Madrid: PSOE pide «avenidas de democracia y no calles de dictadores»
La proposición se salda con las lágrimas de una concejala y las ovaciones irónicas al delegado al grito de «torero, torero»
MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) –
VILLALONGA CRITICA EL «AJUSTE DE CUENTAS» CON EL CALLEJERO
La portavoz socialista de Las Artes, Ana GarcÃa D’Atri, ha pedido este martes en el Pleno de Cibeles que se sustituya el nombre de «calles de dictadores» por «avenidas de democracia», lo que ha sido contestado por el delegado del área, Fernando Villalonga, que ha preguntado en qué situación quedarÃan vÃas con designaciones como Che Guevara, No Pasarán, Camarada Lenin, Durruti o Dolores Ibárruri, tras añadir que este «ajuste de cuentas» con el callejero no esconde más que una «pérdida de identidad» de la socialdemocracia.
«Pensemos si la guerra merece ser homenajeada», ha pedido la concejala socialista, que ha recordado que el Pleno tiene capacidad para aprobar el nombre de las calles de la ciudad para recordar a personas o acontecimientos de trayectoria relevante. «Siendo todos democráticos, ¿vamos a premiar a verdugos sobre vÃctimas?», ha preguntado la edil en una sentida comparecencia en el Pleno de Cibeles, donde no se ha olvidado de su abuelo, que le narró su posición en la Guerra Civil el Alto de los Leones.
La socialista ha defendido que es el momento de «acabar con el pasado que hiere» y poner punto y final a argumentos «ridÃculos» dados en Juntas municipales como que «Arriba España (el nombre de una calle) no significa nada». También ha exigido al fin del «ridÃculo» de seguir manteniendo en el callejero madrileño alusiones a la dictadura, «algo que no pasa ni en Roma ni en BerlÃn». «Tienen la posibilidad de acabar con el franquismo, abracen la dictadura», ha concluido la edil.
«YO TAMBIÉN TENGO ABUELO»
«Yo también tengo abuelo y abuelo vÃctima». Con estas palabras el delegado Villalonga ha empezado su intervención, en la que ha confesado que proviene de una familia «de la derecha monárquica, no afecta al régimen» para, a renglón seguido, preguntarle al portavoz socialista, Jaime Lissavetzky, dónde estudió.
En una dura intervención, Villalonga ha arremetido contra el «cansino ejercicio» de los socialistas en lo que a cambio de nombres de calles se refiere y que, en su opinión, «no es más que una maniobra de distracción de la socialdemocracia», que pone el acento en «el crucifijo en la escuela y el aborto en la guarderÃa».
El titular de Las Artes ha reiterado que el Gobierno municipal esperará al desarrollo reglamentario necesario para elaborar un posible catálogo de calles a cambiar, punto en el que ha confesado que a ellos también le «incomodan y repugnan» la designación de determinadas vÃas.
La propuesta de la socialista de cambiar el nombre de determinadas calles «no es más que un callejón sin salida que esconde una crisis de identidad», en palabras de Villalonga, que ha recordado que el espÃritu de la Transición ya se hizo patente en el Pleno de Madrid en los años 80, cuando se sustituyó el nombre de José Antonio por Gran VÃa o Primo de Rivera por Ronda de Atocha.
QUÉ LES QUITA EL SUEÑO A LOS MADRILEÑOS
En este punto, Villalonga ha arremetido contra los socialistas que quieren «exterminar del callejero nombres como Mártires de Paracuellos, aunque fueran mártires o Calvo Sotelo, aunque fuera asesinado por radicales de izquierdas». «Los vecinos de General Varela no duermen por el nombre de su calle pero no, lo que les quita el sueño es la crisis y el desempleo», ha manifestado después de apuntar las molestias que supondrÃa cambiar el nombre de la vÃa en documentos oficiales o en domiciliaciones bancarias.
La tensa intervención de Villalonga se ha saldado con las lágrimas de la concejala D’Atri, que ha sido apoyada por concejales de su formación. Minutos después el delegado Villalonga se ha acercado a su escaño para hablar con ella. El «esperpento» vivido, como lo ha definido la socialista Noelia MartÃnez, ha terminado con el portavoz del PSOE, Jaime Lissavetzky, puesto en pie al paso del delegado de Las Artes, a quien ha aplaudido, levantado los pulgares en un irónico signo de victoria y gritándole «torero, torero».
