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San Simón vuelve a ser, por un día, la Illa da Memoria

El Mundo.es, 18/07/2011 | 19 julio 2011

Unas 300 personas acuden al homenaje a las víctimas de la represión

 

Montse Dopico | Illa de San Simón (Pontevedra)

Ildefonso Puente recuerda en su testimonio el daño ‘moral’ que les inflingieron

Por el penal pasaron más de 5.000 presos, de ellos unos 600 murieron

«Contra o exterminio atroz/ das súas vidas desfeitas/ e contra o esquecemento inxusto/ do silencio cómplice/ queremos manter viva para sempre/ a memoria galega/ das vítimas do fascismo,/ en solidariedade/ con todas as comunidades do mundo/ que padecesen calquera ditadura do terror». Son versos del poema que el escritor Claudio Rodríguez Fer leyó en el ‘Homenaxe nacional ás vítimas da represión franquista’ organizado por la Iniciativa Galega pola Memoria. San Simón volvió a ser, por un día, la ‘Illa da Memoria’, tal como fue bautizada por el Gobierno bipartito de la Xunta con motivo de la celebración del ‘Ano da Memoria’, en el 2006.

Por el penal de las islas de San Simón y San Antón pasaron, entre 1936 y 1943, más de 5.000 personas. En una primera etapa, presos preventivos procedentes de las zonas de Vigo y Pontevedra. A partir de la caída del Frente Norte funciona como un campo de cumplimiento de penas para prisioneros de toda la franja cantábrica. Y en la última fase albergó a 1.000 presos ancianos, llegados desde todo el Estado.

En los momentos de máxima saturación, se hacinaban en la isla 2.500 personas. «Nos tocaba a 45 centímetros cada uno», recordó en el homenaje Ildefonso Puente, uno de los ex-presos que sobrevivieron a aquello. Otros tuvieron menos suerte. Los investigadores Gonzalo Amoedo y Roberto Gil documentaron en un ensayo publicado en el 2008, ‘Episodios de terror durante a guerra civil na provincia de Pontevedra. A illa de San Simón’, un total de 666 muertes, más de la mitad sin necesidad de balas.

Las enfermedades, las condiciones higiénicas, la alimentación deficiente -a base de arroz con berberechos-, la humedad y el frío bastaron para acabar con la vida de parte de los presos. Llegó un momento que la mortandad era tal que el alcalde de Vigo comenzó a protestar porque ya no tenía espacio para más cadáveres en el cementerio. Muchos otros fueron ‘paseados’, y sus cuerpos abandonados en las cunetas, en los montes o en las playas próximas.

«Lo peor era el aspecto moral, no el material», relató Ildefonso ante las 300 persoas que acudieron al acto -en los dos barcos no cabían más- «Nos obligaban a cantar el ‘Cara al sol’, a ir a misa. De vez en cuando se llevaban a dos o tres, y aparecían muertos en la carretera de Redondela», explicó.

Recordó en especial a algunos personajes, como el padre Nieto -«nos insultaba, nos llamaba ‘hijos de la Pasionaria’ y cosas así, nos decía barbaridades como que España tenía que limpiar a los malos españoles, y que eso Cristo lo perdonaba»-, o el que fue director de la prisión, Fernando Lago Búa que, con la complicidad del médico forense Francisco Bustelo y del teniente de la Guardia Civil Francisco Rodríguez, o ‘Rabioso’, comerció con las esperanzas de los presos, reclamando dinero a cambio de falsas promesas de libertad, según cuenta el historiador Carlos Velasco en su libro ‘1936. Represión e alzamento militar en Galiza’.

‘La gente culta estaba allí’

Ildefonso, ebanista de profesión, fue recluido en San Simón por pertenecer a la UGT y a Juventudes Socialistas. «La gente culta estaba toda aquí: médicos, abogados, ingenieros… Bastaba con ser maestro para que te fusilaran», señaló. Subrayó también la labor de Celestino Poza, un médico preso que salvó muchas vidas sólo con sus conocimientos.

«Había siete con tifus, y él los curó, excepto a uno al que sus compañeros, por ignorancia, le dieron unas galletas». También los vecinos de Redondela, y en especial las mujeres, les ayudaron, llevándoles comida, lavándoles la ropa o haciendo de intermediarios con sus familias. Pese al aislamiento, San Simón no fue de las peores prisiones de la época, pues allí podían caminar al aire libre. Los propios presos construyeron un camino alrededor de la isla que llamaron ‘avenida de Teruel’ para celebrar la recuperación en el 38 de esta ciudad por los republicanos.

Otro ex preso en San Simón, Heriberto Rodríguez, destacó la absoluta injusticia de las causas franquistas. «Te acusaban de socialista, de comunista, de lo que fuese, pero nosotros no habíamos hecho nada», indicó. Heriberto estuvo encarcelado en San Simón, Santiago y Pontevedra, y hasta el año 40 permaneció como preso preventivo. «El defensor era uno cualquiera», aseguró. «Me condenaron a 12 años, pero al mes tuvieron que dejarnos en libertad porque las cárceles estaban llenas, entonces hubo una anmistía», añadió.

A Ildefonso lo condenaron por un presunto «delito» de «auxilio y rebelión». Él insiste en que «el tribunal que nos juzgaba no nos conocía. Nos juzgaba según la información que les pasaba el pueblo, una parte de del pueblo, que eran los falangistas».

Las mujeres represaliadas

Los testimonios de Ildefonso y Heriberto fueron el meollo del homenaje, que consistió en un recorrido por la isla que terminó con una ofrenda floral en San Antón, y con música -el himno de Riego y el de Galicia interpretados por gaiteros-. La escritora Carmen Blanco recordó con un poema a las mujeres represaliadas. Esta última parte del acto transcurrió alrededor de la placa instalada en el 2006 por la Xunta bipartita. Fue entonces cuando comenzó a celebrarse en San Simón este homenaje, que tras el cambio de gobierno organiza la Iniciativa Galega pola Memoria.

San Simón pasó, con la Xunta del PP, de ser la Illa da Memoria a ser la Illa do Pensamento, más enfocada a la actividad cultural desligada de la recuperación de la memoria histórica. «Nosotros no nos metemos en lo que hagan, pero creemos que la isla es un referente que no debe perderse, y que la memoria histórica debe centrar la actividad dominante. Le reclamamos a la Fundación Illa de San Simón que recupere la exposición que aquí había dedicada al penal, y las fotografías de los presos que podían verse en las ventanas», explicó el historiador Dionisio Pereira. En la actual exposición hay sólo cuatro paneles dedicados a la cárcel de San Simón, y de aquellas fotografías que cita este investigador sólo queda una.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/18/galicia/1310991609.html