En «Operación Gladio», Prado barre también las esquinas de los Grapo y el asesinato de los abogados de Atocha

| AGENCIA EFE

En los últimos meses escritores nacidos en los años 60 han decidido revisar la Transición española en sus novelas, Almudena Grandes, Rafael Reig o Isaac Rosa, son algunos. Ahora, Benjamin Prado pone foco en el papel que tuvo la CIA en la muerte de Carrero, el asesinato de los abogados de Atocha o ETA.

Así, a caballo entre ficción y realidad, el poeta y narrador Benjamin Prado (Madrid, 1961) ha tejido «Operación Gladio», publicada por Alfaguara.

Una novela en clave de espías, con una potente estructura y más de seis años de documentación, en la que se hace un elogio del periodismo, se atiza a los jueces y se recuerda a la «Red Gladio», la organización, promovida por la CIA, que llevó a cabo «más de 4.000 atentados» en toda Europa con el fin de parar a la izquierda en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

«La novela comienza en el 75, con los crímenes de los abogados de Atocha y acaba con el GAL -explica el autor a Efe-. Toda una parte de la Transición en la que los servicios secretos están por todas partes», dice.

«Por ejemplo -añade-, cuando matan a Carrero, Kissinger hacía unas horas que se había entrevistado con él en Madrid. El asesinato se comete cerca de la Embajada de Estados Unidos, con un impresionante control. Los americanos estaban indignados con Carrero porque no les dejaron las bases aéreas durante la Guerra del Yom Kippur, y, además, hay un documento desclasificado de la Embajada americana que decía que lo mejor sería que Carrero Blanco desapareciera».

Para el escritor, la conclusión de todo esto, «cuanto menos, es que toleraron esto».

En «Operación Gladio», Prado barre también las esquinas de los Grapo y el asesinato de los abogados de Atocha, y recuerda que esa matanza no solo la realizaron varios pistoleros de Fuerza Nueva.

«Había un terrorista de la Red Gladio, un italiano financiado por la CIA, como luego contó Giulio Andreotti en el Parlamento obligado por un juez, que llevaba una metralleta con la que mató a los abogados. Los agujeros de esa descarga fueron tapados al día siguiente por alguien y eso no apareció en el sumario. Además era un arma del ejército español, alguien se la había entregado», recalca.

Toda una trama que el autor de «Mala gente que camina», su anterior novela y en la que hablaba ya de los niños robados a sus madres en las cárceles durante el franquismo, estructura de forma periodística a través de dos historias que convergen.

Una que investiga la periodista Alicia Durán, a partir de la retirada de la estatua de Franco cerca de la castellana en Madrid, y la de la un republicano capturado en Francia y ejecutado cerca de Madrid, que es enterrado en el Valle de los Caídos y cuyos restos intenta recuperar su hija.

«Hay un personaje en la novela que dice algo clave: que la Transición fue una victoria de todos que también tuvo sus perdedores, y eso que en el 78 te puede alarmar; en 2011, no se puede consentir -argumenta el autor-. No entiendo que haya personas a las que la democracia no les haya dado lo que se merecen. No se puede sufrir por problemas que generó la dictadura. Así que la Transición no fue tan perfecta».

Pero «Operación Glaudio» también es un homenaje al periodismo, como una de las únicas esperanzas que quedan en el mundo. «Ya no hay política, al mundo lo mueven los mercados y solo nos quedan los medios de comunicación para que denuncien y hagan buenos reportajes, aunque también están acosados por la economía e internet», sostiene el autor de «Nunca el des la mano a un pistolero zurdo» o «La nieve está vacía».

Benjamín Prado también lanza un ataque furibundo contra los jueces. A su juicio, uno de los grande peligros hoy. Echan a un juez que intenta investigar los crímenes del franquismo, pero sí le dejan hacerlo fuera, es increíble. Parecen aplicar una plantilla para todo y la justicia es individual», concluye Prado al tiempo que anuncia que su siguiente novela será de aventuras.

Carmen Sigüenza

http://www.telecinco.es/informativos/cultura/noticia/1492454/1492454