Me quedo con la labor de las Maestras de la República que llevaron la cultura para sentar las bases de una sociedad justa e igualitaria

 

 

MIÉRCOLES, 12 DE FEBRERO DE 2014

ENCARNI PÁMPANAS

La semana pasada agradecía a Wert el regreso a la Filosofía en mi vida, y esta semana extiendo mi agradecimiento sincero a la infanta Cristina por sentir la necesidad de volver a consultar con detenimiento el diccionario respecto a las palabras «evasiva» y «voluntaria».

Constato que no me equivocaba cuando definía evasiva: “rodeo para evitar una dificultad” y voluntaria: “acción que se realiza por voluntad espontánea y no por obligación o deber.” De este modo, estoy en condiciones de confrontar con abogados, tertulianos y tertulianas, juristas… y demostrar con estas dos definiciones que la declaración de la infanta ha estado plagada de evasivas y no ha sido voluntaria en absoluto. Los “no me acuerdo”, “no lo sé”…no tienen cabida cuando se trata de pedir cuentas a alguien que vive de una ocupación desconocida hasta ahora y que pagamos con nuestros impuestos. La declaración voluntaria no me cuadra en alguien que ha sido imputada dos veces. Y sí, la Justicia puede que sea igual para todas las personas, pero los recursos de los que podemos disponer si en algún momento la necesitamos, no.

Leo en la prensa que después de dicha declaración, “la casa real se volcará para relanzar su imagen institucional”, que se han “limado asperezas” y que “la atención se centra ahora en si el juez Castro decide la desimputación de la infanta”. La casa real dice que no va a “presionar”… Pues bien, desde mi privilegiado puesto de observadora y ciudadana, me da igual, porque la imagen ya no tiene arreglo. Y no tiene arreglo porque mientras que, por ejemplo, leo que el presupuesto en la Comunidad de Madrid respecto a políticas contra la violencia de género ha disminuido en 1,2 millones de euros o la pobreza en la región crece un 19,2%…a la Reina, que ya podía estar cobrando una jubilación como mi padre, le asignamos un sueldo de 63.234 euros, más 68.505 por gastos de representación. Es decir, una persona con edad de jubilada, tiene unos ingresos de 131.739 euros por su trabajo profesional. Ni qué decir tiene que respeto absolutamente su trabajo de representación, de inauguraciones y de presencia en los diversos actos benéficos que se organizan a todos los niveles.

Sin embargo, si hablamos de lavar imágenes, si hablamos de reivindicar personas, me quedo con Hilda Farfante. Me quedo con la madre y el padre de Hilda Farfante, maestra y maestro republicanos asesinados por falangistas en 1936. Me quedo con la labor de las Maestras de la República que llevaron la cultura por todo el país para sentar las bases de una sociedad justa e igualitaria. Me quedo con aquellas que pagaron con prisión, fusilamientos, exilio y represalias, su ilusión por construir una sociedad justa, culta y con valores de progreso.

Se han necesitado más de cincuenta años, para comenzar a lavar la imagen de aquellas que lo dieron todo a cambio de un sueño truncado, que sentaron las bases del conocimiento en zonas que no las olvidaron pero que las tuvieron escondidas por miedo. Se han necesitado más de cincuenta años para que este sueño se reivindique con más fuerza si cabe. Se ha necesitado perder el miedo y poner encima de la mesa los recuerdos que estaban ahí. Se han necesitado más de cincuenta años para que de manera voluntaria, con un presupuesto limitado y sin evasivas, disfrutemos de la Historia. Historia que merece ser contada directamente por las protagonistas, por las Maestras de la República. Maestras que han necesitado más de medio siglo para que su imagen sea reconocida desde la Libertad y la Dignidad.

Por eso, cuando Las Maestras de la República fueron galardonadas con un Goya al mejor documental, todas nos unimos a Hilda Farfante en su grito. Por todo lo que tuvieron que aguantar y callar. Por todas las mentiras que tuvieron que soportar sobre su vida y su muerte. Por todas las emociones y sentimientos que afloraban en cada pase del documental. Gracias Pilar. Gracias Isabel. Gracias FETE-UGT. Pero sobre todo, Gracias Hilda Farfante. Me sumo a tu grito. Y me sumo contigo y con Miguel Hernández: “Que mi voz suba a los montes, Que baje a la tierra y truene. Eso pide mi garganta. Desde hoy y desde siempre” Así…A ras de Suelo. @EncarniMMSS

http://www.diarioprogresista.es/articulo.asp?idarticulo=45911