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Las últimas balas del franquismo

Levante-EMV.com, | 14 octubre 2010

La ONU ha aceptado el estudio del recurso judicial contra la sentencia de muerte del vigués Humberto Baena, 35 años después de su ejecución

 

SALVADOR RODRÍGUEZ VIGO La ONU acepta un recurso judicial. Baena formaba parte del quinteto de «últimos fusilados del franquismo» junto a dos etarras y otros dos miembros del FRAP.

«Fernando Baena Fernández, casado, de 70 años de edad, natural de Vigo, ante vuestra Alteza Real acude con el mayor respeto y sumisión y EXPONE: (É.) Que su hijo, joven idealista gallego, alma de poeta soñador, enamorado de la vida y de la naturaleza, amigo de los niños y de los animales con probada generosidad, no pudo ser el autor del hecho que se le imputaÉ» . Este es un fragmento de la carta que el padre de Xosé Humberto Baena remitió al, por aquel entonces, Príncipe don Juan Carlos, solicitando la anulación de la sentencia de muerte a la que había sido condenado su hijo, acusado de haber asesinado a un policía. La carta, algo curiosamente inusual para la época, tuvo respuesta, y la firmaba, con fecha del 12 de septiembre de 1975, el propio secretario de don Juan Carlos, un hombre al que el futuro reservaría un insospechado protagonismo: general Alfonso Armada Comín. De esta contestación, leemos un extracto: «É lamentándolo mucho, tenemos que comunicarle que la solución al problema que plantea, se sale de nuestras atribuciones, por lo que nada podemos hacer para favorecerle». La suerte, pues, estaba echada. Quince días después, el martes 27 de septiembre, Xosé Humberto Baena completaba, con los etarras Juan Paredes Manot Txiki y Antonio Otaegui Echevarría, y los activistas del Frente Revolucionario Antifascista Patriota (FRAP), José Luis Sánchez Bravo Solla (también vigués) y Ramón García Sanz, el quinteto de «últimos fusilados del franquismo», sanguinario grito de agonía de un Francisco Franco que fallecería, más temprano que tarde, el 20 de noviembre de aquel mismo año.

Cuarenta años después, los familiares y amigos de Xosé Humberto, encabezados por su hermana Flor, continúan exigiendo Justicia, y la Justicia en este caso, consumada la ejecución, consiste en la revisión del proceso que condujo a la muerte de Humberto y la consecuente revocación de la sentencia amparándose prácticamente en los mismos argumentos en los que Baena Fernández se había dirigido al Príncipe: «Que no hay contra él más prueba que su declaración, firmada en momentos de angustia horrorosa, sin que se haya encontrado una huella ni coincidan sus datos personales con los aportados por los testigos».¿Quién era Xosé Humberto Baena? Cualquiera de los que fueron sus amigos, responderá que, pasara que lo que pasara, no les cabe en la cabeza que «Peter», como así le conocían de mote, fuese el autor de los disparos que acabaron con el agente en una refriega entre policía y militantes del FRAP. Eso sí, Humberto era uno de tantos jóvenes españoles de aquella generación que, ante la persistencia de la dictadura, había decidido pasar a la acción. Xosé Luís Méndez Ferrín, del que fue alumno en el Instituto de Santa Irene, recuerda que «Cuando se fue a estudiar a Santiago se afilió a las Juventudes Comunistas y después se pasó al Partido Comunista Marxista Leninista. El FRAP era el frente de masas del PCE (m-l)»

Toda la familia Baena, y Humberto de manera muy especial, mantenía excelentes relaciones con los Vaamonde, sobre todo con el cantautor Suso, y con Luis. Cuando Humberto Baena decidió participar activamente en la lucha antifranquista, no le quedó más remedio que pasar a la clandestinidad. «En 1973 -refiere Luis Vaamonde-, cuando ya lo buscaban, Humberto estuvo escondido en nuestra casa unos quince días. Yo tenía entonces 18 años y era el que menos estaba metido en política, aunque al final fui el que, en mayo de 1975, le llevé a Madrid en el coche de mi padre, con la idea de que huyese a Francia. Después, no sé por qué motivos, Baena no cruzó la frontera y se quedó en Madrid, donde lo detuvieron. Detenido y encarcelado, en vísperas de su ejecución, Humberto escribió una emotiva carta: «Papá, mamá: Me ejecutarán mañana por la mañana. Quiero daros ánimos. Pensad que yo muero, pero la vida sigue. Recuerdo que en tu última visita, papá, me dijiste que fuese valiente, como buen gallego. Lo he sido, te lo aseguro. Cuando me fusilen mañana, pediré que no me tapen los ojos para ver la muerte de frente».

En homenaje a los últimos cinco fusilados del franquismo, Suso Vaamonde interpretaba una canción,»Compañeiros» en la que, nombrando a los cinco fusilados y otras víctimas de franquismo, remataba con un «Xosé Baena, irmán/ te asesinaron». Eso es exactamente lo que Flor Baena, decepcionada ante el nulo caso que le han hecho tanto en España como en el Tribunal Europeo de Estrasburgo, acaba de transmitirle a los órganos judiciales de la ONU. Ahora le toca, otra vez, esperar, pero a eso Flor está ya muy acostumbrada.

http://www.levante-emv.com/espana/2010/10/11/ultimas-balas-franquismo/746549.html