En el camino de la memoria
Berriz inaugura una placa de recuerdo a sus vÃctimas demócratas de la guerra civil
I. GORRITI – Lunes, 12 de Septiembre de 2011 –
RECORDAR en ocasiones duele, a pesar de que ayer el cariño viajara de forma intrÃnseca en cada lágrima rodada en Berriz. Las familias de los fusilados y otros asesinados en las cárceles entre 1937 y 1939 lloraron con confusión de sentimientos: de pérdida o vacÃo familiar al tiempo que de sentirles por fin con dignidad; de rabia contenida y al mismo tiempo de reconocimiento social y municipal a los suyos, y de intentar acabar con la sinrazón que algunos 74 años después aún amparan en polÃticas camufladas.
Fue en aquella Guerra Civil cuando los militares españoles contrarios a la Segunda República fusilaron al alcalde nacionalista Felipe Urtiaga Eguren, al foral Gregorio Urkijo Alberdi, al guardia municipal, el socialista José Agirre López, al trabajador del Hospital de Salud Mental de Zaldibar AgustÃn Milikua Garitagoitia y a FermÃn Aranguren Alberdi. Los suyos y todo un pueblo se emocionó al descubrir una placa municipal a modo de homenaje por ellos y aquellos berriztarras que dieron la vida por las libertades, la democracia y por sus ideologÃas contrarias al golpe de Estado de julio de 1936 durante la Guerra Civil. Como entonces ayer no hubo distinciones de si fueron abertzales, comunistas, socialistas, anarquistas… Volvieron a ser todos uno contra el águila. El encuentro social fue un tributo que transcurrió emotivo y arropado por los vecinos de la localidad y los de otros pueblos cercanos sensibilizados con la verdad.
Berriz cuenta con un camino hacia el ayuntamiento, un camino hacia el campo de fútbol, otro hacia el gaztetxe… pero se diferencia de la mayorÃa de municipios de Bizkaia en que ha dotado a la localidad de un camino especial, un paseo oficial de la memoria: Oroimenaren bidea. En él se rindió un aurresku de honor por parte de dantzaris y un txistulari del grupo Iremiñe a aquellos fusilados y a los dejados morir en cárceles. A ellos y a otros tantos de la resistencia antifascista del pueblo se recordó con mayúsculas. Lo hicieron en esta senda de la memoria, para honrarles, dignificar su presencia en una historia mal escrita, con «orgullo por ellos», como levantaron la voz quebrada Maite Arrizabalaga y Valen Esteban, del colectivo Berriz 1936 Gogoratzen Kultur Elkartea. El alcalde de Berriz, también habló claro: «Estamos esperando su justicia, que el dÃa de hoy sea un reconocimiento mayor a sus personas», amplificó con voz grave y sentida el munÃcipe jeltzale. Habló de ganadores y perdedores de aquella incivil guerra, pero no los declaró vencidos, que aunque moleste a algunos, no los hubo. El bertsolari Xabier Amuriza dedicó bertsos a los homenajeados: cantó a modo de metáfora que el sol parecÃa que se habÃa escondido «a propósito, pero tranquilos que como es ley, volverá de nuevo» y aseguró que era un momento de resguardar «nuestra historia» con el objetivo de que cada año esté más viva. A continuación, hubo una sentida ofrenda floral con la canción Agur Euskadi.
De las 200 personas presentes -de los 4.200 habitantes que registra Berriz-, la mayor parte de ellos abarrotó la sala de butacas de la Casa de Cultura con la proyección del documental Prohibido recordar, de Txaber Larreategi y Josu MartÃnez. A continuación, hubo un aperitivo para los presentes.
EXTRACTOS DE CARTAS Durante los actos, las personas que contemplaban la placa con las fotos y nombres de los recordados, la mayorÃa se emocionaba. Lo hacÃa, sobre todo, al leer los extractos de cartas de estos presos impresas, dirigidas a sus mujeres y familias antes de morir a manos de los antidemócratas. «Tomo la pluma con mano temblorosa para despedirme de ti y de nuestros adorados hijos. Perdona a todos como yo les perdono… Te juro que muero inocente», escribÃa en su despedida José Agirre a su mujer MarÃa Zabala. «Mi conciencia está tranquila pero mi carne se resiste a que sea eliminado de este mundo (…) En su dÃa tendrán que dar cuenta de su actuación», redactaba Urtiaga. Milikua deseaba recibir fotos de sus hijos que «de buena gana les daré unos abrazos». «Espero y no tengo la menor duda de que ganará el Gobierno legÃtimo y se implantará el Gobierno de Euskadi», concluÃa el alcalde. En la jornada solo hubo un pero: no hubo jóvenes presentes -en un municipio en el que son muy activos en reivindicaciones- con lo que el pasado que algunos aún quieren ocultar podrÃa olvidarse, y eso sà es morir.
http://www.deia.com/2011/09/12/politica/euskadi/en-el-camino-de-la-memoria