1.600 personas acuden a la basílica y celebran como un triunfo sobre el Gobierno que se reabra el templo una vez acabadas las obras

 

NATALIA JUNQUERA – Madrid –

Unas 1.600 personas han asistido esta mañana a las dos misas (11.30 y 13.00) celebradas en la basílica del Valle de los Caídos, que había permanecido cerrada hasta hoy por motivos de seguridad. El Gobierno ha invertido cerca de 100.000 euros en construir un túnel de acceso al templo y cubrir con una malla metálica la escultura de la piedad para evitar desprendimientos de piedras y permitir la reapertura de la basílica. Pero los asistentes a esta primera misa no creían ni mucho menos que hubiese estado cerrada por su propia seguridad. «¡Zapatero quiere impedir el culto religioso. Pero se lo hemos impedido!». «Hemos celebrado las misas a la intemperie, a varios grados bajo cero, y hubiésemos venido de rodillas también si hubiera hecho falta para demostrarle que no se iba a salir con la suya», se oía al salir de misa.

Los monjes benedictinos eran de la misma opinión. «Nunca he sentido sensación de peligro. Todo esto era una exageración», comentaba uno de ellos. Durante la ceremonia hubo múltiples alusiones al triunfo que suponía la reapertura de la basílica, y la convocatoria a comer una gran paella en las inmediaciones del mausoleo donde yace el dictador Francisco Franco para celebrarlo.

Familias enteras llegadas desde Madrid confesaban estar encantadas con la reapertura. «¿Qué por qué venimos aquí a misa en lugar de ir a otra de barrio? Porque este sitio es especial, representa unos valores, y a mí me gusta estar con gente que comparte mis mismos valores, que piensa como yo», explicaba una señora. Preguntados por si ese valor especial lo daba la presencia de los restos de Franco, otro hombre, comentaba: «Es la historia de este país. No se puede cambiar, por mucho que se empeñen».

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