Exhumados en Aibar los cadáveres de cuatro fusilados en la Guerra Civil
Se trata de tres vecinos de Cáseda y uno de Sangüesa pertenecientes en su dÃa a UGT o las Juventudes Socialistas
Â
N/EFE . PAMPLONA . Viernes, 9 de abril de 2010
Los cuerpos se buscaron ya a finales de los 70, pero no se hallaron al estar enterrados a más de dos metros de profundidad
Los cuerpos de cuatro vecinos de Cáseda y Sangüesa fusilados en la Guerra Civil fueron exhumados ayer en Aibar. A instancias del ayuntamiento de la localidad, y bajo el amparo de la Ley de Memoria Histórica estatal, durante los últimos dÃas se procedió a excavar el lugar donde se sabÃa que habÃan sido enterrados los cadáveres. Se encontraban a dos metros bajo tierra, y ya habÃan sido buscados a finales de los 70.
Según indicaron fuentes del consistorio aibarés, el sangüesino era Gregorio Oroz Buey, de 40 años, obrero y afiliado a la UGT. Los vecinos de Cáseda, por su parte: Blas Dolorea Baztán, de 24 años, labrador y miembro de las Juventudes Socialistas; Segundo Dolorea MartÃnez, labrador de 41 y sin afiliación reconocida; y José Oneca Benedit, jornalero y afiliado a UGT.
Todos fueron fusilados el 3 de septiembre de 1936 en las inmediaciones de donde han sido hallados ahora. En concreto, a un kilómetro del casco urbano de Aibar, junto a la carretera NA-534 que lleva a Lumbier, en el paraje denominado Fuente del Garrero.
Los trabajos arqueológicos han corrido a cargo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, supervisados por PrÃncipe de Viana y acompañados por la presencia de un médico forense. Arrancaron el martes, y concluyeron ayer a mediodÃa con la exhumación. Ahora, los huesos se han enviado a un laboratorio de San Sebastián para someterlos a un estudio antropológico y de identificación.
Según trascendió, lo normal según exhumaciones anteriores es que los restos humanos se encuentren a unos 50 o 60 cm de profundidad. «Aquà estaban más abajo, a unos 2 metros, porque en esta zona se movió tierra por las obras de la carretera, y por corrimientos naturales ocasionados por la lluvia», indicó el edil de Cultura de Aibar, Josu Pérez de Iriarte Pérez, presente ayer en la exhumación.
El alcalde, José Manuel MartÃnez Aldunate (independiente), afirmó por su parte que «después de treinta años convencidos de que los cuerpos tenÃan que estar en este lugar se ha contado con la ayuda de un zahorà que recorrió la zona hasta indicar el punto donde efectivamente estaban». «El Ayuntamiento de Aibar tenÃa con ellos una deuda histórica. Nos alegramos mucho del resultado», agregó.
Familiares y representantes
A la exhumación asistieron ayer varios familiares de los fusilados asà como vecinos de Aibar y Cáseda. Hubo representantes del consistorio aibarés, pero no del casedano, que según Aibar «habÃa sido convocado». Tampoco asistieron miembros del PSN o la UGT, organizaciones a las que pertenecÃan los fusilados. Esto fue criticado por el grupo parlamentario de NaBai, que cifró en más de 3.200 las personas asesinadas en Navarra aquellos años.
Presidió el acto una bandera republicana y un ramo de flores en cuya cinta se leÃa la palabra «dignidad». El alcalde de Aibar señaló que se trataba de un acto de «homenaje» a quienes fueron asesinados «por defender la justicia y la libertad», y criticó que ahora se pueda sentar en el banquillo al juez Garzón «por intentar arrojar luz sobre aquellos crÃmenes».