Fallece a los 96 años la histórica militante comunista, símbolo de la lucha por la República y la represión franquista

 

 

ALEJANDRO TORRÚS Madrid

«De mi madre me quedan sus enseñanzas sobre el amor hacia la humanidad y sobre todo hacia su clase social», señala su hijo Jaime

No pudo ser. Concha Carretero dijo ayer adiós antes de ver cumplido el sueño que tanto anhelaba y por el que luchó sin descanso durante 96 años de vida: ver a España convertida en una República de trabajadores.

Porque, para ella, una República como Italia o Francia no era suficiente. «Eso son repúblicas capitalistas», decía. Concha quería una República que significara el «bienestar del trabajador». No obstante, la otra República, la capitalista, también tenía para ella sus ventajas respecto a la Monarquía. «Veo totalmente necesario que se vayan estos [los reyes]. Me cabreo cada vez que les veo, que viven a cuenta del pueblo y que han sido protegidos. Que trabajen y vivan como los demás», decía Carretero en una entrevista concedida a Público en 2010 .

Concha se tuvo que ir antes de poder «desfilar con la bandera» por la que tanto luchó, como era su deseo. Dejó atrás un país, España, que se convirtió en la antítesis de sus deseos pero por el cual no dejó de luchar. Primero por la República, después contra Franco y en el último tiempo por la recuperación de la memoria histórica. Aunque como ella decía, en el documental Vencidxs [ver vídeo superior], su única lucha era la de «un mundo más justo». «Es muy necesaria para que la gente se sepa qué pasó y por qué. Que todos los que estábamos en la cárcel por nuestras convicciones no éramos delincuentes, sino luchadores por la libertad», decía.

Para todos los demás, Concha dejó su ejemplo de lucha, constancia y solidaridad. Porque a pesar de haber sido torturada hasta la saciedad y perseguida desde su nacimiento debido a la lucha de sus padres, Carretero murió sin rencor alguno contra sus carceleros y torturadores. «No, no siento ni una gota de rencor, sólo quiero que se sepa qué pasó y por qué. Nunca he sido nada rencorosa. Me lo enseñó mi madre», contestó.

Concha será despedida oficialmente este jueves en el tanatorio de la M30 de Madrid. Desde allí, su hijo Jaime atiende a Público, minutos antes del comienzo de la ceremonia para resumir en una frase todo lo que ha aprendido de su madre. «De mi madre me quedan sus enseñanzas sobre el amor hacia la humanidad y sobre todo hacia su clase social. Ella pertenece a una generación de personas que perdieron su juventud y se jugaron su libertad por la de todos los demás y la perdieron. También se jugaron la vida y muchos otros la perdieron aunque ella la mantuvo. Mi madre mantuvo el legado de toda la generación hasta el final», señala Jaime en declaraciones a este medio.

«Luchar en la calle»

Concha caminaba, durante sus últimos años, ligeramente apoyada en un bastón. Sus ojos, a pesar de sus 96 años, relucían vida en cada una de sus apariciones en público. A pesar del paso de los años, jamás olvidó el himno ‘Joven Guardia’ de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) donde militaba tras la disolución de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC). De hecho, aprovechaba cada ocasión que la casualidad le brindaba para cantarla y, si era posible, lo hacía enfundada en su bandera republicana.

Una de sus últimas intervenciones públicas fue el pasado 5 de agosto en el homenaje a las trece mujeres fusiladas el mismo día de 1939. Desde allí, Concha pidió a la juventud que saliera a la calle a «defender» sus «derechos» y su «libertad». Ella no quería irse hasta que llegara la Tercera República, la del «bienestar de los trabajadores». «Yo estoy esperando esa III República. Cuando venga, me iré. Antes quiero desfilar con la bandera por la que tanto hemos luchado, luchamos y seguiremos luchando», señaló Carretero. Pero Concha se fue. Su ejemplo, su legado y su lucha, sin embargo, siguen presentes.

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