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Un ‘Día del Perro’ contra la Memoria Histórica

Félix Población. La Marea, 11/03/2013 | 12 marzo 2013

1329522210-d9ccb7a812874783305867adcb3ffa8aLa alcaldesa de Fuengirola ha decidido este año que el 14 de abril se celebre en aquella localidad malagueña el Día del Perro

 

 

FÉLIX POBLACIÓN  |

La alcaldesa de Fuengirola, con una intención infame y manifiestamente provocadora ante una fecha tan señalada para los republicanos españoles como es la de la proclamación de la segunda República, ha decidido este año que el 14 de abril se celebre en aquella localidad malagueña la cuarta edición del Día del Perro.

Esperanza Oña, que ocupa su cargo en representación del Partido Popular, ofende y falta al respeto con tal proceder no solo a quienes se identifican con el republicanismo hoy en día, sino a los miles de víctimas del franquismo que perdieron la vida en aquella provincia por defender el régimen legalmente constituido. A ellos y a sus descendientes se les ha tratado de denigrar de modo insultante en una fecha que Izquierda Unida propuso hace un tiempo en el Congreso como Día de la Memoria Histórica.

El hecho reviste además una especial gravedad si se tiene en cuenta que Málaga y su provincia sufrieron de modo extremadamente cruel el desbocado celo represor de las tropas franquistas a partir de su entrada en la ciudad el 8 de febrero de 1937. Según un informe de un diplomático británico remitido al cónsul de Madrid en 1944, basado en el recuento y cifras de los vencedores fascistas, fueron 3.500 los ejecutados entre el 8 y el 14 de febrero de 1937 y 16.952 los condenados a muerte y ejecutados entre el 15 de febrero de 1937 y agosto de 1944. Este informe, según datos de Memoria Málaga, no hace referencia ni a los 5.000 muertos en la masacre de la carretera Málaga-Almería, ni a los ejecutados en los diez años posteriores.

En el cementerio de San Rafael de Málaga se encuentra la fosa no solo más grande de la Guerra Civil sino de Europa Occidental, en la que fueron enterradas más de 4.000 personas. Es necesario crear una atmósfera de terror. Hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilaciones a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión. Todo aquel que abierta o secretamente defienda al frente popular debe ser fusilado. La aplicación de esta consigna del general Mola se llevó a cabo en esa localidad con todo rigor. No en vano, Málaga era conocida por el sobrenombre de La roja por las tropas rebeldes, que la consideraban un bastión republicano por la pujanza que tenía allí el movimiento obrero, hasta el punto de haber obtenido el Partido Comunista en las elecciones de febrero de 1936 su primer diputado.

Pero el celo represor franquista no se limitó a un duro castigo sobre la capital, sino que prosiguió con la persecución de los miles de malagueños que huyeron hacia el norte buscando una escapatoria a la desesperada a través de la carretera de Almería. Aunque no se sabe a ciencia cierta la cifra exacta de los huidos (entre 15.000 y 100.000), sí se tiene constancia documental del pánico con el que lo vivieron bajo los constantes bombardeos por mar y aire del ejército rebelde. Lo que quiero contaros es lo que yo mismo vi en esta marcha forzada, la más grande, la más horrible evacuación de una ciudad que hayan visto nuestros tiempos. Con estas frases describe el médico y brigadista canadiense Norman Bethune aquellos hechos en El crimen de la carretera Málaga-Almería. Reduce Paul Preston en El holocausto español a más de 3.000 los muertos que hubo en aquel ejercicio de tiro al blanco contra mujeres aterrorizadas, hombres acabados y niños hambrientos.

Más explícita a la luz de nuestro presente que la versión del doctor Bethune, que prestó una eficaz ayuda a los heridos durante la marcha -sobre todo a niños y mujeres-, es la de Rosendo Fuente Ayllón, sobreviviente de la misma: Lo mismo que pasó en la carretera de Málaga-Almería lo he visto luego, y lo sigo viendo, muchas veces en el cine y en la televisión. Creo que lo que hicieron en Málaga fue como un ensayo de lo que posteriormente sucedió en otras guerras. Pero la primera vez que se atacó y bombardeó así a la población civil fue a nosotros, en aquella carretera: ocuparon Málaga y prepararon una trampa criminal a la salida.

Para acabar de colmar su desfachatez, la alcaldesa de Fuengirola ha replicado en Twiter, a quienes le censuraban haber hecho coincidir el 14 de abril con su Día del Perro, que también Zapatero eligió el 20-N, fecha de la muerte de Franco, para celebrar las últimas elecciones generales, como si se pudiera comparar la muerte de quien masacró Málaga e impuso la dictadura con la muerte de sus masacrados. O el Día del Perro, por mucho respeto que nos merezca este animal, con el Día de los Votos, que solo pudo ser factible tras el fallecimiento del dictador.

http://www.lamarea.com/2013/03/11/un-dia-del-perro-contra-la-memoria-historica/