León entra en el mapa de los niños robados
Estos terribles hechos se remontan fundamentalmente a los años 60 y 70 del pasado siglo, con derivaciones incluso a los principios de la Transición
Cuando hace meses surgió la noticia de la constitución de una asociación que agrupaba a los afectados por el tráfico ilegal de adopciones durante la etapa franquista llamó la atención que León no figurara en el mapa de esta red de robo de niños. Ya habÃa constancia previa de algún caso. Asà figura en el ya célebre reportaje elaborado por la televisión pública catalana TV3, ‘Los niños perdidos del franquismo’, que por primera vez puso ante la sociedad española estos terribles hechos. Además, aquel caso leonés, aunque de un periodo anterior, la inmediata posguerra, tenÃa una significación especial ya que se trataba de Emilia Girón, la hermana del mÃtico guerrillero antifranquista berciano, Manuel Girón.
Ahora, cuando la Asociación Nacional de Afectados por Donaciones Irregulares (Anadir) está a punto de presentar una demanda colectiva ante la FiscalÃa General del Estado, se descubre que entre los casi 300 casos que serán llevados a los tribunales también hay uno leonés, que ha manifestado su expreso deseo de mantenerse en el anonimato. Seguramente no será el único y es posible que en fechas sucesivas puedan aparecer más. Tal como explica el presidente de Anadir, Antonio Barroso Berrocal, en menos de un año (la asociación se constituyó en febrero de 2010) se ha conseguido la adhesión de 270 afectados que compondrán la denuncia colectiva que el próximo dÃa 27 está previsto presentarse. Berrocal señala que a medida que los medios de comunicación están difundiendo su labor el aumento de socios es casi exponencial.
Estos terribles hechos se remontan fundamentalmente a los años 60 y 70 del pasado siglo, con derivaciones incluso a los principios de la Transición. Por lo que se conoce hasta el momento, la supuesta red operaba en todo el paÃs y en ella intervenÃan curas, monjas, médicos, matronas, funcionarios públicos y hasta enterradores. A grandes rasgos, la forma de operar consistÃa en anunciar a unos padres el fallecimiento de un hijo durante el parto. La falsedad se ocultaba con partidas de defunción y hasta entierros ficticios para no dejar rastro del bebé que, a cambio de una cantidad económica, era cedido a otra familia.
Aquellos niños reclaman ahora el esclarecimiento de aquellas actuaciones delictivas que marcaron para siempre sus vidas. Nadie debe ni puede robarles también ese derecho.
http://www.la-cronica.net/2011/01/02/editorial/leon-entra-en-el-mapa-de-los-ninos-robados-109583.htm