Se instaló en México en 1941 tras exiliarse al término de la Guerra Civil española, en la que participó como oficial del Ejército Republicano

 

 

El cineasta español, director de obras como “El Mártir del Calvario” y “¡Ay Jalisco, no te rajes!, murió a los 105 años de edad; sus restos será trasladados al Panteón Español.

Ciudad de México • El director de cine español Miguel Morayta, considerado uno de los grandes precursores de la edad de oro del cine mexicano, ha muerto en México a los 105 años de edad.

Según informó hoy Domingo Ruiz Toribio, el director de cine y responsable de la editorial española Elgranturbinax, que ha publicado varios libros sobre la figura de Morayta, la muerte ocurrió ayer.

Los restos del cineasta serán trasladados al Panteón Español, donde serán incinerados y depositados en un nicho familiar.

«No tenía ninguna enfermedad, simplemente su corazón estaba muy cansado y dejó de latir», dijo el hijo de Morayta, Ricardo.

Al velorio, realizado en una funeraria de la colonia Roma, acudieron familiares, amigos y algunos representantes del gremio cinematográfico, entre ellos Víctor Ugalde, presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales.

Morayta, que el próximo 14 de agosto hubiera cumplido los 106 años, está considerado como uno de los fundadores del cine en México, donde se instaló en 1941 tras exiliarse al término de la Guerra Civil española, en la que participó como oficial del Ejército Republicano.

El también guionista, que en un primer momento se exilió en Francia y después estuvo a punto de morir a manos de los nazis tras pasar por un campo de concentración, se volcó plenamente en desarrollar su gran pasión por el cine.

En el país azteca se convirtió en director de cine y debutó en 1944 con la película «Caminito alegre» para llegar a rodar 85 cintas de diversos géneros -entre ellas «El Mártir del Calvario» y «¡Ay Jalisco, no te rajes!»-, ser pionero en diferentes países de América, tanto artística como técnicamente, y trabajar con figuras reconocidas de la época como Lola Flores, Joselito o Carmen Sevilla.

Morayta, en una entrevista cuando cumplió los cien años, recordó cómo se convirtió en un representante de la época de oro del cine mexicano tras afincarse en Centroamérica, pero también sus experiencias anteriores en el ejército o su etapa como espía del servicio secreto francés.

Rememoró su contribución a la fundación de la Ciudad Cinematográfica de México y del Sindicato de Directores y Escritores de Cine.

http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/ebc1c3019928ee969134ff174ed447e0