Cuatro operarios y unas tres horas de trabajo son suficientes para exhumar los restos del dictador

 

 

ADELA MOLINA Madrid –

Cuatro operarios y, al menos, tres horas de trabajo son suficientes para exhumar a Franco. Es lo que establece el proyecto arquitectónico que encargó Patrimonio Nacional hace varios meses cuando se inició todo el procedimiento administrativo y que adelantó El Periódico. El forense Francisco Extxeberría también apuntaba hace más de un año aquí en la SER que no es un trabajo complicado: «La exhumación plantea como principal dificultad la apertura de la tumba. El resto es un trámite sencillo que en una gestión de funeraria no ofrece ninguna dificultad. Cálculo que, entre lo que es una tarea previa, más luego la actuación directa sobre los restos, se podría resolver a lo largo de una mañana». Tras la exhumación del dictador los trabajos en la basílica del Valle de los Caídos continuarán durante al menos otros dos días. Habrá que fabricar un armazón de hierro para reforzar la sepultura y volver a colocar la gran losa en el suelo ya sin el nombre de Franco.

La inhumación en el cementerio de Mingorrubio – El Pardo, el lugar elegido por el Gobierno tras avalar el Supremo su veto a la cripta de La Almudena, tampoco supone ninguna complicación. El Ejecutivo encargó acondicionar el espacio antes del verano, cuando estaba fijada la exhumación que el Supremo finalmente paralizó. Allí se ha preparado una nueva sepultura para poder enterrar al dictador junto a la tumba a su mujer, Carmen Polo. El mausoleo donde será inhumado es propiedad del Estado desde mayo de 2019 a petición de la vicepresidenta, Carmen Calvo, que solicitó cambiar la titularidad de la tumba, hasta entonces a nombre de Patrimonio Nacional. Todo el procedimiento va a costar 51. 520, 96 euros, según ha confirmado también el propio Ejecutivo a través del portal de transparencia a preguntas del diario Público.

En la exhumación y posterior enterramiento de Franco podrá estar presente su familia, según estableció el Consejo de Ministros en el acuerdo del 15 de marzo. Los familiares, si lo desean, podrán también organizar una breve ceremonia íntima en el nuevo enterramiento. La vicepresidenta Carmen Calvo aseguró cuando anunció la decisión, que se vetaría el acceso a la prensa y se adoptarían las medidas necesarias para evitar el uso de medios de captación y reproducción de imagen y sonido.

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