por parte de la oposición. Además de motivar la reprobación de los líderes del Partido Popular y de Unión Coruñesa, Carlos Negreira y Carlos Marcos, respectivamente, el cierre de la sede del organismo coruñés fue censurado antes de hacerse efectivo por el presidente de la Cámara de Comercio, José Antonio Quiroga y Piñeyro, que lamentó la «rebaja de categoría» para A Coruña que implicaría la inexistencia en un futuro de la Comandancia Naval de Marina. Entre los argumentos aducidos para reclamar la continuidad del organismo en la ciudad, los más críticos incidieron en que su desaparición conllevaría el desvío de gran parte del tráfico naval que habitualmente recalaba en los muelles de A Coruña.

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