Los afectados descubren en Valencia a una intermediaria en la compraventa de niños
El abogado de los ‘hijos robados’ lamenta que el Gobierno reaccione tan tarde
FERNANDO MIÑANA | VALENCIA
El abogado de los ‘hijos robados’ lamenta que el Gobierno reaccione tan tarde ante un problema que afecta a miles de familias de toda España
El asunto de los ‘niños robados’ se ha convertido en una bola de nieve. Cada dÃa hay más casos, más afectados, movimientos que facilitan la investigación de lo que todo apunta a que fue la suma de varias mafias que se dedicaban a vender a recién nacidos. Anadir es la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares, el colectivo que agrupa a muchos, que no a todos, los afectados. Y Anadir acaba de descubrir en Valencia a uno de los intermediarios, una mujer, que se dedicaba a captar a padres que querÃan adoptar a un niño legalmente y a quienes les ofrecÃan la posibilidad de comprar uno de forma casi inmediata. Sin esperas. Sin papeleos. Sin escrúpulos.
Esta persona se dedicaba a tender un puente entre las mafias que controlaban a las familias pobres dispuestas a vender a su hijo, o aquellas que eran engañadas y a las que les decÃan que su neonato habÃa muerto, y las que buscaban, en principio legalmente, un bebé para adoptar. Este intermediario, según ha podido saber Anadir a través de las informaciones de sus afiliados, es una mujer mayor, «que aún vive y reside en un pueblo de la provincia de Valencia», y cuyos datos han sido puestos en conocimiento de la FiscalÃa para que investigue su implicación en la trama.
Enrique Vila es el abogado valenciano que lleva los asuntos legales de Anadir, una asociación que está «totalmente desbordada» por la incesante aparición de nuevos casos. «Hemos recibido entre 5.000 y 6.000 correos nuevos y la asociación está colapsada. A ver si el Gobierno termina de reaccionar y empieza a ayudar, que falta hace».
El letrado ya presentó hace casi un mes 10 denuncias de afectados de la Comunitat Valenciana: siete de Valencia, dos de Castellón y uno de Alicante. «Aunque hubo más», apunta Vila, «que lo hicieron como particulares».
Mafias
El abogado de Anadir no quiso dar más detalles de esta supuesta intermediaria que se dedicaba a «informar a los padres que estaban en trámites legales para adoptar de que podÃan comprar uno en lugar de esperar». Estos intermediarios, que en ocasiones eran las propias comadronas, «formaban parte de las mafias que funcionaban de forma paralela a la adopción legal. Eran varias personas conocidas que utilizaban el boca a boca».
Enrique Vila está inmerso en un proceso que se prevé largo y costoso. Son muchas las personas que han descubierto o sospechan que son un ‘niño robado’, y no es fácil llegar hasta el fondo del caso: averiguar, primero, quién es la madre biológica y, además, intentar destapar a la red que operó con niños desde los 40 hasta entrados los 90.
La popularidad de este asunto se ha disparado a través de los medios de comunicación y eso ha facilitado que, tras las reticencias iniciales, las familias encuentren ahora ayudas que se les negaron anteriormente. La FiscalÃa General del Estado ha mandado una circular a sus órganos territoriales ordenando la investigación de todos los casos.
Indignación
Es un avance, aunque Enrique Vila ve estas medidas del Ministerio Público como un gesto populista. «Ahora Anadir presenta la denuncia de cada afectado ante la fiscalÃa provincial y envÃa una copia a la FiscalÃa General del Estado. Mi opinión como jurista es que ahora todo el mundo se quiere subir al carro y, la verdad, son bienvenidos a medias. Es lamentable que hace dos años nadie hiciera ni caso a cualquier particular y ahora que todo el mundo conoce este problema no paremos de recibir palmaditas en la espalda. Es indignante. Ya hace tiempo que el Gobierno deberÃa haber puesto una oficina de atención para los miles de afectados. Ahora llega tarde», protesta Vila, quien recuerda cómo hace años se archivó el caso de Antonio Barroso, presidente de Anadir, porque el delito habÃa prescrito.
