«No fue sólo Videla. Fue una dictadura cÃvico-militar-religiosa»
Entrevista a Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo LÃnea Fundadora
La presidenta de las Madres de Plaza de Mayo reclama que el Gobierno argentino y la Iglesia abran sus archivos para conocer a quién entregaron en falsa adopción los bebés que nacieron cuando sus madres estaban presas
ENTREVISTA CON NORA CORTIÑAS, DE LAS MADRES DE PLAZA DE MAYO
ANA DELICADO Buenos Aires
Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo LÃnea Fundadora, conversó con Público sobre el fallecimiento del ex dictador Jorge Videla cuando cumplÃa cadena perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura argentina (1976-1983).
¿Cómo ha tomado la muerte del ex dictador Videla?
No me genera ninguna alegrÃa. Yo no festejo la muerte de nadie. Se murió en una cárcel, y ésta es la parte de satisfacción dado que no se murió en la cama de su casa, sino condenado. TodavÃa hay muchos impunes, pero en este caso, Videla es el responsable de infinidad de muertes, torturas, apropiación de bebés y es el que además intentó destruir los lazos de solidaridad de nuestro pueblo. Ésta es una muerte más de uno de los represores que tuvo la Argentina. Tenemos que seguir con nuestra lucha por la verdad y la justicia dÃa por dÃa.
¿Qué se lleva Videla consigo?
Se lleva el peso de su proceder genocida y de asesino, pero queda para la memoria nuestra lo que fue el terrorismo de Estado aquellos años de la dictadura cÃvico-militar-religiosa que tuvimos. Hay que incluir a la Iglesia católica. Queda la imagen de un paÃs que han querido destrozar, pero gracias a la generosidad y valentÃa de los testigos siguen los juicios. Hay muy pocos procesos en otros paÃses de América Latina, y nosotros, empujando, hemos conseguido juicios en todas las provincias. Cuesta mucho todavÃa, pero con nuestra movilización esperamos que la Argentina llegue a ser un paÃs sin impunidad.
¿Cree que la muerte del ex dictador va a ser un obstáculo para acceder a más información sobre los desaparecidos?
No, de ninguna manera. Los represores tienen archivos en todas partes, sólo hay que buscarlos. El Gobierno [de Cristina Fernández] tiene que tener la fuerza de voluntad para abrir esos archivos y saber qué pasó con cada uno de los detenidos-desaparecidos, hombres y mujeres. También para que los jueces abran sus gavetas y digan prontamente a quién entregaron en falsa adopción esos bebés que nacieron cuando sus madres estaban en cautiverio y que fueron apropiados. Hay material para mostrar al mundo y para que nosotros logremos la verdad y la justicia.
¿Por qué cree que falta voluntad polÃtica?
Porque hay archivos. Ni Videla ni los que murieron se los llevaron en el cajón. No es que no quieran, es que falta decisión.
¿De quién depende que se muestren?
Del Gobierno, y del actual Papa Francisco, que tiene las llaves de los archivos. La Iglesia Católica argentina fue cómplice de este horror. Entraban a los campos de concentración, palmeaban a las vÃctimas para que siguieran hablando. Nunca salieron de un centro clandestino de detención para denunciar públicamente lo que presenciaban. Algunos intentaron liberar a alguno con el que tenÃan mucha amistad, pero ¿por qué no a todos?
De los miembros de la Junta Militar que dieron el golpe de Estado en 1976 (Videla-Eduardo Massera-Orlando Agosti), qué papel le atribuye al ex dictador en los casos de asesinatos y secuestros?
Creo que la responsabilidad es de los tres. La figura de Videla fue la más prominente, fue mostrado como el mayor asesino, pero no fue sólo él. Esto se hizo alrededor de una mesa, planificando dÃa por dÃa, buscando y pidiendo nombres a todos los que fueron cómplices. Empezó en 1974 con la Triple A y la presidenta constitucional Isabel MartÃnez de Perón, y la Triple A comenzó a practicar esa metodologÃa infame que es la desaparición forzada de personas, que es el crimen de los crÃmenes. Es cuando a una persona se le priva todos los derechos de manera absoluta. Y ellos son responsables de este delito de lesa humanidad que ofende a la humanidad misma. La de Videla es una historia más, de horror, pero una historia más.
¿Se hizo justicia contra los crÃmenes del ex dictador?
Fue tardÃa, pero va habiendo Justicia. En cada juicio el testimonio de las vÃctimas muestra que lo que vivimos no tiene perdón, ni olvido, ni reconciliación con ellos. No están arrepentidos, volverÃan a hacerlo. Asà que no hay ningún atenuante, salvo la Justicia. Videla se murió condenado por muchos crÃmenes. Nosotros tenemos el compromiso con todos los hijos que quedaron en el camino de seguir la lucha para saber qué pasó con cada uno de ellos. Y nadie podrá pararnos, sólo nuestra propia muerte. No admitiremos que alguien quiera por decreto o por decisión poner fin a los juicios. Seguiremos peleando hasta que no quede nadie impune. No queremos venganza, sino justicia: la que ellos le negaron a nuestros hijos.
¿Está bien considerar a Videla el sÃmbolo de la dictadura argentina?
No, no es el sÃmbolo él sólo. Es uno de los máximos responsables, pero no el único. Acá hubo una planificación, todo fue frÃamente calculado. Hay muchos todavÃa libres, pero no vamos a parar. Ese compromiso lo llevamos en las vÃsceras.
¿Qué va a pasar con las causas que seguÃan en curso y en las que estaba imputado?
Vamos a tener que hablar con los jueces. No creo que causas mueran. En los procesos judiciales en los que él estaba involucrado hay otros que acompañaron.
¿Qué cree que va a significar para Argentina la muerte de Videla?
Nada más que una muerte más. Las madres ya tenemos muchos años, y muchos padres ya no están, pero ahora están el grupo de hermanos y de hijos. En la historia siempre habrá algún descendiente, asà que seguiremos buscando la justicia y la verdad total.