El consistorio de Toulouse traerá a Zaragoza su visión del exilio español
El ayuntamiento galo presentará una muestra sobre la colonia republicana
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13/06/2010 MARTA FRANCO
El homenaje a los inmigrantes figuraba ya en el programa del alcalde Cohen.
Llegaron hace décadas al sur de Francia huyendo de la Guerra Civil y de un régimen polÃtico que les condenaba y rehicieron allà su vida. Cientos de españoles exiliados durante el franquismo y sus descendientes pueblan en la actualidad Toulouse y sus alrededores. El ayuntamiento de esta ciudad francesa impulsa ahora con entusiasmo su memoria y el reconocimiento de lo que aportaron a la zona. Entre otras actuaciones, el consistorio ha organizado una exposición que repasa la historia y la vida de esta colonia que llegó a convertir la localidad en la capital del exilio republicano en el paÃs.
La muestra llegará a Zaragoza en julio, dentro del programa de actos de la Semana de Toulouse. Ya pasó por el CÃrculo de Bellas Artes de Madrid a principios de este año y por la propia ciudad francesa en mayo del 2009. «La nueva corporación, con el alcalde, Pierre Cohen, a la cabeza, ha querido rendir un homenaje a los republicanos españoles», explica la concejala Olga González-Tricheux. Hasta su propia área en el consistorio, Relaciones Internacionales Hispanoparlantes, deja claro el interés del ayuntamiento por este ámbito. Ella misma es hija de exiliados procedentes de municipios de Toledo y Girona, y no es la única. Los apellidos de varios de los ediles revelan su origen, tal y como destaca esta responsable.
Los datos que maneja el ayuntamiento indican que el 10% de la población actual de Toulouse procede de las personas que se instalaron en la zona en el exilio –muchos de ellos aragoneses–, una cifra sin duda llamativa. Tal vez por ello, el actual equipo de gobierno les incluyó expresamente ya en su programa electoral. La exposición que llegará a Zaragoza en julio es solo un gesto más dentro de una cadena de homenajes. El 27 de junio del 2009, el consistorio bautizó un muelle del rÃo Garona como quai de l´exil républicain espagnol (muelle del exilio republicano español) en homenaje, según sus palabras, «a todos esos hombres, mujeres y niños que, huyendo del régimen franquista, encontraron refugio en la ciudad rosa –como se conoce a la localidad–«. A la cita asistieron, entre otros, Marcelino Iglesias y Alfonso Guerra.
OTRAS PROPUESTAS De esta puesta en valor de la memoria de este colectivo nace también el festival Toulouse l´Espagnole, que tendrá lugar el 26 de junio en este mismo emplazamiento y que se articula en torno a la memoria histórica y el diálogo con la España actual a través de actos gratuitos al aire libre. Y hay más. A principios de este año, el convento de Les Jacobins presentó un centenar de obras representativas del arte del exilio español, con trabajos de dos generaciones: la de los creadores que se instalaron en la zona huyendo del régimen franquista y la de sus descendientes.
A ello se suman otras iniciativas, como la creación de un «recorrido de memoria» en la ciudad, que recoge y señala los lugares más representativos de la actividad social y polÃtica de esta colonia, algunos ya desaparecidos. AsÃ, por ejemplo, se puede pasar por el número 69 de la calle Pargaminières –donde se celebraron dos históricos congresos socialistas en 1946 y 1948–, por los números 69 y 71 de la calle Taur –donde una placa recuerda el tiempo en el que albergaban las sedes del PSOE y de UGT–, o por la plaza del Capitolio, donde en 1946 el Ayuntamiento de Toulouse recibió oficialmente a José Giral, presidente del Gobierno republicano en el exilio.
«Las personas que vinieron aquà trabajaron por el desarrollo económico de la ciudad –añade González-Tricheux–. Llegaron intelectuales, artistas y polÃticos que huÃan del régimen, y también personas que salÃan del paÃs por necesidades económicas». Los protagonistas, con su vida hecha en Francia, agradecen los gestos del consistorio, pero recuerdan que en la época no todo fue un camino de rosas. Camelia GÃas, vicepresidenta de la Casa de Aragón en Toulouse –el único centro de la comunidad en Europa junto a la de Bruselas y la de Andorra– se lo dijo asà al alcalde durante su campaña electoral. «Ahora todo está bien, pero en su momento también tuvimos que oÃr que los españoles venÃan a comerse el pan de los franceses. Pero ese pan, bien lo trabajaron y bien se lo ganaron, con las labores más duras». Son las luces y las sombras de un periodo trágico y convulso. Sus herederos en el sur de Francia quieren impedir que caiga en el olvido.
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