Rojo tuvo una «relación difÃcil» con la URSS
El manuscrito inédito del general desvela su escepticismo ante la llegada del bolchevismo a España después de la Guerra Civil
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PAULA CORROTO MADRID 21/05/201
El general Vicente Rojo (Valencia, 1894- Madrid, 1966) no era comunista. Era un militar católico. Es más, jamás pensó que España caerÃa en el bolchevismo con la República, como entonces insistieron el ejército rebelde, y Francia e Inglaterra para negar su ayuda tras el estallido de la Guerra Civil al Gobierno legÃtimo. Sin embargo, fue un hombre leal a la República y reconoce en sus manuscritos que las fuerzas soviéticas eran necesarias para la victoria, sin que eso supusiera una entrega polÃtica e ideológica del paÃs al comunismo.
Esta es una de las tesis que aparece en sus escritos sobre la guerra, hasta ahora inéditos, publicados por RBA (Historia de la Guerra Civil española). «Fue una relación difÃcil. Los rusos llegaron con mucha soberbia y hubo incidentes en los que Rojo se vio envuelto. Sin embargo, coincidió con los comunistas en un mismo discurso de nación», cuenta Jorge MartÃnez Reverte, autor del prólogo del libro y descubridor, junto a Mario MartÃnez, del manuscrito en el Archivo Histórico Militar de Madrid.
Otro de los mitos es el de que la guerra ya estaba casi iniciada en 1934. «Rojo señala su sorpresa por el alzamiento. Nunca lo previó y le sorprende que haya algunos amigos envueltos», comenta Reverte.
En la recuperación se sostiene también que no todo el ejército de la República estaba lleno de golpistas. Es más, hubo una gran mayorÃa, como Rojo, Menéndez o Matallana, que desde el principio permanecieron leales. Esta decisión fue la que, según MartÃnez Reverte, «hizo que el golpe de Estado derivara en una guerra que duró tres años».
Adiós al mito de la milicia
Rojo desmiente asà el mito romántico de las milicias comunistas. «Fueron importantes, pero sin la labor de resistencia de los altos mandos, no se hubiera aguantado tanto. La República tenÃa una ejército plenamente democrático que creÃa en ella», indica Reverte, quien manifiesta que, tras la guerra, estas fuerzas «fueron aniquiladas por el franquismo. También sucumbieron ante la visión idealista de la milicia».
Rojo explica en su manuscrito el conocido «plan P» para ganar la guerra. Este consistÃa en una gran ofensiva desde AndalucÃa a Catalunya. Pronto vio que no habÃa recursos. Su propuesta desesperada fue atacar a Alemania para provocar una gran guerra europea. Como Juan NegrÃn, pensaba que un conflicto bélico a gran escala podrÃa acabar con la masacre española. Fue Manuel Azaña quien le impidió poner en marcha esta estrategia: «Era una locura, pero él siempre buscó la victoria», afirma Reverte.
El manuscrito finaliza en 1938. Hasta esa fecha su visión era optimista. «Él siempre pensó en que iban a ganar. Madrid resistÃa a pesar del abandono del Gobierno. Todo se acabó cuando cayó el norte», remacha Reverte.
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