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Intervención en el Día Oficial de la Memoria del Holocausto y Prevención de los Crímenes contra la Humanidad

Concha Díaz. Amical de Mauthausen, 27-01-2020 | 30 enero 2020

Senado. Madrid, 27 Enero 2020

 

Supervivientes: Sra. Ita Bartuv, Sra. Eva Leitman-Bohrer, Sra. Rhoda Henelde, familiares y amigos de las víctimas del nazismo, autoridades, señoras, señores.

Sra. Llop, Sr. Querub, y Sra. Aisen de la Federación de Comunidades Judías de España, Sr. De Lucas y Sra. San Román del Centro Sefarad Israel, muchas gracias por el apoyo para que nuestra asociación –que representa a las víctimas españolas del nazismo– tome la palabra en este Acto de Estado.

En 2005, la Asamblea General de las NNUU proclamo el 27 de enero –fecha emblemática referida a la liberación por el ejército soviético del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau en 1945– como el día, con un claro propósito internacionalista, para recordar a todas las víctimas del Holocausto y de la persecución nazi, e inculcar la memoria de las lecciones aprendidas para detectar, y evitar presentes y futuros actos de genocidios en nuestras sociedades.

La barbarie, en aquellos años treinta del pasado siglo, se extendió por todo el territorio de la vieja Europa culta, desarrollada y civilizada y, lo que empezó siendo la osada aventura de grupos minoritarios extremistas, en pocos años, se convirtió en una oleada de odio, violencia, destrucción y muerte que alcanzó niveles de proporciones inimaginables, y que aún nos asombra en la actualidad.

Recordamos a todas y cada una de las personas que fueron perseguidas, deportadas y asesinadas por el nazismo; recalcando el papel singular que el régimen nacionalsocialista tenía reservado al pueblo judío: el exterminio desde las instituciones de un Estado, aprestando las órdenes, procedimientos administrativos y técnicos para ello. Nunca se había visto, ni siquiera en los siglos más oscuros de la historia de Europa, que se exterminara a millones de seres humanos, que se asesinara a niños, a enfermos, a moribundos…

Otros colectivos: disidentes políticos de todas las ideologías, discapacitados físicos y mentales, gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, prisioneros de guerra, … fueron clasificados como enemigos y encarcelados en los campos de concentración, con la clara finalidad de humillar, degradar y deshumanizar a los prisioneros, y de causar su muerte con dolor: hambre, agotamiento, frio, trabajo forzado, enfermedad, tortura, …

Entre ellos, alrededor de 10.000 españoles republicanos, que estaban exiliados en Francia, fueron deportados a los campos de concentración nazis, como consecuencia de su lucha antifascista, primero en España y, luego en Europa luchando contra la ocupación alemana, con la complicidad del gobierno colaboracionista de Vichy y la aquiescencia de la dictadura franquista.

Hay que recordar que, tanto la Federación de Comunidades Judías de España como el Centro Sefarad Israel, desde su creación en 2006, –como institución vinculada al Ministerio de Asuntos Exteriores–, han sido aliados incondicionales de nuestra asociación, manteniendo una estrecha colaboración en múltiples iniciativas, entre ellas, la participación, desde 2006, en la celebración del Día Oficial Internacional de la Memoria del Holocausto.

Agradecemos las iniciativas del gobierno de España, –durante el año pasado 2019 y en el contexto de la conmemoración del 80 aniversario del exilio republicano–, para las víctimas españolas del nazismo, lideradas por la Dirección General de Memoria Histórica, creada en junio de 2018, por la ex ministra de Justicia, Dolores Delgado, –primero dirigidas por Fernando Martínez y más tarde por la ex Subsecretaria de Justicia, Cristina Latorre–; entre otras:

  • la instauración del día 5 de mayo como día de homenaje a las víctimas españolas del nazismo,
  • la publicación en el BOE del listado de los españoles asesinados entre 1940 y 1945 en el campo de concentración de Mauthausen y Gusen, para que puedan ser inscritos en el Registro Civil Central como fallecidos, condición que hasta esos momentos no se había hecho de forma colectiva,
  • la participación, en mayo, de una delegación oficial del gobierno con la ex Ministra de Justicia, Sra. Delgado, la ex Subsecretaria de Justicia, Sra. Latorre y el actual Secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, en los actos internacionales de liberación de Gusen y Mauthausen,
  • la próxima inauguración de un monolito en Madrid, en recuerdo de todas las víctimas españolas del nazismo.

Pero hay todavía, carencias de políticas de conocimiento del pasado y, de reconocimiento de aquellos hombres y mujeres que lucharon por la conquista de las libertades, incluso en las circunstancias más adversas.

Conocer la verdad sobre la historia, aprender y enseñar sus lecciones, no es una opción, es una obligación un deber y nuestra responsabilidad. Es la única manera, de crear anticuerpos para detectar y resistir a las causas y condiciones que hicieron posible la mayor catástrofe moral de la humanidad.

Las generaciones actuales y futuras tienen y deben conocer, no solo los hechos que ocurrieron sino, los “porque” y los “como”:

  • las condiciones que hicieron posible que, en 1933, el 44% de la población alemana votara al partido nacionalsocialista, el comportamiento de los partidos y organizaciones democráticas, de todo el espectro ideológico, en quienes confió el 56% de los alemanes que voto en contra de los nazis, y la sensación de impotencia, debilidad y repugnancia que aquello generó en la sociedad;
  • la ausencia absoluta de juicio crítico, convicciones firmes, dignidad y reacción de, prácticamente, toda la sociedad alemana, incluida la intelectualidad, y la indiferencia a las voces que alertaban sobre el peligro de la barbarie;
  • la ideología que condujo al Holocausto, las injusticias que lo hicieron posible, la violencia que lo perpetro;
  • los intereses políticos, sociales, económicos que permitieron el nacimiento, el contagio y que se perpetuase en el tiempo;
  • el comportamiento de los responsables de las naciones libres y democráticas, que practicaron el silencio frente a los acontecimientos dramáticos en Europa en esos años.

 

Se dice, que la historia nunca se repite de la misma manera, pero actualmente, estamos profundamente preocupados por el creciente ascenso de partidos de extrema derecha, a nivel mundial, con programas, –en mayor o menor grado–, similares a los fascismos del siglo XX con:

  • sus manifestaciones, celebraciones, desfiles;
  • los discursos antisemitas, racistas, xenófobos, homófobos, nacionalistas y antidemocráticos con proclamas como “a por ellos”, con objetivos de exclusión de determinados colectivos como solución para los problemas de la actual crisis económica y social;
  • los revisionismos y negacionismos de la historia del siglo XX, con comparaciones vergonzosas entre los que lucharon por la libertad con los que lucharon por un régimen totalitario.

Unido, al incremento de la violencia contra personas y comunidades basadas en el origen étnico o creencias religiosas, ataques a sinagogas y cementerios judíos, agresiones a monumentos y memoriales erigidos a las víctimas del holocausto y del nazismo, a los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, … Y lo que es más alarmante, la falta de respuestas contundentes de las instituciones y fuerzas democráticas ante estos peligrosos acontecimientos.

¿Ha caído en el olvido el grito de los que experimentaron la barbarie pidiendo que no olvidáramos?

La derrota del nazi-fascismo se cobró un tributo de varias decenas de millones de muertos, dieron sus vidas por la igualdad y la libertad de todas las personas; solo es nuestra, la responsabilidad de que su sacrificio no haya sido en vano, comprometiéndonos con el juramento que nos legaron los supervivientes y, luchando por un mundo justo, libre, solidario y en paz.