Familiares de 17 represaliados en la dictadura franquista participan en un homenaje en el cementerio

 

M. A. RIVES Honrar a las víctimas. Familiares de fusilados en Orihuela durante la dictadura franquista rindieron ayer un sentido homenaje cerca de la fosa común donde todavía se encuentran estos cuerpos.

Sólo tenía 9 años cuando el 24 de octubre de 1939 contó uno a uno los 18 tiros que acabaron con la vida de su padre frente a la tapia del cementerio oriolano. Isabel Mateo, vecina de Benferri, fue una de las represaliadas que asistió ayer al Homenaje y reconocimiento a los fusilados en Orihuela y a todas las víctimas del franquismo en un acto en el que se recordó uno de los episodios de la historia más negra de este país.

El acto, organizado por el Ateneo Socio-Cultural Viento del Pueblo en el marco de las IX Jornadas Viento del Pueblo, Memoria y Dignidad, tuvo lugar en el interior del cementerio de Orihuela, concretamente frente a un monolito en el que están grabados los nombres de los 17 hombres que fueron fusilados entre el 24 de octubre y el 17 de noviembre de 1939 por «defender la república y la libertad». Hasta el lugar se desplazaron familiares de los que fueron asesinados y otras personas solidarias con la causa, quienes recordaron en el cuarto aniversario de este acto las que algunos definieron como las horas más difíciles de toda su vida.

Al alba

Al padre de Isabel, Pedro Mateo Mateo, lo encarcelaron por haber servido como teniente en el bando republicano durante la Guerra Civil española. Tras ser juzgado por un tribunal fascista en el Consejo de Guerra Permanente número 1 de Orihuela, le condenaron a la pena de muerte y fue ejecutado al alba del 24 de octubre de 1939. Su hija, que pudo ver el cuerpo inerte de su padre, conoce el punto exacto donde se encuentra la fosa común con los restos de su progenitor. «Si me dijeran que lo sacan, aunque tenga que gastarme todo lo que tengo, lo haría», concluyó entre sollozos la mujer que aun hoy guarda luto al compartir su historia con otras tres señoras que llegaron desde Murcia.

Los participantes que quisieron fueron tomando el turno de palabra para compartir experiencias personales, debatir los aspectos que no les gustan de la Ley de Memoria Histórica o para recitar poemas del oriolano Miguel Hernández y de otros autores que murieron en el exilio ante la imposibilidad de regresar de nuevo a su patria. La jornada, marcada por la fina capa de lluvia que cayó durante toda la mañana, concluyó con la interpretación de algunos himnos republicanos con una armónica y con la promesa de no olvidar la barbarie fascista.

http://www.diarioinformacion.com/vega-baja/2011/11/20/memoria-fusilados-sigue-viva/1192874.html