Casi 400 almerienses yacen en fosas comunes tras ser víctimas de los fusilamientos posteriores a la Guerra Civil

MIGUEL CÁRCELES | ALMERÍA

Las contiendas civiles, guerras fratricidas, entre hermanos, son si cabe las más crueles. Los muertos son vecinos, compañeros, familiares. El enemigo es el conocido con el que algún día se compartieron juegos, confidencias o pupitre en la escuela.Personas a las que, durante la contienda, y lo que es más duro, después de la misma, se les mantiene un rencor y una represión que tarda muchos años en cicatrizar. Décadas incluso. Y, lo peor, casi nunca sanan del todo. La Guerra Civil Española, esa contienda entre hermanos, cerró del mismo modo: con represión y rencor. Con dolor y muerte por todos lados. Ya fueran de uno u otro bando, sublevados o fieles a la IIRepública española, todos acabaron con bajas, muchas bajas. Unos durante la guerra. Otros después, fruto del odio infundido sobre el prójimo en una provincia de Almería, la de 1939, que apenas contaba con 359.730 habitantes, la mitad de la población actual.

Ahora, casi tres cuartos de siglo después de aquel 18 de julio del 36, muchas de las heridas continúan abiertas. No son propias, son en la gran mayoría de casos heredadas. Historias amargas contadas a medias, sin muchos datos, de oídas y acalladas por el silencio al que fueron sometidas durante casi cuatro décadas.

El Comisariado para la Recuperación de la Memoria Histórica, un organismo de la Junta de Andalucía al que el Gobierno andaluz ha delegado todos los trámites y procedimientos ligados a esta herencia de la guerra fratricida, nació con la finalidad de iluminar estos casos sobre los que todo acabó con tierra sobre cadáveres. Y poco a poco se va arrojando un poco de luz. Por ejemplo, el mapa de fosas de Andalucía.

El estudio, ejecutado por expertos historiadores de nueve de las diez universidades andaluzas (todas menos la Universidad Internacional de Andalucía, ha sido coordinado por el almeriense Fernando Martínez, presidente de la Junta de Coordinadores de las Universidades Andaluzas para la metodología aplicable a los trabajos de recuperación de la Memoria Histórica, Mapa de Fosas de Andalucía. Y finalmente, después de mucho trabajo de documentación, ha conseguido dibujar un mapa autonómico señalando dónde se ubican las fosas comunes en las que se encuentran enterrados los fallecidos por la causa republicana, en su mayoría altos cargos políticos, militantes, sindicalistas o comprometidos con partidos y organizaciones de izquierda. Cabe recordar que la mayor parte de los cuerpos de los fallecidos comprometidos con el bando vencedor de la contienda, el de los sublevados, fue recatada y, bien entregada a sus familiares, bien concentrada en necrópolis monumentales. Un ejemplo de este hecho resulta la gran cruz de mármol que preside el primero de los recintos del Cementerio de San José y Santa Adela, en la capital almeriense. Este enorme monumento, visible desde el mismo pórtico de entrada, recoge en placas los nombres de los represaliados nacionales por parte del bando republicano, con una ‘catacumba’ en la que se albergan los restos de ejecutados en diversos lugares de Almería y Granada.

Gracias a la aportación documental de algunas asociaciones de Memoria Histórica, se ha podido dibujar un mapa de fosas de las víctimas de la Guerra Civil española y de la posguerra, en Andalucía se han detectado la friolera de 614 enterramientos, la inmensa mayoría grupales, en las que yacen aún miles de represaliados por la guerra fratricida. La gran mayoría de ellas, abiertas durante la contienda, se encuentran en el territorio occidental de Andalucía. Las más tardías, muchas posteriores incluso a la guerra, están en la zona oriental, que se mantuvo fiel a la República hasta finales del mes de marzo –el último parte de guerra se dio el 1 de abril del 39–.

http://www.ideal.es/jaen/20110501/local/almeria//muertos-nombre-201105010004.html