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Corvera, desde la trinchera

Lne.es, | 31 enero 2012

El concejo era un lugar estratégico en la Guerra Civil l Durante la contienda se registraron unos 120 muertos

 

Nubledo, Illán GARCÍA

El municipio de Corvera contaba en 1936 con 4.000 habitantes frente a los algo más de 16.000 actuales. Eran tiempos en los que el concejo era eminentemente rural y los corveranos se dedicaban principalmente a las labores del campo. Por aquel entonces, no se oía aún ni la palabra Ensidesa, que dio un cambio radical al municipio. Tras el golpe de Estado que dio el general Franco el 18 de julio de 1936 comenzó la Guerra Civil y con ella, la represión. Ahora, visto el interés municipal en cumplir la ley de memoria histórica e inventariar los restos del franquismo para su posterior retirada, el historiador castrillonense e investigador Pablo Martínez Corral ha aportado una serie de datos históricos y oficiales para conocer los entresijos de la Guerra Civil en el concejo y la represión posterior de los primeros años del régimen.

En febrero de 1936, los partidos de izquierdas unificados en el Fren te Popular ganan las elecciones municipales por 875 votos frente a los 763 conseguidos por la CEDA (Confederación Española de Derechas Autonómas). Seis meses más tarde, estallaba la guerra civil, lo que derivó en unos 120 fallecidos, según detalló Pablo Martínez Corral. «Hubo 50 muertos en combate en Asturias y, al menos, tres víctimas civiles por bombardeos o explosiones de bombas,…», añadió el historiador castrillonense basándose en archivos investigados en El Ferrol (La Coruña), principalmente. Tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, la tensión en las calles del concejo era palpable dada la división entre los adeptos a la sublevación militar y los republicanos. Para intentar dar respuesta a la ofensiva de los fascistas, las fuerzas políticas que forman el Frente Popular (PSOE, PCE, Izquierda Republicana, ERC, ORGA -excindido partido galleguista- y CNT, entre otros) constituyeron un comité de guerra.

El municipio corverano era un sitio estratégico en el que se instalaron un puesto de control y una trinchera forticada en La Consolación, lo que más tarde se convertiría en una fosa común. Tres meses después del estallido del conflicto, más concretamente, el 21 de octubre de 1936, explica Martínez Corral, las columnas provenientes de Grado consiguieron entrar en el concejo con destacamentos de moros. «Hay testimonios de varios saqueos y violaciones registrados», señaló el historiador castrillonense.

Eran tiempos de guerra y los sindicatos como la UGT y la Federación de la Tierra, más concretamente, extendían sus fuerzas «como respuesta a los caciques». Hubo incautaciones de tierras por parte de los sindicalistas. En los días posteriores al golpe de Estado, el Palacio de los Rodríguez León de Trasona se convirtió en cuartel y hospital de campaña.

«La aportación de Corvera a la Guerra Civil no sólo se centró en hombres y mujeres para el esfuerzo bélico si no que también se aportaron alimentos y tabaco», explica el historiador. Durante el año y medio que duró la guerra en la región, en Corvera se registraron disturbios y se contabilizaron además casos de represión en ambos bandos, republicanos y sublevados. La iglesia de Trasona fue quemada así como las imágenes de la capilla de Cancienes y de Solís. «También hubo ocho víctimas tras acciones republicanas», explicó Martínez Corral, que añadió que la represión franquista generó 38 desaparecidos y unos veinte ejecutados con juicio además que penas de cárcel.

En esa época también se registraron numerosas multas. «Gracias a los archivos se ha podido hacer una relación de multados y detenidos de ese momento histórico, las multas van desde las cincuenta a las quinientas pesetas», destaca el historiador. Llama la atención que durante esos tensos días en el concejo, se llegaron a interponer sanciones a republicanos «por no levantar el brazo» y, por lo tanto, no realizar el saludo fascista ante las autoridades franquistas, que había sido instituido como obligatorio en todo el país.

«Según fuentes orales, la fosa común más conocida fue la de La Consolación y varios de los fusilados fueron exhumados y trasladados al cementerio de Cancienes, pero se cree que todavía habría varios cadáveres; en Llaranes existía otra fosa con, al menos, dos personas», destacó el historiador Martínez Corral.

Los tristes sucesos bélicos en el concejo trajeron consigo que, al menos, dos hombres nacidos Corvera, más concretamente, en Cancienes, fueran trasladados a campos nazis tras exiliarse a Francia. Juan Suárez Ivarez estuvo en el campo de concentración francés de Trier y de allí fue trasladado a Mauthausen el 25 de enero de 1941. Fue asesinado el 20 de julio de 1943 y su número de matrícula era el 4.180, según detalló Martínez Corral. Su vecino de Cancienes Emiliano Cadierno estuvo detenido en campo francés de Compiègne-Rethondes y deportado al campo de concentración de Buchenwlad. Cadierno fue liberado por las fuerzas aliadas y falleció en Gijón, posteriormente, en 1953 por enfermedad.

Con estos datos, se comienzan a abrir claros sobre una época que el Ayuntamiento quiere investigar a lo largo del presente año para «hacer justicia», según expresó hace semanas el edil de IU, David García Leis.

http://www.lne.es/aviles/2012/01/29/corvera-trinchera/1191147.html