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Datos de la represión franquista

Crónica de la Roda, 03-10-2012 | 4 octubre 2012

Al finalizar la Guerra Civil comienzan la cacería, las delaciones, denuncias y ajustes de cuentas con los vencidos

 

LUIS FRAILE | 03 DE OCTUBRE DE 2012

La noticia aparecida en CRÓNICA DE LA RODA el 25 de septiembre pasado, sobre la existencia de una fosa común en el cementerio de La Roda, me anima a intentar, al menos, poner a disposición de los lectores todos los datos que he podido recopilar.

Al finalizar la Guerra Civil, los vencedores se aprestaron rápidamente a administrar “su justicia”, militar por supuesto. Comienza la cacería, las delaciones, denuncias y ajustes de cuentas con los vencidos.

Al ser La Roda cabeza de Partido Judicial, concurren en el Juzgado Militar una gran cantidad de juicios sumarísimos que en Consejos de Guerra los van despachando con extraordinaria rapidez. Hay prisa por “repartir justicia”.

Según las investigaciones y averiguaciones llevadas a cabo por Carmen María Parreño (Licenciada en Historia) en los registros del Juzgado Civil y archivos del Ayuntamiento de La Roda, un total de 53 hombres y una mujer fueron pasados por las armas junto a las tapias del cementerio en las siguientes fechas: 17 de mayo – 18 junio – 23 junio – 7 julio – 29 julio – 11 noviembre – 16 noviembre y 27 noviembre de1939. Apartir de esta última -27 noviembre – todas las sentencias fueron ejecutadas en Albacete. El número de fallecidos en la cárcel del Partido es de 4 y uno en las dependencias de los Municipales – asfixia por ahorcamiento según el parte al juez (1940) -.

Durante los sucesivos fusilamientos, los condenados que utilizaron el “servicio” de confesión que la Iglesia les concedió en colaboración con los militares, tuvieron el favor de ser enterrados en cementerio católico; así un número indeterminado de fusilados que se acogieron a ese privilegio fueron separados de sus compañeros y les dieron sepultura en el patio contiguo al de su ejecución (Patio de Santiago). En este hay otra fosa común con restos sin identificar.

Fueron más de 15 años los que pasaron en los que la fosa común sin ninguna inscripción, solo era un pequeño montón de tierra, a la que los allegados y familiares se encargaban de adecentar cada 1º de noviembre poniendo algunas flores sobre ella.

Algunos familiares, no todos, se reunieron y acordaron costearse una lápida con dinero propio, lo que indujo a que solo figuraran los que habían pagado. Ese es el motivo de la cortedad de la lista en relación al número de sepultados (11).

En 1977 con la llegada de la democracia y una vez que se perdió el miedo, algunos familiares apoyados por organizaciones sindicales y de izquierda depositaban una corona de flores al llegar la festividad de Todos los Santos. Recuerdo y homenaje a los grandes silenciados y olvidados.

Ningún familiar ha reclamado los restos depositados en la fosa común del cementerio civil ni la que se encuentra en el católico, por lo que es inviable que puedan ser recuperados. La Ley de Memoria Histórica de diciembre de 2007 aboga por la recuperación de los restos de los represaliados durante la dictadura ya que, “ …las administraciones públicas ejercerán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas, objetos y menciones de exaltación personal o colectiva de la sublevación militar, la guerra civil y la represión de la dictadura”.

Es de justicia, pues, que al igual que los vencedores de la guerra civil aplicaron sus derechos a los vencidos y desplegaron todos los recursos del estado, surgido de la sublevación, a la localización, identificación y reparación con todos los honores a las víctimas caídas del bando vencedor, no aconteció de igual forma con los vencidos que se vieron perseguidos, exilados, encarcelados, represaliados y….olvidados.

Por cada hueso que aflore, algún familiar se sentirá en paz al recobrar “algo” de lo que le privaron durante más de 70 años: los restos de sus seres queridos. El día que el último de los enterrados en una cuneta o fosa común sea recuperado para la memoria, tras haber permanecido tanto tiempo en una sepultura indigna, será un alivio para sus familiares y un deber cumplido para la sociedad civil que podrá llevarlos hasta un lugar digno donde poder honrarlos, como sin duda merecen. Desde el momento que esté sellada la última sepultura que los responsables de aquella tragedia ocasionaron, entonces se podrá hablar de reconciliación. Mientras tanto la herida sigue sin cerrar, por mucho que los “ historiadores” revisionistas y reaccionarios se empeñen en decir que “no hay que remover el pasado”.

http://cronicalaroda.es/2012/10/03/datos-de-la-represion-franquista/