La asignatura pendiente
La Tercera edición del Foro Público reunió ayer a 350 personas en el Ateneo de Madrid
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PERE RUSIÑOL MADRID 23/09/2010
La plataforma de debate creada por este periódico y el sociólogo José Vidal-Beneyto, fallecido el pasado marzo, reunió ayer a 350 personas en el Ateneo de Madrid para debatir sobre «Memoria contra la Impunidad» con José Antonio MartÃn PallÃn, Josep Fontana, Emilio Silva y Nicolás Sartorius
La recuperación de la memoria y la reparación a las vÃctimas del franquismo son condición necesaria para «ensanchar» la democracia española y superar definitivamente los viejos demonios que aún atenazan al paÃs. Y por mucho que hace casi tres años se aprobara la Ley de la Memoria Histórica, sigue siendo una asignatura pendiente.
Esta podrÃa ser la sÃntesis de la tercera edición del Foro Público, que reunió ayer a 350 personas en el Ateneo de Madrid. Bajo la moderación del presidente de la entidad, Carlos ParÃs, los cuatro ponentes confluyeron en la necesidad de abordar de verdad esta asignatura pendiente. Y en el emotivo ambiente de la sala flotaba la «aberración» a la que se enfrenta Baltasar Garzón por atreverse a investigar el franquismo.
El magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio MartÃn PallÃn no necesitó siquiera citar a su compañero para dejar claro la inconsistencia jurÃdica del proceso que se sigue contra él. En una exposición muy académica, mostró las similitudes entre la Solución Final diseñada por los nazis y el genocidio del «golpe militar fascista» en España.
«El genocidio es imprescriptible también para España y los pactos que ha suscrito deben ser cumplidos», apuntó el magistrado, quien avanzó dos ideas suscritas también por el resto de la mesa: que la Ley de AmnistÃa no ampara el genocidio y que la solución encontrada por la Ley de la Memoria de declarar ilegÃtima la represión franquista es insuficiente: «JurÃdicamente es exigible anular los juicios», afirmó.
Josep Fontana, catedrático emérito de la Universitat Pompeu Fabra, recorrió el mismo paisaje, pero con ojos de historiador. El objetivo del franquismo, contó, iba más allá de ganar una guerra: «Hubo una voluntad de liquidar hasta las raÃces intelectuales de la República». La asignatura pendiente, dijo, es importante: «Construir una memoria colectiva que permita acabar con las taras pasadas y construir un proyecto de futuro limpio de inquisiciones para asegurar la convivencia en común y la libertad de todos».
Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, habló desde el activismo de las nuevas generaciones que se negaron a aceptar el silencio. Fue el más directo: parte de los problemas, dijo, parten de que «la oligarquÃa franquista ha seguido gobernando». Según Silva, «hay que ensanchar el marco democrático» nacido de la Transición. «Hay que conseguir que el mito de la Transición no muera en la cama», dijo con ironÃa.
Pero el acto demostró también que el deseo de investigar los crÃmenes del franquismo está también presente en actores tan relevantes de la Transición como Nicolás Sartorius, hoy vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas y entonces peso pesado del PCE.
Sartorius fue tajante: las sentencias de la represión franquista «tenÃan que haberse declarado nulas», «es una vergüenza que en España haya todavÃa miles de desaparecidos», hay que eliminar «sin excepción los vestigios de la dictadura» y es una «auténtica aberración lo que se está haciendo con el juez Garzón».
«Este paÃs necesita conocerlo todo y repararlo todo», concluyó Sartorius. Una buena sÃntesis de todo el acto.