La doble represión de las mujeres en las cárceles franquistas
Presentación de la muestra fotográfica ‘Presas de Franco’ en el Museo de León
Fue en las prisiones del régimen tras la guerra donde se creó el «hábito» del robo de bebés, según sostiene en historiador Javier RodrÃguez en la ponencia de presentación de la muestra fotográfica ‘Presas de Franco’ en el Museo de León
PÚBLICO / EFE Madrid
Entre los castigos que el régimen de Franco impuso a aquéllos que habÃan permanecido fieles a la República las mujeres tuvieron que soportar además el sufrimiento añadido que suponÃa el robo de sus hijos. Esta práctica, cuyas tramas se están destapando aún a dÃa de hoy, fueron puestas en marcha en las cárceles de mujeres, y es en ellas donde se creó este oscuro «hábito» que se extendió a lo largo de los años durante la dictadura.
Sobre este tema habla el profesor de la Universidad de León Javier RodrÃguez esta tarde en una conferencia sobre ‘La represión de las mujeres en el franquismo’ en el Museo de León como actividad paralela a la exposición fotográfica ‘Presas de Franco’. Y es que, a juicio del profesor leonés, la mujer sufrió una doble represión durante este periodo, la ejercida sobre cualquier persona a la que se le atribuyeran ideas contrarias al régimen, pero también una represión «de género» que se aplicaba en el componente ideológico colocando a las mujeres en un plano de desigualdad y subordinación al hombre.
Eran reprimidas doblemente: por rojas y por mujeres
Fue una generación de mujeres que vieron como perdÃan los derechos adquiridos durante la II República y pasaban a ser reprimidas doblemente, por «rojas» y por mujeres. Y la mayor parte de ellas terminaron entre rejas o frente al pelotón de fusilamiento.
RodrÃguez ha señalado, que muchas fueron separadas de sus hijos durante la década de los cuarenta y los primeros años de los cincuenta. «A partir de mediados de los años cincuenta, los casos de estos niños perdidos se siguen produciendo con mentiras y falsificaciones» a través de lo que considera un «hábito» derivado de la práctica de los centros penitenciarios que se amparaba en las facilidades que otorgaba la estructura de la dictadura.
Sà ha considerado más sorprendente que en los primeros años de las Transición se continuase registrando casos de bebés robados y ha aprovechado para reclamar «un poco de justicia» en el esclarecimiento de estos casos a través de la facilitación de documentación.
El machismo franquista «no se puede borrar de un plumazo»
Sin embargo, no sólo la práctica de los bebés robados trascendió, desde su punto de vista, más allá de la dictadura, pues también encuentra un vÃnculo entre la represión de género ejercida sobre la mujer y la violencia machista de las primeras décadas de la democracia.
A dÃa de hoy hay más instrumentos para acercarse a la igualdad, «pero cuando a una persona se la educa durante cuarenta años en unos comportamientos, estos no se pueden borrar de un plumazo».
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