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Calvo Sotelo, Rajoy y la Guerra Civil

José Jaume. Diariodemallorca.es, | 16 junio 2010

«Para que lo entiendan: es como si ahora, la policía fuera a buscar al líder de la oposición Mariano Rajoy a su domicilio y lo asesinaran»

 

JOSÉ JAUME

«Para que lo entiendan: es como si ahora, la policía fuera a buscar al líder de la oposición Mariano Rajoy a su domicilio y lo asesinaran». Lo dijo el presentador de un programa de televisión, que alardea de histórico, al hablar del asesinato de José Calvo Sotelo, en julio de 1936, pocos días antes de que el Golpe de Estado militar desembocase en la Guerra Civil. Los que acompañaban al presentador, Alfonso Arteseros, eran Eduardo García Serrano, que ha sido denunciado por llamar «puerca», «zorra» y «guarra», a la consejera de Sanidad del Gobierno catalán, y el antiguo terrorista de los GRAPO, Pío Moa, hoy reconvertido en el entusiasta historiador de cabecera de la extrema derecha, tenido por la versión hispana de David Irving, quien es conocido en toda Europa por sustentar la tesis de que Hitler jamás ordenó el holocausto judío.

El programa de Arteseros, España en la memoria, que se emite los domingos, prepara una serie de capítulos sobre la Guerra Civil. Es recomendable seguirlo para conocer la clase de ideología que en él se destila; también sirve para constatar cómo un sector en absoluto despreciable de la derecha española, sigue sin desengancharse del franquismo; además, ofrece una visión de lo que fue la Guerra Civil muy semejante, idéntica, a la suministrada durante la Dictadura, lo que quiere decir que se sigue presentando, en lo esencial, como «la cruzada» contra la subversión roja dispuesta a liquidar España, sosteniendo, de entrada, la especie de que la República fue borrada del mapa por el Frente Popular y no por la sublevación militar de los generales Mola, Sanjurjo, Franco, Godet…

Arteseros, meses atrás, entrevistaba en España en la memoria al ex ministro del general Franco, José Utrera Molina, dando una imagen del mismo no de lo que fue: uno de los integrantes de la extrema derecha de la extrema derecha franquista (fíjense dónde se situaba que Carlos Arias, el primer ministro de Franco, prescindió de sus servicios), sino la de un caballero español al que se le niegan hoy los múltiples valores y méritos que atesora su ejemplar biografía.

No hay que despachar restándole importancia lo que se hace desde España en la memoria: sumado al constante ensalzamiento de los militares sublevados en 1936 y de la posterior Dictadura del general Franco, se martillea la deslegitimación de la legalidad constitucional por la vía de considerar, con trazos de sal muy gruesa, sistemáticamente ilícitas y moralmente perversas y disolventes la mayoría de las iniciativas del Gobierno, al tiempo que se ensalzan las instituciones castrenses, su liturgia y determinadas tradiciones arraigadas durante el franquismo estableciendo un nexo de unión con los tiempos de la Dictadura. El propósito es evidente: la Constitución de 1978 no supuso una ruptura con lo que fue el franquismo y, por extensión, se deja caer que mucho de lo que éste contenía era esencialmente positivo. Si se sigue tirando del hilo, ya queda claro qué madeja tenemos en las manos.

España en la memoria ofrece al espectador algunos contenidos que bordean el ridículo cósmico. En otro de sus programas, Arteseros mostraba a los espectadores, con aire intrigante, un viejo televisor, de los de estilo mueble, preguntando si alguien sabía a quién perteneció. La respuesta la daba él mismo a los pocos segundos: era el televisor delante del que pasaba horas el general Franco en sus últimos años de vida; la visión del armatoste, se enmarcaba en el recorrido por el palacio del Pardo, la residencia del dictador.

Todo muy estudiado, pero Arteseros ha cruzado algunos límites infranqueables: establecer una tenebrosa analogía entre José Calvo Sotelo, y las circunstancias que le condujeron a ser despreciablemente asesinado (Pío Moa apuntilló que no podía ser comparado al asesinato del teniente de los Guardias de Asalto, José Castillo, ocurrido un día antes, y atribuyó al socialista Indalecio Prieto la decisión de eliminar al entonces jefe de la oposición conservadora) y Mariano Rajoy, por muy pretendidamente didáctica que fuera, es meterte en terrenos de arenas movedizas, de los que te adentras y vete a saber cómo sales, si es que puedes.

http://www.diariodemallorca.es/opinion/2010/06/16/calvo-sotelo-rajoy-guerra-civil/579298.html