Segovia: Las obras en las ruinas de San Agustín se limitarán a limpieza y consolidación
Se mantendrá el paramento con el listado de fallecidos en el bando franquista, aunque se incluirá en el espacio un panel explicativo que recordará también a las víctimas republicanas
SERGIO ARRIBAS – SEGOVIA
La protección de las ruinas del ábside de la iglesia de San Agustín, —situadas en la plaza de los Caídos, junto al Policlínico y los jardines de Carlos Martín Crespo— se limitará a labores de limpieza y consolidación y no supondrán ninguna modificación de su actual estructura ni la eliminación de paramentos alusivos al bando nacional de la Guerra Civil.
La intervención, aprobada por la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, mantendrá, en consecuencia, el paramento con el listado de fallecidos en la Guerra Civil pertenecientes al ejército franquista, si bien se colocará un panel explicativo en recuerdo a las víctimas del bando republicano, “con el fin de preservar la Ley de Memoria Histórica”, según indicó ayer la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos (PSOE). Además el propósito es colocar otro panel, para que segovianos y visitantes conozcan la historia de la iglesia de San Agustín —que ocupaba todo el solar donde hoy se levanta el Hospital Policlínico— y el Convento asociado a este templo, de mayores dimensiones, puesto que alcanzaba hasta el edificio que hoy albergan las dependencias de la Jefatura Provincial de Tráfico.
La junta de Gobierno local aprobó el pasado jueves el expediente para contratar las obras que cuentan con un plazo de ejecución de tres meses y un presupuesto total de 136.736 euros, procedentes de una subvención del Ministerio de Cultura.
En la actualidad, el inmueble se encuentra en ruinas, en un estado irregular de conservación. Solo se conserva la cabecera de lo que fue la iglesia del antiguo monasterio. No presenta cubiertas por lo que los muros están descubiertos. La piedra de los muros interiores, de caliza, está bastante deteriorada por la exposición a la intemperie. También existen problemas de filtración de agua en las partes altas de los muros, con aparición de manchas de humedad y vegetación. Asimismo, se ha producido el desprendimiento de alguna pieza, fundamentalmente de las cornisas y molduras superiores.
De Santos explicó que las obras se dirigirán a limpiar los paramentos interiores, con relleno de mortero de cal y resinas. También se contempla la limpieza ‘en seco’ de las paredes interiores y de la fachada —a través de brochas— “para evitar cualquier tipo de daño”, insistió De Santos—; el rejuntado de la sillería existente y la reposición de piedra en algunas zonas. El proyecto incluye además la limpieza y consolidación de elementos de piedra labrada o escuadrada, como pilastras o capitales, a través de una pasta de mortero especial. Además, se restaurarán las cornisas interiores de piedra, y se reparará toda la coronación de los muros, que se impermeabilizará con una chapa de zinc. Se reparará y pintará la reja que hoy impide el acceso público al interior del espacio y se limpiará y arreglará el pavimento interior. La intervención también contempla la retirada de los elementos vegetales y la colocación de un sistema de control antipalomas.
“No se realiza ninguna actuación que afecta a la estructura, solo son acciones enfocadas a la consolidación y conservación de las ruinas existentes para frenar el deterioro actual”, indicó De Santos. Según la concejala, el proyecto persigue frenar la pérdida de volumen de las ruinas “uno de los elementos que configuran el perfil de la ciudad desde el Eresma”. “Hay fotos de hace 30 y 40 años que demuestran una pérdida de altura tremenda por el galopante deterioro, [la iglesia] tenía una cabecera altísima”, añadió De Santos.
El propósito municipal es consolidar las ruinas y habilitar el espacio, hoy cerrado al acceso público, para albergar actividades culturales al aire libre. “Cuando las ruinas se consoliden, el recinto puede convertirse —dijo De Santos— en un pequeño auditorio para los meses estivales, hay actividades culturales en la ciudad que pueden tener ese espacio como escenario, desde conciertos hasta actividades teatrales de pequeño formato, como títeres, narradores orales….”
En todo caso, De Santos desveló que el Ayuntamiento tiene en mente un proyecto para el futuro mucho más ambicioso, que hoy frena la crisis económica y la falta de aprobación del Plan Especial de las Áreas Históricas (PEAHIS). La idea es integrar las ruinas en un futuro edificio municipal que se levantaría aprovechando el talud y una pequeña parcela de propiedad municipal, en las inmediaciones de la calle Taray.
