Decenas de sÃmbolos y placas franquistas perviven en Galicia
La CRMH de A Coruña entrega a un relator especial de la ONU un documento sobre el «camarada Fraga» y las vÃctimas de la represión
6 AÑOS DESPUÉS DE UNA LEY DE MEMORIA HISTÓRICA «PARALIZADA»
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 2 Feb. (EUROPA PRESS) –
Decenas de sÃmbolos, placas y calles bautizadas en honor de miembros del régimen franquista perviven en Galicia más de seis años después de la aprobación definitiva de la Ley de Memoria Histórica a finales de 2007 impulsada por el Gobierno de José Luis RodrÃguez Zapatero y que ahora se encuentra «paralizada», según denuncian colectivos en defensa de la reparación a los represaliados.
Consultado por Europa Press, el historiador y miembro de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica (CRMH) Manuel Monge lamenta que los ejemplos de «sÃmbolos de represión franquista» en la comunidad «no tienen fin» y abarcan toda la geografÃa gallega. «En A Coruña, el pleno aprobó en 2009 retirar 52, entre ellos 23 calles con nombres franquistas y no se ha cumplido», denuncia.
De hecho, ha enfatizado que de estas 23 calles «quedan las más significadas» y cita algunos ejemplos como «la Calle de General Mola, la Teniente Coronel Tejero o la Juan Canalejo». En algunos casos, como la Calle de General Sanjurjo «ya se aprobó incluso la sustitución» e «iba a llamarse Avenida de Oza», con lo cual «sólo es cambiar una placa por otra».
La pervivencia de la simbologÃa franquista ha sido uno de los elementos más denunciados por asociaciones gallegas y familiares de vÃctimas ante el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre justicia transicional, Pablo de Greiff, que visita España estos dÃas para evaluar las medidas adoptadas para reparar las «violaciones de derechos humanos» de la Guerra Civil y de la dictadura.
De hecho, Telmo Comesaña, de la Asociación Viguesa Memoria do 36, ha planteado la situación de la cruz de O Castro, en la ciudad olÃvica, que inicialmente rindió «un homenaje al ejército nazi». Denunciado este hecho por esta asociación, Comesaña ha relatado que se le retiraron los emblemas nazis, pero que es el Ayuntamiento quien «sistemáticamente se niega a la retirada de dicho elemento conmemorativo fascista».
En este sentido, el pleno del Ayuntamiento de Vigo rechazó hace unos meses una moción del BNG que instaba al gobierno local a demoler la cruz de O Castro para dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica. El PP votó en contra y el PSOE se abstuvo, al tiempo que ambos grupos se remitieron a un acuerdo plenario de 1981 para mantener que es un monumento «a todos los caÃdos».
En Lugo, el escritor y profesor universitario Claudio RodrÃguez Fer también denuncia reiteradamente la continuidad de la simbologÃa franquista y critica la propuesta –apoyada por PSOE y PP– del Ayuntamiento lucense, que dirige el socialista José López Orozco, de que una calle lleve el nombre del expresidente gallego Manuel Fraga, también hijo adoptivo de la ciudad de A Coruña.
«CAMARADA FRAGA»
Al respecto, desde Iniciativa Galega pola Memoria, que agrupa a asociaciones memorialistas gallegas, Rubén Afonso Lobato, ha explicado a Europa Press que es «necesario que no se obvie el papel» de Manuel Fraga en el franquismo y ha ratificado al relator de ONU Pablo de Greiff un documento sobre «el camarada Fraga» y las «vÃctimas de la represión franquista».
En este «cuaderno» se incluyen «algunos datos biográficos»del expresidente gallego y ministro del régimen que «justifican un tÃtulo que no es irónico», ha señalado Manuel Monge, quien recuerda que un decreto de febrero de 1961 en el que cesaba como «delegado nacional de asociaciones de Falange Española Tradicionalista y de las Jons» le agradece «los servicios prestados» al «camarada Manuel Fraga Iribarne».
Monge remarca, además, que éste recibió en 1968 el tÃtulo honorÃfico de «hijo adoptivo» de A Coruña, cuando «la represión era brutal», ya que «un mes después el Consejo de Ministros declaraba el Estado de Excepción». Ahora, la CRMH prevé emprender una campaña para que se le retire esta distinción.
«INCUMPLIMIENTOS» Y RETIRADA DE AYUDAS
Tanto Monge como Rubén Afonso Lobato denuncian la «paralización» e «incumplimientos» de la Ley de Memoria Histórica, ya en su momento considerada «insuficiente» por buena parte de las asociaciones memorialistas que censuran que «no anule los juicios sumariales a vÃctimas del franquismo», al tiempo que insisten en que no quieren «revancha», sino «verdad, justicia y reparación».
Aunque coinciden en que «no sólo el PP» es el «responsable» de los incumplimientos, sà censuran algunas decisiones tanto en la Xunta, como «la eliminación del impulso» al proyecto interuniversitario ‘Nomes e Voces’, como del Gobierno central. «Todas las ayudas para la exhumación y la investigación de las fosas han desaparecido», lamenta Monge.
En este sentido, en octubre de este año, la Comisión Constitucional del Congreso rechazó, con los únicos votos del PP, una proposición no de ley de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) en la que se instaba al Gobierno a eliminar todos los sÃmbolos franquistas que sigue habiendo en edificios propiedad de la Administración General del Estado, empezando por los que aún quedan en complejos adscritos al Ministerio de Defensa.
En este debate, el PP alegó que el Gobierno cumple escrupulosamente la ley. Sin embargo, las asociaciones memorialistas gallegas y del resto del Estado insisten en que «no es asû. A modo de ejemplo, Monge rememora una anécdota vivida al acudir a realizar una exhumación a la localidad de Vilarmaior, donde «en el cementerio, pegado a la iglesia, hay una placa que habla de los caÃdos».
Dichas placas subraya, «son totalmente ilegales» en espacios públicos y deben ser «retiradas». «Hay un apartado que dice que en el caso de que algún particular o institución se niegue a cumplir la ley, se le retirarán todo tipo de subvenciones, pero nadie hace nada», ha lamentado el miembro de la CRMH de A Coruña.
«EL ESTADO DEBE HACERSE CARGO»
Todas las asociaciones y familiares de vÃctimas del franquismo insisten en pedir la «reparación», pero también «frenar la apologÃa de declaraciones y simbologÃa franquista» en las instituciones. Uno de los casos más polémicos en Galicia ha sido el del alcalde de Beade (Ourense), Senén Pousa, quien se ha definido públicamente como «franquista» y aseguraba que «nadie» en su partido le habÃa «recriminado» por ello.
Tras años con simbologÃa franquista en su despacho –incluido un cuadro de Francisco Franco–, el regidor la ha retirado recientemente. A principios de octubre, un artefacto explosivo atribuido a Resistencia Galega habÃa causado graves daños en el Consistorio de Beade.
Con todo, pese a los «incumplimientos», también hay en Galicia quien impulsa iniciativas novedosas en defensa de la Memoria Histórica como el alcalde de Amoeiro (Ourense), Rafael RodrÃguez Villarino, que ha activado una campaña de recaudación popular para pagar placas explicativas para colocar en todos los lugares con simbologÃa franquista del municipio.
En declaraciones a Europa Press, Rafael RodrÃguez ha señalado que la previsión es instalar 14 placas por 459,80 euros y ha asegurado que se siente «respaldado» por los ciudadanos en su medida. Las asociaciones memorialistas se muestran escépticas hacia este tipo de iniciativas y creen que es el Estado el que debe asumir «los gastos» de las acciones pedagógicas, con las de reparación y con las exhumaciones.
«Nosotros no queremos venganza, sino justicia y reparación, pero parece que lo que quiere el Gobierno es que los muertos sigan en las cunetas», lamentaba recientemente Xoan Carlos Garrido, uno de los portavoces de la Iniciativa Galega pola Memoria Histórica.