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«Para poder hablar con objetividad de la posguerra tendrá que desaparecer una buena parte de españoles»

Voces de Cuenca, 02/09/2012 | 4 septiembre 2012

Pedro Peinado, el coordinador del colectivo La Gavilla Verde habla sobre la labor desarrollada por esta asociación en la Serranía Baja

 

Por Paco Varea

¿ Podría realizar un análisis somero de los logros de La Gavilla Verde desde su fundación

El principal hito ha sido su propia existencia durante estos años. Estábamos acostumbrados a que en los pueblos se crearan asociaciones de carácter festivo, con alguna mirada hacia la tradición, mayoritariamente de carácter religioso y con un contrato leve con el futuro y nada críticas con el pasado. Asociaciones de carácter nostálgico, como si se quisiera revivir el tiempo en que los pueblos tenían una mayor densidad de población y creadas por personas que habían emigrado rememorando sus tiempos de permanencia en los pueblos. Tradiciones que se gestaron durante el franquismo, cuando ellos eran jóvenes. Junto a la recuperación de los aspectos lúdicos y festivos de aquel tiempo, se reforzaba fuerte presencia de la iglesia con sus procesiones y romerías. Nosotros llamamos a eso pueblismo. Frente a ello, La Gavilla Verde nace con vocación de futuro, la crean, en principio, unos jóvenes que viven en el pueblo y que quieren permanecer en él. A ellos nos unimos los que vivimos fuera, pero con una coincidencia poder volver a la tierra o, cuando menos, ayudar a que se queden. Coincidimos en algunos aspectos con el “pueblismo”, por ejemplo, trabajamos en la recuperación de las tradiciones perdidas, pero como una materia a preservar y poderla convertir en un recurso de futuro. En el terreno de la tradición religiosa, estudiamos el apartado civil, su origen, su evolución y la desaparición de las fiestas de carácter civil, un ejemplo, es “La Noche del Sol”, que hemos celebrado durante varios años y en las que los pobladores salían al campo de madrugada en la noche más corta del año a recoger diferentes yerbas o se realizaba el oreo de las ropas utilizadas durante el invierno decorando el pueblo con colchas en los balcones dándole un colorido especial.

En todo caso, el logro más visible ha sido el de crear un proyecto de memoria viva, donde ya no solo se recuerda a las generaciones anteriores desde una perspectiva pasiva, sino qué, además, se estudia el comportamiento de la sociedad rural, su desmoronamiento a través de los procesos políticos y sociales que se dan durante todo el siglo veinte y que son cruciales durante y tras la guerra. Esto es así por la importancia de estos hechos en nuestra comarca en general y Santa Cruz de Moya en particular. Trabajamos la memoria como un recurso que enriquece nuestro patrimonio.

Otra de las aportaciones está vinculada a la defensa y divulgación de nuestro patrimonio natural, es decir, defender el trabajo de nuestros abuelos que se enfrentaron a duras condiciones de trabajo y nos dejaron un entorno envidiable de construcciones sencillas de piedra y argamasa. Recuperamos los senderos tradicionales y creamos una infraestructura turística que favorezca la llegada de personas que quieran conocer nuestro entorno con respeto a la naturaleza. No se nos ocurriría crear un circuito de quads, pero sí apostamos por el ciclismo deportivo y turístico. Nuestro posicionamiento ambientalista ha sido contrario a la apertura de minas y al vallado de fincas cinegéticas.

 

¿Ha valido la pena el viaje con estas alforjas?

Es un viaje duro y con muchas resistencias, especialmente, nuestro trabajo relacionado con la recuperación de la memoria. A pesar de haber contado con todos los ingredientes académicos para el estudio de esta etapa de nuestra historia, son muchas las heridas abiertas y muchas las personas que consideran que no vale la pena recordar, frente a ellos, entendemos que el deber de todo patriota es conocer en profundidad nuestro pasado y sabernos enfrentar a él.

Proponemos la labor humanitaria de ayudar a las familias de los desaparecidos y represaliados, en todos los sentidos, se ha ayudado a personas implicadas en uno y otro bando, dándole la información más precisa de la que disponemos aquellos hechos, documental y testimonialmente.

Mientras quiere situarse la discusión entre la validez del recuerdo y el olvido, nosotros trasladamos la discusión al análisis científico de una etapa histórica y aplicamos las herramientas metodológicas que utilizan los historiadores y tomamos conocimientos de otras ciencias como la psicología, la sociología, la economía, la geografía y el derecho. Mientras exista políticamente un proceso por mantener en silencio lo ocurrido en un periodo concreto de nuestra historia reciente, nosotros consideramos que es necesario su conocimiento para restañar las heridas, conocernos mejor y evitar que las futuras generaciones acudan a la violencia política como un medio de imponerse al contrario. Sí España quiere ser una verdadera democracia, deben conocerse en profundidad los hechos y las contradicciones que nos llevaron a ese cisma que acabó en una guerra y equilibrar a las víctimas de un lado y de otro y situar a los verdugos en su justa medida.

Todo viaje vale la pena, quizás lo más gratificante ha sido ayudar a tanta gente a conocer el destino de los suyos y dar la posibilidad de cerrar el ciclo familiar del luto.

Consideramos que ha valido la pena pues en estos años ya que hemos podido convertir a una parte de nuestro pueblo en una industria cultural capaz de realizar investigaciones y divulgarlas en todos los terrenos y haber sido capaces de editar una revista El Gavillero que se ha convertido en una manera de comunicar la amplitud de nuestras actividades, muchas veces eclipsada por la capacidad de convocatoria de las jornadas de la guerrilla.

Lo que queríamos era poner a Santa Cruz de Moya en el mapa y eso se ha conseguido. En las fechas ciegas de nuestro calendario, hemos sido capaces de llenar nuestro pueblo en aquellos periodos no vacacionales de por medio, así y todo, contamos con una población, en general, mermada por la emigración y bastante conformista y es duro mantener la tensión que producen los cambios durante tantos años.

 

Los objetivos de La Gavilla Verde principalmente son los de mantener viva la memoria histórica pero también lo es del hecho social, turístico y cultural de la Serranía Baja… ¿Qué han hecho a parte de las jornadas?

El principal eje fundacional de La Gavilla Verde es la lucha por el desarrollo rural y sostenible de los pueblos de montaña y uno de sus principales recursos es la memoria, en general, por eso hablamos de memoria rural y no de memoria histórica. La memoria rural abarcaría un campo amplío de actuación, quasi milenario en algunos casos como son los senderos.

Durante estos años hemos organizado un Centro Documental, a partir de ahí, queríamos trabajar los conceptos de Paisaje y Territorio. Los cambios en el paisaje son un libro abierto que nos ayuda a conocer la vida pasada y presente de la Serranía. Gracias al Centro de documentación logramos un acuerdo con la Universidad de Konstanz por el cual estudiantes alemanes podían pasar unos meses con nosotros y a la vez que nos ayudaban en las actividades y mantenimiento del Centro de documentación mejoraban su idioma y conocían nuestro entorno. Eran estudiantes de posgrado que eligieron Santa Cruz de Moya, para completar sus estudios universitarios frente a otros destinos europeos.

Realizamos anualmente un certamen literario en homenaje a la escritora Dulce Chacón, se han organizado tres Festivales de Cine Documental sobre la memoria rural, entendiendo por memoria todos los aspectos de la vida fuera de las urbes, desde la antropología cultural a la arqueología, los cambios producidos en nuestras sociedades, el estudio de oficios perdidos, de pueblos abandonados, etc. También se han realizado salidas al monte para dar a conocer la fauna y la flora, la explotación de los recursos naturales, ha sido una actividad frenética durante estos últimos catorce años.

 

¿ Es Santa Cruz de Moya el epicentro de la guerrilla española o de los maquis o se ha logrado ser el foco para recordar unos años de lucha contra la dictadura?

En Santa Cruz de Moya, antes de que naciera La Gavilla Verde, se celebraba desde 1989 una concentración de los viejos guerrilleros, familiares y simpatizantes de aquel movimiento de resistencia armada al franquismo. Un día al año, Santa Cruz de Moya se asomaba al mundo con un elemento diferencial a otros pueblos. Nos sorprendía que nuestra herencia oral, la que habíamos recibido en el seno de nuestras familias desde niños, fuera de interés para tanta gente. Lo que no queríamos era caer en el tópico y con un acto de exaltación ya bastaba. Quisimos crear un espacio de profundización sobre el caso, pues cuando leíamos en la prensa lo que ocurría en Santa Cruz de Moya una vez al año, nos parecía que era necesario explicar aquellas terribles vivencias desde la propia población que las había sufrido.

Esa era una necesidad en el ámbito del conocimiento sobre la historia contemporánea en España. Es decir, hay un público objetivo con un gran interés en la historia que demandaba poder profundizar más allá de las anécdotas, de la mitificación de los guerrilleros o de la guardia civil, o, a la inversa, de la demonización de ambos colectivos.

Nosotros solo propusimos una plataforma para conocer el fenómeno de la guerra insurgente y la contrainsurgencia en uno de los lugares donde se había producido, por expertos y con un papel protagonista de los testimonios sobrevivientes. Por nuestras jornadas han pasado guerrilleros, puntos de apoyo, guardias civiles, miembros del ejército, casi la totalidad de los expertos sobre el tema y, además, hemos querido trabajar con otros ámbitos como el cine, la literatura, el ensayo, la fotografía, la escultura y hasta la poesía.

Por más que se haya querido denostar nuestras jornadas desde algunos ámbitos, Santa Cruz de Moya se ha convertido en el epicentro del conocimiento sobre la presencia de la resistencia al primer franquismo complementando el acto de homenaje que corresponden a las asociaciones de ex guerrilleros, al Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya y a la Diputación de Cuenca. Ellos fueron los artífices que se erigiera el monumento a la guerrilla en nuestro pueblo, nosotros solo hemos convertido ese hito en un medio de divulgación de los procesos políticos que forman parte de la historia de nuestra sufrida España interior.

 

El fondo documental es muy importante, pero ¿ que podría destacarnos?

El fondo podría dividirse en dos apartados: el documental y el videográfico. El segundo es el registro de entrevistas a testimonios, unas175, alas que habría que sumar el fondo sonoro que diversos investigadores nos han donado. La idea de este apartado es disponer del testimonio directo para las futuras generaciones. En este fondo se recogen la grabación de nuestras jornadas y de algunas de las actividades que se han realizado.

El fondo documental, a su vez, puede dividirse en material digitalizado de las fuentes primarias: archivos militares, municipales, gobierno civil, etc. con la idea de crear un archivo general de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón.

Dentro de este fondo documental hay varias donaciones importantes como es el archivo de AMICAL de Catalunya que corresponde a todo el trabajo realizado por esta asociación y que contiene muchos de los expedientes enviados a las autoridades alemanas y francesas para el reconocimiento de los haberes de las personas que trabajaron como esclavas en los batallones de trabajo, que ingresaron en campos de concentración o que participaron de la resistencia francesa. Otro de los valores destacables del fondo es la parte correspondiente al Fondo de la Asociación Enrique Líster, que contiene material inédito de este general republicano y comunista gallego. Contiene fotografías y discursos de su etapa como representante del PCE en los congresos internacionales. Ahora estamos trabajando en su clasificación y catalogación gracias a una ayuda del Ministerio de Cultura.

Desde el Centro Documental se han realizado diversas investigaciones. Cuenca en Guerra es el inventariado de las construcciones militares, aeródromos, líneas de defensa, refugios antiaéreos de la provincia de Cuenca. Este año finalizamos el relativo a la Ciudad de Cuenca. A su vez se han investigado las rutas de infiltración de los guerrilleros desde Francia a España, con la esperanza de crear recorridos permanentes entre los pueblos que cruzaban y que unían Aragón, Cataluña, Valencia y Castilla.

Realizamos una exposición acompañada de dos audiovisuales, uno de ellos llamado El Maquis en Santa Cruz de Moya, donde se narra la relación de Santa Cruz con aquellos hechos desde 1945 hasta nuestros días. La Exposición, además, se acompaña de un catálogo de doscientas páginas y resume todo el proceso de guerrillas desde 1936 hasta nuestros días y se podrá ver próximamente, en Cuenca, en la casa Aguirre, desde el 17 al 27 de septiembre.

 

¿ A quiénes han traído estos años por estas tierras como conferenciantes?

Hemos intentado que acudieran todos los historiadores vinculados al tema, juristas, periodistas, cineastas, actores,… la lista es enorme y no quisiéramos dejarnos a nadie. No creo que haya pueblo en España que haya podido reunir a tanto personal tan prestigioso. Ya, en el primer año, nos visitó el equipo de rodaje de Silencio Roto, Dulce e Inma Chacón, Julio Llamazares y Diego Carcedo.

Esto nos dotó de salida de un prestigio que no hacía dudar a otras personas en adentrarse en el interior de la Serranía, en un pueblo alejado “del mundanal ruido”.

Este año tuvimos con nosotros a Carmen Amoraga. Nos ha venido a conocer Paul Preston, que fichó a dos o tres de nuestros ponentes para incorporarlos en un curso que organizó al año siguiente en Londres. Hemos contado con juristas como Carlos Jiménez Villarejo, José Antonio Martín Pallín, el catedrático Marc Carrillo, el exalcalde de Valencia e historiador Ricard Pérez Casado que llevó por primera vez el trabajo realizado por nuestra asociación al Congreso de los Diputados, Cristina Almeida, la familia Garzón, … la escritora Almudena Grandes o Fanny Rubio. Del cine, imagínate, los directores Montxo Armendáriz, finalista para el Oscar, a Benito Zambrano, León de Aranoa, Javier Corcuera, actores como Juan Diego Botto, Álvaro de Luna, actrices, como María Vázquez, María Pastor… a los cantautores Luis Pastor y Lourdes Guerra, es que es una lista inagotable que quizás en la provincia solo nos superará la capital, no quisiéramos tampoco ser vanidosos, pero creemos que para una población como la nuestra sino hubiera sido por el trabajo serio y abierto que hemos realizado y la temática tratada estos hitos serían imposibles.

De todas formas, la presencia de los guerrilleros, de los puntos de apoyo, de la gente sencilla de los pueblos que venían a narrarnos en primera persona los episodios de su vida, sus experiencias han sido las que más huella han dejado. Diría que José Manuel Montorio, Eulalio Barroso, Pedro Alcorisa, Florián García, Remedios Montero, Esperanza Martínez, Manuel Pérez Cubero, Ángel Ruiz Toledo tienen o han tenido una relación especial por ser miembros de la AGLA o por su contacto con nosotros. Pero no podemos olvidar al Comandant Robert héroe de la resistencia francesa o el grupo de los catalanes Doménech Serra, Martí Bielsa, Carme Casas o la madrileña Raquel Pelayo o a nuestro vecino Juan Fernández Antón que son el primer eslabón en incorporar a nuestro pueblo en la cadena de la memoria, en fin, el listado, vuelvo a decir, es inacabable y es un pecado dejarnos a Helène Soriano, hija del jefe de la AGLA que muere en Cerro Moreno o a la familia Delicado que fue el primer jefe guerrillero en llegar por estas tierras tras la invasión del Valle de Arán.

Entre los historiadores es destacable la presencia de Salvador Fernández Cava, Benito Díaz, José Aurelio Romero Navas, Ferran Sànchez Agustí, Sánchez Cervelló, Irene Abad, Daniel Arasa, Martínez Baños, Jesús Núñez y Miguel Romero, nuestro intelectual serrano de mayor proyección, así de memoria, los mejores exponentes de la historiografía del maquis. Espero que me perdonen a los que no nombro que también lo merecen desde el ponente novel al que le temblaba la voz al presentar sus logros, al ponente más experimentado, como Julio Aróstegui que luce en su solapa el pin del monumento de Santa Cruz de Moya y que fue capaz en una intervención de veinte minutos desmenuzar medio siglo de la historia de España.

Si uno revisa a los historiadores, por poner un ejemplo, se dará cuenta que han intervenido personas que defendían diferentes posturas, algunas muy críticas con la estrategia de la guerrilla, pero todos coincidentes en la importancia del fenómeno estudiado.

 

¿ Las instituciones han sabido calibrar la importancia de estas jornadas o como se dice el tiempo pondrá a cada uno en su sitio ?

No podemos quejarnos pues las prioridades de un gobierno son las que son y omiten apostar por caballo perdedor, conforme el eco de las jornadas era mayor, mayor atención hemos recibido.

Detrás de las instituciones hay personas y a nivel colectivo y a nivel personal estamos muy agradecidos con el papel jugado por el anterior Presidente de la Diputación y actual alcalde de Cuenca, Juan Ávila, y del ex Delegado de la Junta, Ángel Valiente. Un impulso muy grande fue el jugado por nuestra socia Virgilia Antón de quién partió la idea de implicar a la universidad y a partir de la experiencia positiva, el ex rector Luis Arroyo Zapatero nos propuso realizar un convenio de apoyo a nuestras actividades de carácter académico, éste tuvo continuidad por el ex vicerrector de Cuenca, José Ignacio Albentosa y que esperamos renovar con la actual Vicerrectora. El Centro Documental ha contado con las mayores ayudas del Ministerio de la Presidencia, a él debemos nuestros mayores logros.

La situación de crisis es una panacea para el actual gobierno que ya mostró su contrariedad cuando estaba en la oposición al apoyo que se nos prestaba. Imagínate que el PP hubiera estado de acuerdo con nuestro trabajo, el proyecto no solo se habría consolidado, sino que, ahora, tendría visos de continuidad. Habrá que esperar nuevos tiempos.

Nuestra oposición a la ATC (cementerio nuclear) y las políticas rurales que se están imponiendo, significan un grave retroceso cuando no el fin de nuestros pueblos. Esa crítica a las medidas del gobierno provincial, autonómico y nacional será una dificultad más para conseguir subvencionar nuestros proyectos, pero no podemos aprobar los graves recortes que rompen con las políticas integrales de desarrollo rural realizadas en los últimos veinte años.

Cerrar el Centro de Documentación después de la labor realizada quizás sea volver al lugar de partida, pero con unos fondos documentales que no estaban en la casilla de salida. Sí se hubiera apoyado con más fuerza éste proyecto, que es un gran recurso para la comarca y que había conseguido nuestro posicionamiento en el espacio de la memoria nacional y europea, no sería tan sencillo cortar toda posibilidad de fomento. Esto explica el alejamiento de la clase política de los proyectos que nacen en la propia tierra, impulsados desde los pequeños pueblos y con una gran resonancia. Somos críticos con las políticas de desarrollo rural que se han impulsado ya, desde nuestros respectivos gobiernos, o, de las entidades que deberían haber apostado por nosotros hace ya muchos años.

Nuestros planteamientos han sido innovadores, además del Centro Documental, hemos propuesto crear el Parque Fluvial del Río Turia, la Recuperación de los mercados y ferias comarcales o la creación de un circuito senderista y ciclo turista de las Tierras de Moya. Si las instituciones no han sido capaces de generar subvenciones a estas propuestas y sí en cambio en desviar los fondos a otras políticas, están dinamitando uno de los principios del desarrollo rural, la capacidad de generar propuestas desde la propia población, es decir, la creación de propuestas endógenas.

A nivel colectivo, podemos estar muy orgullosos.

 

La crisis hace casi peligrar las jornadas de éste año pero han sabido reconducirlas. ¿Ha costado?

La crisis ya afectó a las jornadas del año anterior en la que no recibimos ninguna subvención. Salvamos aquel momento pues en nuestro arsenal de ideas y proyectos teníamos suficientes argumentos como para construir un programa aceptable en todos los sentidos, incluso, en el que es cada vez más complicado, como es la presencia de guerrilleros y puntos de apoyo.

Logramos parar el golpe económico, pero no fuimos capaces de generar nuevos recursos, hacer caja, como se dice en otros ámbitos. Esto nos ha dificultado mucho soportar los gastos este año, pues con lo que recogíamos en las jornadas podíamos hacer frente a los gastos corrientes: telefonía móvil, el mantenimiento de la web y la calefacción, correos, algunos gastos de representación, seguros, etc. y gastos vinculados a proyectos que no recibían subvención, como han sido el Certamen Dulce Chacón, el Festival de Cine o la revista El Gavillero.

Este año, más que por la crisis, que es un argumento suficiente para la reducción de las jornadas, está el querer repensar el proyecto. También pretendemos concienciar a la gente de nuestro pueblo y de la comarca que valoren que significaría la desaparición de las jornadas y que renueven el apoyo que desde el principio nos concedieron, especialmente desde las instituciones y los establecimientos que en definitiva han sido los grandes beneficiarios junto a la asociación de los beneficios recibidos.

Esto afecta también al acto de homenaje a la guerrilla que recibía de las jornadas una masa crítica y el empujón necesario para divulgar su existencia. A pesar de que la convocatoria del acto corresponde al ayuntamiento y a las asociaciones de guerrilleros, tanto La Gavilla Verde, como la Asociación de ex guerrilleros del País Valenciano (AGLA) son en la práctica los verdaderos organizadores. A nosotros nos corresponde asumir también los gastos que financiamos con la venta de camisetas y la comida de hermandad.

Las jornadas coincidieron en su nacimiento con la mayoría absoluta de Aznar y ya desde aquel día contaron con un privilegio y es que los ponentes no solo han venido sin gratificación alguna, sino que además se han sumado a nuestro proyecto por considerarlo solidario, eso nos ha abierto innumerables puertas.

Este año escribiremos al Presidente de la Diputación para solicitarle algún tipo de ayuda, no tanto, por las jornadas y el homenaje, sino para que nos ayuden a afrontar alguno de los gastos. Consideramos que La Gavilla Verde ha contribuido al conocimiento de nuestra provincia y una cosa es que se muestren ideológicamente contrarios a la recuperación de la memoria y otra diferente a que no se reconozca que nuestros hitos han contribuido a dar a conocer nuestra provincia en España, Francia y otros países europeos. Y no creo que la provincia pueda permitirse el lujo de no apoyar actos con gran resonancia en el exterior y que atraen un goteo incesante de viajeros que quieren conocer donde está Cuenca.

 

Le queda algo pendiente a La Gavilla en Cuenca, algo como una espinita clavada

Siempre quedan cuestiones, proyectos no desarrollados. El esfuerzo que hemos contraído con la recuperación de la memoria no nos ha permitido promover proyectos de desarrollo rural, esa ha sido una demostración de la necesidad de profesionalizar determinadas áreas de la asociación que necesitan de una presencia continuada, el voluntarismo es una virtud, pero a la vez un impedimento para alcanzar metas que nada más pueden conseguirse con mayores recursos económicos. Una de nuestras apuestas es la de desarrollar la sección deportiva de La Gavilla Verde, en especial, el senderismo, el piragüismo y el ciclismo de montaña.

Nos hubiera gustado crecer a nivel provincial e interprovincial estableciendo sedes o grupos afines en cada pueblo. En el inicio esto fue así y el proyecto Sierra y Libertad, que es como nuestro ideario, fue secundado por la Comarcal de Jóvenes del Jerte, la Asociación el Fendejo de Azuara, Zaragoza, etc. pero el mantenimiento de estructuras estables necesitan de personal liberado, de unas asociaciones con mucha participación y con una cohesión ideológica de la que se prescinde en La Gavilla Verde capaz de aglutinar de forma apartidista a personas de diferentes sensibilidades culturales y sociales, comprometidas con el desarrollo rural.

La Gavilla ha crecido hacia fuera por nuestro trabajo en el campo de la historia y la memoria y hacia dentro por nuestro compromiso con Santa Cruz de Moya, pese a ello, no existen ramificaciones de nuestra asociación en la Serranía Conquense, aunque si levantamos muchas simpatías y cualquier día creamos una sección en Cuenca ciudad.

Un hecho paradójico es que tenemos un grupo de la Gavilla Verde en Girona, que ninguno de sus miembros desciende de nuestro pueblo y que, forman, como en el pasado para la guerrilla “los grupos de paso” que facilitaban la introducción por el Pirineo para contactar con los exiliados franceses, nuestro punto de apoyo que asiste a las celebraciones en terreno galo y que son un nexo necesario entre las relaciones con las asociaciones francesas de los departamentos del sur. Ya ves, un grupo de catalanes y catalanas, defendiendo en Cataluña y en Francia nuestro trabajo y convirtiéndose así en embajadores de Santa Cruz de Moya y de Cuenca. Merecerían que nuestro Presidente de la Diputación reconociera este trabajo, ya que ellos explican mejor que nadie, dónde nos encontramos, aquí, aislados, en el centro de España.

 

El colectivo participa en el encuentro del mojón triginio, ¿Qué es exactamente?

Los mojones tiginios o trifinios, son los que separan tres territorios administrativamente diferentes, en este caso tres provincias y tres comunidades autónomas o reinos. Santa Cruz de Moya como territorio fronterizo posee dos. El encuentro se realiza en el mojón más al sur, el que nos separa de los términos municipales de Aras de los Olmos, Valencia, y Arcos de las Salinas, Teruel.

El encuentro nace del anhelo de los colectivos de cada uno de nuestros pueblos que, a pesar de haber estado separados por las líneas invisibles de las fronteras de los viejos reinos hasta las nuevas administraciones, participan de una misma cultura, nos une nuestra habla, más aragonesa que castellana, nuestros ríos, el Turia y el Arcos, nuestros caminos que nos unían con el sur aragonés y el norte valenciano, en fin, desde cuestiones locales hasta cuestiones más universales, y por encima de ello la defensa de nuestra cultura casi milenaria y nuestro amor y la defensa de la tierra por la que pasaron celtas, iberos, fenicios, romanos, árabes, castellanos, aragoneses, valencianos, que fue territorio de guerras entre unos y otros hasta la más cercana. Por encima de todo es un canto a la hermandad rural y a la naturaleza.

Este año la dedicábamos a manifestar nuestra indignación frente a los incendios, pero el anuncio de una alerta naranja nos ha obligado a desconvocarla y buscarle una ubicación en el calendario más acorde y con menos riesgos, está el monte que arde.

 

¿Cree que los españoles han asimilado los años duros de la posguerra? ¿Se podrá hablar con objetividad?

No. Una buena parte de los españoles tendrá que desaparecer para ello, sigue habiendo muy poco margen para la asunción de los resultados de la guerra y la dictadura. Pero se han cosechado muchos avances.

Nuestra misión ha sido la de acotar el movimiento guerrilleros y su represión, conocer con detenimiento cuál fue su efecto en nuestra sociedad rural. Otros andan por otros lares llamando a los guerrilleros bandoleros o minimizando su actuación. En definitiva, minusvalorando nuestra tierra, pues si tan débil era la guerrilla, para qué se movilizó a un contingente tan importante de hombres de la guardia civil y del ejército o cómo se llegó a unir a cuatro gobiernos civiles y militares bajo el mando del General Pizarro. El que minusvalora ese periodo, que suelen ser personajes con un bajo conocimiento de esta etapa o muy localizado o muy personal, insulta, incluso, a los guardias civiles que lucharon contra la insurgencia.

El propio Franco no reconoció más que tímidamente el trabajo de la guardia civil, así se hizo porque no quería que en el exterior se conociera la existencia de ninguna resistencia, y menos, que esta fuera armada. Discrepamos por la brutalidad utilizada contra la población civil, principalmente, y ejercida de manera continuada, pero la preparación para la lucha y la inteligencia de algunos de sus jefes y números, Pizarro era un animal, han de reconocerse. En este caso, la antítesis del general aludido fue el Coronel Límia Pérez que utilizó más inteligentemente los medios de que disponía y supo acercarse a la población donde actuaba cumpliendo su palabra cuando llegaba a un acuerdo, mientras el gobernador turolense no tenía ningún remilgo a la hora de castigar con tortura y muerte a los familiares o amigos de algún guerrillero incorporado como represalia, o, hacer arder un monte entero, o, mantener un duro código sobre los propios números, la mayoría de extracción humilde y campesina.

En el lado de los guerrilleros, no creo que hayamos ocultado ninguna de sus contradicciones, o realizado una hagiografía al estilo del franquismo. Fue un movimiento con aristas, con muchas semejanzas al movimiento francés de resistencia y propio del momento que se vivía, con una guerra que afectaba a todo el mundo aún en danza y con una pequeña probabilidad de que los aliados no dejaran a España aislada de la democracia. La guerra fría fue suficiente para desmentir la esperanza de los españoles que habían perdido una guerra y que tuvieron que esperar a la década de los setenta para volver a votar. La historia ha sido muy cruel con España y la dictadura lo suficientemente larga para crear suficientes sombras que se convierten en argumentos para los que quieren dignificar la dictadura.

Aún hay mucho por investigar y si bien desde nuestro Centro Documental hemos intentado divulgar la memoria guerrillera, no hemos perdido de vista la memoria gubernamental a través de sus fuentes documentales y orales. Con un buen tamiz, eliminando los contaminantes y aditivos ideológicos de unos y otros podemos establecer un buen marco de estudio. Las próximas generaciones se verán liberadas de tanto revisionista y erudito, el modelo de la memoria que presentan algunas organizaciones de la derecha rancia, no son más que el resultado de volver a poner en circulación propuestas que ya existían en 1939, con el único objetivo de crear división entre los españoles. Nosotros lo que proponemos es un marco unitario donde la metodología histórica está por encima de nuestro pensar.

 

¿Quién es Pedro Peinado?

Un enamorado de la Serranía de Cuenca y de los territorios fronterizos.

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