Pisar el pasado
No es necesario acudir a los brutales revisionistas. Hay otras formas de recontar lo sucedido
MARILUZ FERREIRO
15 de febrero de 2012
En la historia siempre hay pliegues. Frunces que ocultan fundamentales puntadas. No es necesario acudir a los brutales revisionistas que pretenden borrar de la faz de la tierra las huellas del Holocausto ni a los que ocultan conscientemente los surcos del horror trazados por la zarpa helada de los gulag. Hay otras formas de recontar lo sucedido.
Sucedió con La Nueve. Fue la primera unidad en entrar en ParÃs aquel 24 de agosto de 1944. Alberto Marquardt recordó en un documental cómo De Gaulle, empapado de épica y de pragmática grandeur, olvidó mencionar en su discurso de liberación a aquellos españoles, y cómo los nombres de vehÃculos semiorugas bautizados Guadalajara o Madrid se afrancesaron para la posteridad.
Algunos integrantes de La Nueve, después pasar por la Guerra Civil, el exilio, los campos de internamiento franceses, la lucha contra Rommel, el desembarco de NormandÃa y la llegada a ParÃs, esperaban trenes que nunca llegaron. Años después recibieron honores, aunque sin el fragor de la victoria reciente. Asà se va escribiendo la historia. Rescatando el pasado, ese camino ya transitado cuyos baches tuercen todavÃa hoy tobillos.
¿Qué dirá la historia de estos tiempos? ¿Cómo retratará esta Grecia, esta crisis? Es difÃcil encontrar laureles cuando hay tantos empeñados en pisotear presente y pasado. Unos quemando edificios antiguos. En el otro extremo, otros zarandeando a Manolis Glezos, un señor de 90 años que en 1941, cuando solo tenÃa veinte, se convirtió en sÃmbolo de la resistencia al descolgar la bandera nazi de la Acrópolis. Él si obtuvo reconocimiento. Pero hoy no hay crédito ni para los héroes.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2012/02/15/pisar-pasado/0003_201202H15P60992.htm