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El mapa de fosas sitúa 989 víctimas del franquismo en Cantabria

Cantabria Confiencial.com, | 27 septiembre 2010

Más de 150 personas, hombres y mujeres, jalonan las cunetas y los descampados de Cantabria, todavía

 

 

 

El Gobierno de Cantabria, amparado por la Ley de Memoria Histórica, investiga las fosas comunes repletas de represaliados, que jalonan la geografía regional, hasta la fecha se han descubierto cerca de un millar de personas en el mapa de fosas de la región, 989 para ser más exactos. La Ley de la memoria Histórica lo hace posible y el Gobierno regional de Cantabria lo cumple con la ayuda de investigadores y apasionados voluntarios. La memoria histórica sólo puede servir para que todas las personas descansen. Pensar de otro modo, pretender poner a unos muertos por encima de los otros, independientemente del lugar al que dedicaran su placer intelectual, es pretender que la población histórica de un país sea tan cicatera y tan estúpidamente parcial, como aquello que llamaban historia y que nos contaban las profesoras de la extinta Sección Femenina, cuando estudiábamos primaria en los colegios de Santander.

Han pasado décadas, alguna de más, pero los cuerpos sin vida de muchos represaliados continúan sin poder reposar dignamente; lo hacen en cunetas y descampados repartidos por toda la geografía de Cantabria. Gracias al amparo de la Ley de Memoria Histórica a investigadores como Antonio Hontañón y su libro «Recuperados de la memoria» y al actual Gobierno de Cantabria, sabemos algo más y los deudos de aquellos asesinados, pueden comenzar a pensar en dejar descansar en paz a sus antecesores.

Es triste, terrible, escribir sobre estas cuestiones que el acuerdo constitucional dejó dormir demasiado tiempo. Un acuerdo que dió por vencedores a unos y por vencidos a otros, en un intento por no abrir heridas en un tiempo dificil y de transición. En un tiempo en el que todos tuvimos que hacer esfuerzos, aunque unos más que otros. Cinco zonas de Cantabria están siendo estudiadas profusamente para descubrir las fosas comunes en las que fueron enterrados los despojos de quienes no pensaron nunca como «los vencedores» o «los nacionales», como si una persona de izquierdas no pudiese nunca alcanzar el privilegio de ser patriota. Como si los que no piensan como los que fueron vencedores o son sus herederos, no tuviesen derecho a tener patria; tal y como nos enseñaron. Santander, Torrelavega, Reocín, Medio Cudeyo y Miera. Dicho así solo podrían ser los nombres de cinco zonas de Cantabria; ni de cinco comarcas, pero en realidad son la verdad, a hoy día, del mapa regional de las fosas comunes donde reposan los cuerpo de represaliados del franquismo y sus adláteres; aquellos que siempre fueron más «franquistas que Franco». El número de «enterrados» está por determinar, pero pudiera superar con creces el centenar y medio.

Más de 150 personas, hombres y mujeres, jalonan las cunetas y los descampados de Cantabria, todavía. Esperemos que entre el Gobierno Regional y los investigadores, todos puedan descansar en paz.

EL ÚLTIMO TERROR

Hoy día 27 de septiembre se cumplen 35 años de los últimos fusilamientos ordenados por el gobierno del general Francisco Franco. Tres miembros de FRAP (Frente Revolucionario Antifascista Patriótico) y dos de ETA (Euskadi Ta Askatasuna) eran fusilados a primera hora de la mañana, entre las ocho y media y las diez de aquella lúgubre mañana, por diversos delitos de sangre contra miembros de las fuerzas de orden público. A ninguno de nosotros se nos ocurriría jamás disculpar un delito de sangre; nunca y contra nadie. Pero tampoco podemos obviar, por demócratas, que un gobierno pueda ser dador y negador de la vida de nadie por muy delincuente que éste sea. Fué el 27 de septiembre de 1975, a Franco le quedaban escasos dos meses de vida, no valieron ni las solicitudes de clemencia de ningún país europeo, Méjico e incluso el Vaticano.

Bajo la presidencia de Franco, el Consejo de Ministros se dio por enterado de la condena de muerte de cinco activistas; tres del FRAP y dos de ETA. Los pelotones de ejecución cumplieron con la labor encomendada y para la que se presentaron voluntarios.

Hoy la vida continúa.

http://www.cantabriaconfidencial.com/actualidad/2010/septiembre10/26/15.htm