La publicación de una carta de Carme Ballester revela detalles inéditos de la detención de Companys
La misiva de la segunda esposa del president reafirma la evidencia de que su ejecución fue un crimen de Estado
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JOSEP MARIA SÃ’RIA | Barcelona | 25/09/2010 |
La publicación del documento en el que Carme Ballester, la segunda esposa del president LluÃs Companys, narra la detención de éste por agentes de la Gestapo en su domicilio de La Baule-les Pins, en el departamento del Loira, en la Francia ocupada por los alemanes, el 13 de agosto de 1940, pone en evidencia el crimen de Estado de que fue objeto el president mà rtir. La carta de Carme Ballester, escrita en 1969, trae a la memoria el drama vivido durante las jornadas que prosiguieron a la detención, cuando, en busca de su marido, pudo verle un instante en Villa Carolina cuando era trasladado fuertemente custodiado. La última vez que le verÃa.
Companys serÃa trasladado a la prisión de La Santé de ParÃs y posteriormente extraditado a Madrid. Después serÃa trasladado a Barcelona, donde serÃa sometido en apenas una hora a un consejo de guerra sumarÃsimo, sin ninguna garantÃa jurÃdica, y condenado a muerte y ejecutado en Montjuïc, para «morir dignamente, por mis ideales y sin sombra de rencor», según declaró ante el tribunal. Antes de su ejecución redactó sendas cartas a sus hermanas Ramona y Maria Alba, y a su esposa, Carme, pidiendo coraje.
Cuando la ocupación alemana, LluÃs Companys y Carme Ballester se trasladaron a vivir a un modesto chalet de nombre bretón, Kar Himer Bad, por recomendación del ministro francés Albert Sawaut, con el fin de que se alejara de ParÃs. El chalet, «amueblado» según describe Ballester en su carta, habÃa sido alquilado por su amigo Joan Casanelles. Es sabido que al president se le habÃa aconsejado huir de Francia y que se negó con el pretexto de que tenÃa que localizar a su hijo LluÃs, enfermo, que se hallaba ingresado en una clÃnica psiquiátrica y, que a raÃz de los bombardeos, se perdió su pista.
Los ocupantes habÃan recibido presiones del embajador español, José Félix de Lequerica, para detener a los responsables de la República y de la Generalitat exiliados en Francia. A finales de julio de 1940, la embajada notificaba la requisa de una importante cantidad de documentos, entre los que figuraban «las actas de la Generalidad de Cataluña y un sinnúmero de ficheros muy completos y relativos a los datos personales, situación, domicilio y profesión de los exiliados». Asà se localizó a Companys y se procedió a su detención.
Un inspector de policÃa, Pedro Urraca Rendueles, acompañado de un agente de la Gestapo, serÃa el encargado de trasladar en coche al detenido desde ParÃs a Madrid, el 27 de agosto, dos semanas después de su detención. En la dirección general de Seguridad, sede actual del Gobierno de la Comunidad de Madrid, estuvo incomunicado durante quince dÃas. El escritor Rivas Cheriff, cuñado de Azaña, también detenido en la Puerta del Sol, pudo verle unos dÃas después y lo describió en un estado muy «decrépito», por haber sufrido todo tipo de escarnios, insultos y torturas. Un testimonio que serÃa después corroborado por la hermana del president, Ramona Companys, a Josep Benet, a quien dijo que entre las pertenencias de su hermano que le fueron entregadas habÃa ropa con «manchas de sangre seca». Companys fue ejecutado a la mañana siguiente del consejo de guerra, el 15 de octubre de 1940, con llagas en la espalda y los pies hinchados. Murió descalzo para pisar tierra catalana al grito Per Catalunya.