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Franco, Franco, Franco

Miguel Ors Montero. Informacion.es, | 5 julio 2011

¿Qué significó el franquismo a partir del 1 de abril de 1939? Sucintamente: incompetencia, corrupción y crueldad

 

 

MIGUEL ORS MONTENEGRO

Los historiadores españoles y algunos de nuestros grandes hispanistas llevan algunas décadas discutiendo acerca de la naturaleza del franquismo y de los términos que mejor pueden definirlo: totalitarismo, dictadura, fascismo, fascismo clerical, régimen autoritario, bonapartismoÉ Controversias al margen y como ya barruntó el propio dictador, Dios y la Historia le tendrían que juzgar. Desconozco cómo le habrá ido con Dios, pero la Historia lo está poniendo a caldo y en el lugar que le corresponde. Fue el máximo responsable del mayor disparate de nuestra historia contemporánea: el golpe de estado del 18 de julio de 1936, golpe que abrió de par en par las puertas de una guerra de exterminio porque absolutamente todo lo que ocurrió después tuvo como responsables a unos golpistas que se convirtieron en criminales de guerra desde el primer día. Y claro está que hubo, en los meses previos, errores e insensateces de todo tipo. Por citar uno de los más importantes, octubre de 1934: una revolución torpe e insensata que jamás debió producirse pero que se explica -lo que no significa justificar- por el contexto europeo. Los acontecimientos de Austria en 1934 fueron determinantes a la hora de considerar que la llegada al gobierno de la CEDA significaría algo parecido al fascismo clerical que allí se había impuesto. Por poner otro ejemplo ilustrativo, en 1936 en Francia también ganó las elecciones un Frente Popular y el país pasó por todo tipo de convulsiones sociales y políticas, pero la derecha moderada francesa y los empresarios fueron capaces de ponerse de acuerdo con la izquierda liderada por Léon Blum y firmar los célebres acuerdos de Matignon, que recuerdan muchísimo a los Pactos de la Moncloa de 1977. Es muy probable que en España la izquierda no diera la talla y, sin ir más lejos, los socialistas españoles pudieron elegir entonces entre Largo Caballero e Indalecio Prieto y prefirieron al más torpe, pero la derrota electoral del 16 de febrero de 1936 llevó a la derecha española a reconvertirse en extrema derecha pura y dura y a conducir a España al mayor desastre de su historia.

¿Qué significó el franquismo a partir del 1 de abril de 1939? Sucintamente: incompetencia, corrupción y crueldad. El régimen cambió todo lo que se quiera, pero los tres ingredientes se mantuvieron hasta el final. Y a partir de ahí, entran las personas que lo defendieron, unos desde la decencia y otros desde la barbarie, que de todo hubo. Elche tuvo como alcaldes a Santiago Canales Mira-Perceval, Antonio Mas Esteve, Jesús Melendro Almela, Rogelio Fenoll Tarí, Tomás Sempere Irles, Porfirio Pascual Pascual, José Ferrández Cruz, Luis Chorro Juan y Vicente Quiles Fuentes. Cada uno tiene su lista de los 40 principales y me quedo con José Ferrández Cruz de aquí a Lima, al igual que el peor con diferencia fue Jesús Melendro Almela, al frente de una Corporación que se bajó los pantalones en el deslinde de terrenos con Santa Pola, previa cacicada del gobernador civil Luis González Vicén, de tan venerada memoria en la villa marinera y, faltaría más, con una calle principal que lleva su nombre. El Ayuntamiento de Elche no le puso calle pero sí contribuyó con 1.000 pesetas de la época para que le pusieran, por aquello de la adhesiones inquebrantables, una medalla.

En mi caso siempre he sentido simpatía personal por uno de los alcaldes más franquistas de la historia del régimen. A los que conocimos en vida a Vicente Quiles Fuentes, en general, nos cayó bien. Tuve ocasión de entrevistarle y recuerdo que la última vez que hablé con él por la calle me dijo: «Ors, verás como pronto vuelven a quemar las iglesias». Sería a finales del siglo pasado e intenté transmitirle, supongo que con poco éxito, un mensaje de optimismo y de fe en el progreso. En otra ocasión, reconociéndole previamente su indudable honradez personal, le pregunté sobre la corrupción en la ciudad en sus tiempos como alcalde. Me dijo que en una ocasión un patriota local sí quiso comprarle y que le echó del despacho. El problema de entonces es que había demasiados patriotas y todos eran de derechas y del mismo partido.

Quiero recordar dos anécdotas de Vicente Quiles que definen muy bien al personaje. El domingo 8 de junio de 1975, como siempre, Vicente Quiles fue a misa de ocho a Santa María. El cura en su homilía hablaba de San Mateo y del contacto de Cristo con los pecadores, lo que no debió gustar al alcalde que gritó: «¡Ya está bien! ¡Ya está bien!». El pobre cura no sólo se calló sino que, tiempo después, se secularizó porque incidentes así le quitan la afición a cualquiera. Dos meses antes, el Ayuntamiento de Elche había declarado desierto el Premio Literario «Caudillo de España», dotado con la fabulosa cifra de un millón de pesetas y contando con el entusiasmo de los ilicitanos ante tan generoso despilfarro. La Corporación al completo se había ido al Pardo a explicarle el asunto al dictador y éste, por razones lógicas de la edad, no entendió que le dieran a él, precisamente a él, el premio Francisco Franco. Se lo explicaron por segunda vez y debieron pensar que, una vez convocado el premio, lo mejor era gastar el dinero en otros menesteres.

Y como esta nueva Corporación democrática corre que vuela, valdría la pena establecer algún tipo de encuentro clandestino entre las partes, sin que la alcaldesa se entere a ser posible, para introducir el mayor sentido común posible, porque puede ocurrir que dentro de cuatro años, puesto que los caminos del Señor son inescrutables, que las calles, los certámenes y demás abalorios vuelvan a sus denominaciones de origen.

http://www.diarioinformacion.com/opinion/2011/07/04/franco-franco-franco/1145099.html