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Tano Ramos: «Casas Viejas quedó como un crimen de la República porque triunfó la insidia»

La Voz de Asturias, 17/04/2012 | 19 abril 2012

Ha presentado en Madrid ‘El caso Casas Viejas’, en el que desmenuza aquella masacre de 1933

 

JAVIER G. CASO / OVIEDO

Madrid acogió ayer la presentación de El caso Casas Viejas , (Tusquets ediciones). Escrito por Tano Ramos (Cangas del Narcea, 1958), en este libro el periodista asturiano desmenuza y aclara las sombras que acompañan a aquel trágico episodio ocurrido en 1933.

Su libro comenzó como un trabajo periodístico.

Con motivo del 140 aniversario del Diario de Cádiz, donde trabajo, se hizo una revista para la que se pensó en varios reportajes. Hago tribunales y me encargaron algo sobre Casas Viejas. Me enteré del juicio en el que se juzgó al capitán Rojas, el oficial que mandó las tropas de asalto que fueron a sofocar la rebelión anarquista de Casas Viejas.

¿Cómo arrancó todo?

Con un reportaje sobre aquel juicio y al descubrir cosas que no cuadraban.

¿Qué no le encajaba?

Se hablaba de una represión brutal con más de 20 muertos, pero no se especificaba nada. Había dos partes de la historia. De un lado estaba la represión de la revuelta y una vez sofocada, el capitán Rojas ordena que haya detenciones. Se detuvo a doce hombres y, sin más averiguaciones y como escarmiento, los fusilaron. Y a Rojas se le juzga por ese crimen.

Aquello tuvo gran impacto durante la II República.

El primer error es mezclarlo todo. El Gobierno fue acusado de una represión brutal e indiscriminada, pero no se contaba que los juicios fueron por los fusilamientos. Se habla de los juicios, pero se mezcla todo.

¿Hubo dos procesos?

En 1934 y en 1935. El segundo se celebró porque el Tribunal Supremo ordenó repetir el proceso y dijo que Manuel Azaña, presidente del Gobierno en el momento de los sucesos, tenía que ir a declarar. Al descubrir ese segundo juicio había cosas que se obviaban.

Hábleme de ello.

La defensa de Rojas ideó una estratagema para salvarlo. Se trataba de afirmar que había actuado conforme a las órdenes recibidas de Azaña.

¿Fue así?

En el libro explico esa estratagema que acaba fracasando porque a Rojas se le acaba condenando a 21 años de prisión. Aquellos juicios tuvieron mucha repercusión mediática. El primero duró una semana entera y vinieron periodistas de Madrid. Lo que sucede es que los periódicos antirrepublicanos y anarquistas de la capital de España afirmaron que en el juicio se había demostrado que el crimen de Casas Viejas había partido de una orden del Gobierno de la República y del propio Manuel Azaña. Y Casas Viejas quedó como un crimen de la República al triunfar aquella insidia.

¿Qué hay de la famosa frase de Azaña ‘ni heridos, ni prisioneros, tiros a la barriga’?

Se la atribuyó Bartolomé Barba, un capitán de Estado Mayor. Ya en el primer juicio se contradice. Y en el segundo mantuvo un careo con el propio Azaña. Aquello estaba relacionado con las revueltas anarquistas de aquel momento. Barba acaba reconociendo que la escuchó el 8 de enero de 1933, cuando lo de Casas Viejas tuvo lugar el día 11 y no tenía relación con aquello. Lo que pasa es que la defensa de Rojas lo hiló. El problema es que lo que ha quedado fue que Azaña había ordenado aquella matanza.

¿Qué fue del capitán Rojas?

En el libro cuento lo bien que le fue. En enero 1936 el Tribunal Supremo recibe un recurso y revoca los fallos anteriores.

¿Cómo fue aquello?

En una sentencia antológica, todo un apaño, el Supremo convirtió en homicidios los asesinatos de Casas Viejas, aplicó la atenuante de la obediencia debida y le impone a Rojas una condena de tres años, con lo que en marzo de 1936 el militar ya está en la calle. Aquella fue una sentencia política, de hecho el ponente se unió al golpe de 1936.

¿Qué más ha incluido en su libro además de los juicios?

Sigo la pista a los principales personajes que participaron en aquellos juicios.

Autores como Gabriel Jackson califican los hechos de Casas Viejas de leyenda negra de la II República.

Fue utilizado de una forma tremenda tanto por parte de los propios antirrepublicanos como de los anarquistas que no fueron menos. Durante el franquismo Casas Viejas se siguió utilizando contra Azaña y la II República. Ha quedado como un crimen de la República. También los anarquistas machacaron lo suyo con los de los tiros a la barriga. Muchos republicanos se llevarán una sorpresa al leer el libro porque aquella insidia tuvo mucho éxito y ha llegado a creerse que las órdenes salieron de Azaña.

¿Los juicios de Casas Viejas fueron un proceso al régimen republicano?

Así lo presenta alguna prensa de la época y la pieza a abatir era Azaña. Hay periódicos como El Sol , La Hora o La Libertad , que contaron el caso como era. La prensa anarquista y la antirrepublicana lo usaron contra la República.

¿Hubo pasividad por parte del Gobierno?

Tardó un mes en enterarse. Al Ejecutivo no le llegó la información del crimen, sino de la rebelión. Se le transmitió que era una insurrección y el propio Azaña afirma en las Cortes que en Casas Viejas había ocurrido lo que tenía que ocurrir cuando se asaltaba un cuartel de la Guardia Civil. No sabía lo que había pasado y de pronto descubre lo de los asesinatos.

¿Qué hizo Azaña al enterarse?

Nada más saber de los fusilamientos le dijo al juez de Medina Sidonia que investigara y envía a Casas Viejas a un coronel de la Guardia Civil en misión reservada para que haga un informe. Y le cuenta que allí todos sabían lo que había pasado. A primeros de febrero los familiares habían declarado ante el juez, pero eso era algo que no se sabía.

¿Influyó Casas Viejas en el triunfo de la derecha en las elecciones de 1933?

Muchísimo. Durante la campaña electoral, la CEDA utilizó aquello de forma machacona: Casas Viejas era un crimen de la izquierda.

¿Cómo localizó usted el sumario de Casas Viejas?

Encontré una copia que tenía la hija de Andrés López Gálvez, el abogado que ejerció la acusación particular, una persona que acabó en la cárcel tras un juicio apañado. Fue la venganza de Rojas. Lo he incluido en el libro porque al ir a la Audiencia de Cádiz y al Archivo Histórico, esa documentación con las declaraciones de los testigos y de todos los implicados, había desaparecido. Alguien se la había llevado de la Audiencia. En los 90 apareció. Pero volvió a desaparecer. El sumario es la piedra angular de este libro. A partir de ahí surge todo.

¿Su objetivo ha sido acabar con las mentiras sobre Casas Viejas?

Se supone que acabar con esa leyenda negra.

¿Lo ha conseguido?

No sé. Un magistrado que ya ha leído mi libro me ha dicho: caso cerrado.

http://www.lavozdeasturias.es/culturas/Casas-Viejas-Republica-triunfo-insidia_0_683931716.html