Turismo del luto a Poyales del Hoyo
Hay conexiones familiares de los criminales con muchos de los que hoy no pueden soportar que las vÃctimas de sus antepasados reposen en los mismos lugares
Elimino, de acuerdo con mis compañeros de idea, la convocatoria que se hizo desde este blog hace unos dÃas, por la única y exclusiva razón de que el que esto escribe no podrá asistir por razones de fuerza mayor a su propio llamamiento y considerando que no es justo no poder compartir con los que se animen las consecuencias derivadas de esa misma asistencia, consecuencias que se pueden prever suficientemente graves dado el alto grado de violencia, agresividad y la peligrosidad de que han dado muestras algunos de los pacÃficos ciudadanos del pueblo de Poyales.
Antes de que nadie lo apunte negaré la influencia en esta decisión de los comentarios que hoyancos razonables, junto con los de otros, salvajes, han dejado en esta entrada. Respeto sus puntos de vista, incluso su agresividad hacia mÃ, pero sigo sin compartirlos. Para mà lo que ha pasado es perfectamente comparable con lo que los nacionalistas españoles suelen airear que ocurre en pueblos pequeños del PaÃs Vasco donde el miedo social a Herribatasuna ha mantenido en permanante estado de miedo a parte de la ciudadanÃa. Aquà el miedo viene de HerriPPsuna y de una mayorÃa social de clara estirpe filofascista que es la dueña de la historia, de la calle, de la memoria y de los sÃmbolos. Como sus abuelos lo fueron de la casa, el caballo y la pistola. Y sobre todo de la vida de la gente.
Todo lo demás, la repulsas por la perpetración de la profanación de una tumba de fusilados por falangistas de los que aún y al parecer, mucha gente guarda cariñosa memoria en el pueblo, por parte del sujeto que ha elegido la mayorÃa de los habitantes del pueblo como alcalde y la complicidad culpable de muchos de los convecinos siguen en pie. Sumada a la repulsa redoblada por el espectáculo de agresividad colectiva de unos vecinos a los que la Guardia Civil no pudo impedir el domingo que cometieran actos vandálicos aunque sÃ, malamente, que atentaran contra la integridad fÃsica de otros ciudadanos que se manifestaban pacÃficamente. El pueblo ES SUYO.
El pueblo ya tiene su merecido desde hace años. No sólo a nivel nacional en que ya para siempre estará unido a esos lamentables sucesos, sino también internacionalmente desde que el mismÃsimo New York Times le dedicara una largo trabajo en tres capÃtulos contando las atrocidades que en él cometieron los falangistas, el silencio cómplice de una parte del pueblo y el miedo cerval de la otra parte hasta hoy mismo. Y por supuesto las conexiones familiares de los criminales con muchos de los que hoy no pueden soportar que las vÃctimas de sus antepasados reposen en los mismos lugares que, cristianamente, lo hacen los asesinos. Porque los prefieren a aquellas.
En cuanto al alcalde, como se decÃa de Bin Laden, que mira que tenÃa que ser canalla para que te tuviera que asesinar a sangre frÃa un Premio Nobel de la Paz, se puede decir de este tipo, que mira que tiene que ser facha, además de otras cosas relacionadas con su nacencia, para volver a mandar a la fosa los restos de unos fusilados que fueron rescatados del hoyo adonde los tiraron tras matarlos a sangre frÃa sus antepasados, al menos ideológicos.
http://lacolleja.org/2011/turismo-del-luto-a-poyales-del-hoyo