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La Justicia sigue tildando de rebelde a Miguel Hernández

Público, | 7 julio 2010

La familia del poeta recurre al Supremo con nuevas pruebas de su inocencia

 

DIEGO BARCALA MADRID 07/07/2010

La gente debe saber que la cultura no está siempre por encima de la política». María José, la nieta del poeta Miguel Hernández, de 31 años, echa de menos un reconocimiento a la labor política de su abuelo además de la literaria. Por este motivo presentará hoy, junto a su madre, un recurso ante el Tribunal Supremo para anular la condena a muerte que acusa al autor de rojo, rebelde, chivato y, según las últimas pruebas obtenidas por la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, hasta de ladrón.

Un reciente hallazgo documental del periodista alicantino, Enrique Cerdán Tato, ha empujado a la viuda del único hijo que Hernández tuvo con Josefina Manresa, Lucía Izquierdo, a impulsar el recurso judicial. Un juez de Orihuela abrió en 1939 un proceso contra el poeta simultáneo al que le acabó condenando a muerte en Madrid. En la instrucción, el secretario de la Jefatura Provincial de la Milicia de Falange en Valencia, Juan Bellod Salmerón, testifica en favor de su amigo preso.

El sumario en el que aparece ese documento es la nueva prueba en la que la familia basa su recurso. Con la presentación de nuevas pruebas esperan obtener del Supremo una sentencia distinta al portazo que recibieron las familias de Salvador Puig Antich o Julián Grimau. «La diferencia es que nosotros sí adjuntamos nuevas pruebas, por tanto, el juez no puede decir que la revisión es una mera cuestión valorativa», explica Carlos Candela, asesor judicial de la comisión y la familia.

«Su compañero del alma»

«No puedo entender que todavía pesen sobre él esos delitos. Incluso en el nuevo sumario se le acusó de expoliar el monasterio de Santa María de la Cabeza para regalar obras de arte a sus amigos. No podemos consentir que esa sentencia se imponga sobre su memoria», explica Izquierdo. La nuera del poeta, líder de sus descendientes, destaca el «temor» con el que siempre vivieron su suegra Josefina y su marido Miguel. «Era su compañero del alma y se lo arrebataron. Hasta en el 23-F aparecieron octavillas amenazantes en el buzón», ejemplifica.

Izquierdo regenta un estanco de lotería en Elche y a diferencia de otros descendientes de poetas universales no vive en la abundancia. «Puede que alguien piense que no nos falte de nada, pero mi marido que murió hace 26 años, no tuvo un padre y mi hija, por ejemplo, no tiene a su abuelo. Eso sí que no lo tenemos», advierte. Lucía todavía recuerda cómo su suegra Josefina se tuvo que ganar la vida cosiendo con el estigma que los franquistas pusieron a su marido.

El odio que el autor de El Rayo que no cesa recibió de sus paisanos de Orihuela fue su tumba. En 1939 salió libre de la prisión de Madrid al no estar procesado y, pese al peligro evidente, volvió a Cox donde estaba su amada Josefina y su hijo Miguel. «Fue allí sin pensar en el peligro que corría y en cuanto fue visto, acabó detenido. Le encerraron en unas condiciones pésimas, hasta que volvió a ser reclamado por el juez de Madrid. Lo fascinante es que el juez de Orihuela no se inhibió y continuó la instrucción del sumario 4.487 hasta después incluso de que Miguel muriera en Alicante en 1942», explica Cerdán.

El poeta declaró ante el juez alicantino que «no había hecho ningún viaje a Rusia», que era todo «propaganda comunista», y que había salido de la cárcel en Madrid, donde estaba a cargo del Juzgado de Prensa por la influencia de «José María Co-ssío, Rafael Sánchez Mazas y Eugenio Montes». En su declaración confiaba su libertad a la carta exculpatoria de su compañero de servicio militar y entonces líder falangista, Juan Bellod, que explica cómo el poeta le había visitado estando preso de los republicanos. Sin embargo, esta declaración y este testimonio nunca ayudaron a que el caso abierto por el Juzgado Militar de Prensa cambiara su condena a muerte.

«Somos incómodos, sobre todo para los herederos de los que apretaron el gatillo, pero es necesario que la Justicia dicte lo que es justo: inocente», denuncia Lucía Izquierdo que ya avisó de su intención a la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. «Me dio su apoyo», concluye.

http://www.publico.es/espana/326525/justicia/sigue/tildando/rebelde/miguel/hernandez