En las cunetas, descampados y muros de cementerios de la provincia hay al menos 560 cadáveres de fusilados

 

Nuria Zaragoza

En las cunetas, descampados y muros de cementerios de la provincia hay al menos 560 cadáveres de civiles que, por su ideología, por su profesión, o simplemente porque pasaban por allí y vieron lo que no debían haber visto nunca, fueron fusilados.

Ocurrió hace 75 años, pero ni la herida se ha cerrado, ni la historia ha terminado de escribir esa página. Por eso, la Asociación Soriana para el Recuerdo y Dignidad trabaja desde hace ya cinco años para recuperar la memoria colectiva de las víctimas y familiares de los represaliados y, ante todo y sobre todo, para reconstruir la historia de la provincia durante la Guerra Civil Española y la dictadura de Franco desde todos los puntos de vista.

«El principal problema es la desinformación. Eso lleva a que no se apliquen las resoluciones de Naciones Unidas», denuncia el presidente de la asociación soriana, Iván Aparicio, quien recuerda que «aquí se produjo un crimen contra la Humanidad de la mitad española, un genocidio político, y pedimos que se aplique el Derecho Internacional y que, como marca la ley, se conozca la verdad, se haga justicia –porque las cosas han pasado y hay responsables–, y se repare el daño –ya que no se pueden quedar las cosas como están porque España está sembrada de cadáveres–».

Para conseguir su objetivo, Recuerdo y Dignidad trabaja en dos campos (información, y asesoramiento y apoyo a las familias en las exhumaciones) que, en definitiva, son uno: investigar, documentar, conocer al máximo la historia para poder divulgarla y hacer justicia, al menos social. (Más información en edición escrita)

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