Barcelona retira este domingo la estatua franquista de la Victoria
La obra de Frederic Marès está ubicada entre el paseo de Grà cia y la avenida Diagonal
Miércoles, 26 de enero del 2011
EUROPA PRESS / Barcelona
El Ayuntamiento de Barcelona retirará este domingo la estatua de la Victoria, vestigio franquista que se sitúa en la intersección entre el paseo de Grà cia y la avenida Diagonal, según ha confirmado a Europa Press el concejal del distrito del Eixample, Ramon Nicolau.
La medida supone el cumplimiento de la ley de la memoria histórica aprobada en el Congreso, y que establece que desaparezcan del espacio público los sÃmbolos franquistas, tanto los que están en edificios de titularidad pública como privada.
Trabajos previos, el sábado
El consistorio mantendrá el obelisco pero retirará de la base una figura femenina ataviada con una túnica, obra de Frederic Marès, que enarbola en su mano derecha alzada un ramo de laurel y sostiene con la izquierda una pequeña victoria alada.
La retirada se realiza a finales de enero para evitar que afecte a la apertura en festivo de los comercios por las rebajas, según Nicolau, quien ha avanzado que los trabajos previos empezarán este sábado, y habrá restricciones de tráfico en dos carriles de la Diagonal en dirección Besòs.
En la intersección, conocida como ‘Cinc d’Oros’, se dedicó un monumento a Francesc Pi i Margall, presidente de la Primera República: Mars querÃa hacer una estatua republicana pero llegó la dictadura y tuvo el encargo de realizarla con otra simbologÃa.
Incorporación para el Museu d’Història
Finalmente el Museu d’Història de Barcelona la incorporará en su colección de historia contemporánea y la restaurará porque lleva décadas en la intemperie, aunque en ningún caso se prevé exhibirla en un espacio al aire libre, según Nicolau.
El obelisco seguirá presidiendo la intersección, que tras el golpe del 23-F se denomina plaza de Joan Carles I. Desde Amics del Passeig de Grà cia, su presidente, LluÃs Sans, ya tildó de error la decisión municipal, ya que tenÃa sentido quitarla durante la transición pero no ahora cuando quedan pocos de los que vivieron su transformación como sÃmbolo franquista.