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Madiba

Emilio Sales, | 8 diciembre 2013

Mandela(“dios” me libre del día de las alabanzas)

 

He esperado horas para analizar la noticia e Nelson Mandela. La edad, eso que se lama la “lógica” del paso del tiempo, hacía prever que el óbito llegaría más pronto que tarde. Dicen, y estoy de acuerdo, que ha muerto el hombre pero que ha nacido el mito, la leyenda, si no es que esa leyenda estaba ya presente durante su vida. Pero como ya hago referencia en el subtitulo hay otras cuestiones que avergüenzan en estos momentos de dolor ante la definitiva marcha de un ser humano excepcional. Ahora son todo tipo de personajes los que loan su figura, muchos de ellos con una trayectoria contraria a la que definió a Madiba como un ejemplo de dignidad y de lucha por la libertad. Alaban, glosan su Memoria, actúan con un guión típico de los canallas. No hay que cruzar nuestras fronteras para encontrar ejemplos significativos, hombres y mujeres que han hecho de su vida ejemplo de indecencia exponen sobe Mandela valoraciones que para ellos y ellas nada han servido.

Miles de artículos en los medios de comunicación hacen referencia a la trayectoria de nuestro héroe, en muchos hablan de reconciliación, perdón, transición milagrosa y así más y más adjetivos. Por eso voy a hablar de MEMORIA. Por eso lo voy a enlazar con la nuestra, la más cerca, la de nuestro país.

En la noche del pasado jueves me llegó la noticia a través de la televisión, vuelvo a decir que por no esperada fue menos dolorosa. Nelson Mandela es de la personas que siempre desearías que estuviera presente en cualquier noticia aunque su avanzada edad y sus problemas de salud ya eran conocidos por todo el mundo. Me impactó. En el programa de 24 horas de tve que se emite por la noche se dedicó de forma monográfica a la noticia que iba recorriendo el mundo como un reguero de pólvora. Conexiones por doquier daban las primeras impresiones que desde todos los rincones del planeta mostraban las reacciones a la noticia. Pero hubo una que me llamó especialmente la atención y que me hizo reflexionar sobre esos términos antes expuestos de reconciliación, perdón y transición y que, como siempre mal pensado, denotaba en algunas intervenciones a hacer paralelismos con nuestra Memoria. La intervención telefónica era con Jaime Caldera, sacerdote y director de “Mundo Negro”.  Le preguntaron de su relación con Mandela y el concepto de perdón que no solamente es privativo de nuestro líder antirracista, es una cuestión continental. Hizo una exposición de la idea de Mandela sobre el perdón y lo centró en tres elementos. 1º. Hay que saber a quién hay que perdonar. 2º. A quien tienes que perdonar debe reconocer su falta, error, crimen, etc… y 3º. A partir de ese hecho, de ese momento, puedes perdonar.

A partir de estas tres premisas trasladé mi análisis a la situación en España respecto a la llamada recuperación de la Memoria Histórica, recuperación que me gusta llamar Democrática y que, por lo tanto, solo puede ser Antifascista. Y es que aquellos sujetos y sus descendientes políticos e ideológicos, aquellos que violaron los Derechos Humanos, las Libertades, la Democracia, la idea de Igualdad y Fraternidad con las que el pueblo español democráticamente se había dotado, nunca lo han reconocido y han pedido perdón por sus crímenes. Se sabe quiénes fueron, están reconocidos (el primer paso se ha dado), pero el siguiente no. Hoy, después de más de siete décadas, aquellos que sembraron el terror, aquellos criminales siguen teniendo homenajes, calles, plazas, monumentos en muchas localidades lo atestiguan. Nos siguen insultando cuando paseamos por nuestros pueblos. Un asco, un inmenso asco.

Sabemos que la muerte es algo inevitable, el preso 46664 ya no está físicamente entre nosotros. Al menos pediría que algunos de los “ladridos” de personas inmorales, de nula ética, de ninguna altura democrática, no intentara manchar el nombre de Madiba, de un ser humano excepcional que demostró una decencia y dignidad inmensa. Alguno de estos mangantes de la memoria han hecho alusión a la utilización de la violencia en alguna época de su vida, han querido echar sombras de duda sobre su trayectoria. Sería bueno hacer un análisis justo de la legitimidad del uso de ella cuando se combate al tirano, al poder, cuando se combate la injusticia y la opresión. No se habla de quienes todos los días recurren a la violencia desde ese poder, del poder del dinero y de los que ostentan el dominio de la economía.

Hasta siempre Madiba.