Desde IU esperan que el Obispado aplique la misma voluntad y criterios en el resto de la provincia

 

(Albacete, 1 de febrero de 2010). Desde IU se ha querido trasladar a la opinión pública y a la ciudadanía albaceteña su satisfacción al comprobar que han sido retiradas las placas con inscripciones franquistas que había en la fachada de la catedral de Albacete. Consideran que “es un nuevo paso para hacer de nuestra ciudad un municipio donde se cumple con la ley de memoria histórica y donde se repara un agravio histórico hacia los que fueron derrotados en la guerra civil cuyos hijos y familiares no seguirán viendo como todavía se rendía culto y reconocimiento a los que provocaron el golpe de Estado para acabar con el régimen legítimo de la 2ª República Española”, comentó Rosario Gualda, concejala de IU en el Ayuntamiento de Albacete.

Ha recordado la concejala de IU que ha sido su grupo político el que en reiteradas ocasiones se había interesado por este asunto desde siempre pero fundamentalmente desde la aprobación en el año 2007 de la Ley de Memoria Histórica (ley 52/2007, de 27 de diciembre) que en su artículo 15 referido a los Símbolos y Monumentos Públicos, dice que “las Administraciones Públicas tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas”.

Por su parte, desde la Ejecutiva provincial de IU su portavoz Ángel Luis Castellano ha coincidido con Gualda en valorar la retirada de las placas con las inscripciones “Caídos por Dios y por España“ “José Antonio” y “Presentes”. Ha hecho también un llamamiento al obispado de la diócesis de Albacete para que se tomen medidas similares en otros municipios donde aún perduran placas y monumentos que rinden homenaje a la sublevación militar franquista o que se trata de placas con los nombres de personas “caídos por Dios y por España” en clara simbiosis del poder político y religioso que resultó vencedor en la guerra civil de principios del siglo pasado.

Así, Castellano ha puesto el ejemplo de El Ballestero, donde a pesar del acuerdo plenario del verano pasado solicitando al obispado la retirada de una placa que sigue permaneciendo, sin que hasta la fecha se conozca iniciativa alguna por parte de la autoridad eclesiástica.

 

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