Interior califica de «polémica artificial» el veto de Ares al historiador catalán Ricard Vinyes
El comisionado de Convivencia y Memoria designado por López dice que «se invitó a mucha gente y todos no han podido entrar»
SU EXCLUSIÓN ENREDA AÚN MÁS UN CONGRESO MARCADO POR EL CASO DE CARMEN GISASOLA
MIKEL MUJIKA – Sábado, 5 de Mayo de 2012
DONOSTIA. El congreso sobre Memoria y Convivencia que tendrá lugar entre los días 14 y 20 en Bilbao sigue enredado en la polémica. Poco después de conocerse que el Partido Popular había vetado la presencia de la exmiembro de ETA Carmen Gisasola y de que el propio Ejecutivo de Patxi López airease su desacuerdo con esta decisión a lo largo y ancho de la geografía estatal para distanciarse del PP, el veto de Rodolfo Ares al historiador catalán Ricard Vinyes ha supuesto una nueva vuelta de tuerca sobre una cita que llega filtrada y peinada por el Ejecutivo socialista y sus socios de Gobierno.
¿Veto, olvido, error? ¿Qué lleva al Gobierno Vasco, impulsor del congreso, a excluir a última hora a un experto de reconocido prestigio internacional en memoria histórica, una especie de asesor externo al que hace unos meses el propio Patxi López confió la coordinación del informe que le debía servir de guía en la materia?
El departamento que dirige Rodolfo Ares no quiso explicar ayer a este periódico los motivos de la exclusión de Vinyes y se limitó a apuntar que «desde Interior no se quiere alimentar una polémica generada artificialmente y que en modo alguno puede interferir en el buen desarrollo del congreso sobre Memoria y Convivencia».
Algo más claro, aunque inconcluso, en tanto que dijo no haber coordinado esa mesa redonda, se mostró el comisionado para la Convivencia y Memoria, Jesús Loza, quien ofreció su versión de los hechos a este periódico: «Lo que ha sucedido es que en este congreso se invitó a muchísima gente, ha habido una respuesta positiva por parte de la mayoría y todos no han podido entrar. No ha habido ningún tipo ni de veto ni de historias. Conozco a Ricard y es una persona muy válida».
El exparlamentario socialista fue designado por el lehendakari como comisionado para la Convivencia y Memoria. Una figura que se encargaría de ejecutar la política de Lakua en lo referente a la superación de las consecuencias del terrorismo. A Loza le «consta que ha habido invitaciones a mucha más gente. Podíamos haber hecho un congreso de un mes, pero una semana da para lo que da», matizó.
Sin embargo, el veto a Vinyes va más allá de una «polémica artificial» y no ha pasado desapercibido para muchos de los agentes políticos y sociales que participarán en el congreso de Bilbao. Tal y como confirmó el propio Vinyes a este periódico, «es cierto que fui invitado y que tenía todo prácticamente preparado. Me llamaron y me dijeron que lo sentían mucho, que no podía ser y que me retiraban la invitación; no sé la razón».
Sin embargo, según ha podido saber este periódico en otras fuentes, el veto de Ares estaría directamente relacionado con el contenido del informe que coordinó Vinyes, que no habría sido del agrado del Ejecutivo de Patxi López.
Vinyes, que reconoce «no ser una persona que esté metida en la política vasca», afirma que su «biografía es relativa a políticas públicas de memoria» en varios lugares del mundo. Una de sus tesis es que «es importante que exista una política pública de memoria que garantice participar a quien desee hacerlo en la construcción de esta imagen del pasado. Si no es así, habrá un déficit», sostiene. Una teoría chirriante en un escenario en el que los vetos y las exclusiones marcan el guion.
