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La Ley de Memoria Histórica llega tarde y sin fuerza, dice el historiador Francisco Espinosa

ElConfidencial.com, 18/10/2010 | 19 octubre 2010

Es resultado de un «compromiso leve» y no de un intento real de revelar la verdad

 

EFE –

Juan Antonio Sanz Madrid, 18 oct (EFE).- ç

La Ley de Memoria Histórica llega a España «tarde y con poca fuerza», resultado de un «compromiso leve» y no de un intento real de revelar la verdad, para el que sería preciso «un acuerdo básico» del que reniega la derecha en este país, afirma Francisco Espinosa, artífice del libro «Violencia roja y azul».

Este historiador acaba de editar esta obra destinada a aportar novedosos datos al espinoso tema de la violencia y la represión en la Guerra Civil, y en los años posteriores, con el régimen franquista ya consolidado en el poder.

«El libro supera lo que se había hecho hasta ahora, con nueva información sobre la violencia roja en la España republicana y el terror azul tras el triunfo del golpe de Franco y en la primera década del franquismo, hasta 1950», explica Espinosa en entrevista con Efe.

«Violencia roja y azul. España, 1936-1950» (Editorial Crítica) es fruto del trabajo conjunto de Espinosa y los historiadores José María García Márquez, Pablo Gil Vico y José Luis Ledesma.

Espinosa subraya la importancia que ha tenido para la elaboración de este libro el uso de archivos hasta hace poco inaccesibles, que permiten superar el «clima de relativismo moral que surge de la transición» española.

«Con la llegada de la democracia no hubo una presión política para que se abrieran los archivos y hubo que esperar hasta los años noventa para acceder a muchos de ellos», refiere.

El historiador reclama un mayor compromiso al respecto, pues la Ley de Memoria Histórica llega «con un problema enorme como es la negación en redondo de la derecha a aceptar absolutamente nada, con lo cual no es una normativa con voluntad de permanencia».

«En cuanto retorne la derecha al poder la retirará», subraya, por lo que «sería importante, por ejemplo, que hubiera una ley clara sobre el tema de las fosas comunes y las exhumaciones».

La sensación, afirma Espinosa, es que «la ley de memoria histórica es lo que se ha conseguido con un Gobierno, el socialista, que tenía un compromiso leve con la parte de la sociedad que exigía un paso en ese sentido», aunque «el resultado no satisface a nadie».

Espinosa es contrario al relativismo que se ha impuesto en la historiografía española sobre la Guerra Civil y que ha derivado en el revisionismo de algunos escritores, cuyo trabajo, dice, «es un gran embate de la derecha española, apoyado en un nuevo lenguaje periodístico con el que sostener su manipulación».

Los autores de «Violencia roja y azul» quieren dejar claro que si bien se cometieron barbaridades y crímenes en ambos bandos durante la Guerra Civil, «se impone una distinción fundamental».

Las tropas sublevadas recurrieron a «una política de exterminio, sobre todo al principio de la guerra, cuyo objetivo era la total aniquilación de la República y sus partidarios», destaca Espinosa.

Según el autor, esta estrategia «de paso lento y limpieza en la retaguardia» se impuso a la victoria rápida y llegó a extrañar a los propios comandantes de Franco, quienes veían cómo se ralentizaba el ataque final a Madrid «a favor de la depuración».

En la parte del libro elaborada por José Luis Ledesma sobre la violencia en la zona republicana se intenta demostrar que los desmanes ahí cometidos «no respondían a un designio aniquilador» del Gobierno republicano, como sí ocurría en el lado rebelde.

Fueron en realidad «una reacción atropelladamente improvisada», como indica Ledesma, si bien «casi tan furibunda como el terror militar y falangista al que replicaba».

Los historiadores participantes en este volumen coinciden en que «el régimen proporcionalmente más criminal para con sus propios ciudadanos, mucho más que el de Hitler y, por supuesto, que el de Mussolini, fue el de Franco».

La represión franquista «no se conoce hasta el fondo. Sólo estamos en la superficie y aún no se ha podido acceder a ciertos archivos, como los de la Guardia Civil o los ficheros con los nombres de los represaliados», destaca Espinosa, quien ve en la búsqueda de esa información la tarea de los futuros investigadores de la historia de España en el siglo XX. EFE jas/mcm

http://www.elconfidencial.com/ultima-hora/2010/10/memoria-historica-llega-tarde-fuerza-historiador-20101018-378432.html