A Franco, tantos años después
Que los que no movieron un dedo en su dÃa contra el franquismo, no nos roben ni uno solo de nuestros derechos
No sé por qué nos imaginamos una muerte digna en ti, si seguÃas ordenando fusilamientos hasta el final de tus dÃas. Siempre pendientes de la radio, a ver cuándo llegaba por fin tu hora, mientras salpicabas las paredes de sangre inocente. Esperábamos con miedo y con esperanza la ruptura, tú bien sabes el porqué. Muchas gentes no dormÃan en sus casas. Unos porque estaban en la cárcel, otros en el exilio y demasiados en las cunetas. Siempre sospechamos que la vida no eras tú, que sólo eras un fantasma cruel. Eras la costumbre, la pistola y el altar. La imposible y desgraciada pesadilla que nos atormentaba a diario. Quizás algún dÃa nos dirán que no exististe, que fuiste sólo un maldito sueño.
Mantengamos siempre viva la esperanza, conscientes de que con un voto cambiamos muy pocas cosas.
Era fácil rebelarnos contra ti en el sindicato, en la calle o en un papel. Toda la polÃtica se hacÃa contra ti, eras el resumen a vencer. Ahora todo es más difÃcil todavÃa, qué complicado es crecer y aceptar que otros decidan por tu cuenta, con el voto que les des.
Siempre habÃa soñado que se irÃan de una vez, nunca habÃa soñado con un rey. En este partido jugamos con desventaja, ellos tienen votos y el poder. Mantengamos la lucha siempre viva, en la oficina, en la fábrica o en el taller. Que la historia no se escribe especulando en un bar. Muerto el perro, la rabia no se fue con él. Ni mucho menos, y lo podemos comprobar todavÃa. Treinta y seis años después de la muerte del dictador, aún no hemos sido capaces de quitarnos su pesada losa de encima, y tenemos que soportar que sus restos reposen junto con los de otros miles de republicanos a los que mandó asesinar y levantar ese monumento a la indecencia fascista que es el valle de los caÃdos. Fuimos muchos los que luchamos por traer la democracia y la libertad a España, y hoy son los que no hicieron nada, o se opusieron a ello, los que nos gobiernan. Cruel paradoja de la vida. A nosotros ahora nos toca superar la rabia que nos produce ver tanta injusticia y luchar por mantener lo que con tanto esfuerzo hemos conquistado. Que los que no movieron un dedo en su dÃa contra el franquismo, no nos roben ni uno solo de nuestros derechos. Se lo debemos a todos los que sufrieron la represión de un régimen despreciable. Y por nosotros mismos y los que vendrán.
Salvador Cantabrana Jiménez. Carta al director en el diario La Rioja.
http://labarranca.org/content/franco-tantos-a%C3%B1os-despu%C3%A9s?mid=553