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“Homenaje a las mujeres luchadoras y represaliadas por el franquismo”

| 5 marzo 2023

Comunicado 5 de Marzo de 2023

Se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Y es por eso, por lo que hoy nos hemos convocado aquí. Rendir homenaje a todas las mujeres que, a lo largo de la guerra de España y bajo el terror de la dictadura franquista, fueron víctimas de persecución, torturas, represión y muerte. Nuestro compromiso con ellas y con sus luchas, es lo que nos trae aquí esta mañana.

Queremos mencionar, en primer lugar, la importancia de este lugar en el que nos encontramos. Es aquí donde se hallaba la Prisión Modelo Femenina de Ventas.  Encargada por Victoria Kent, Directora General de Prisiones durante de II República, era un edificio (en palabras de su arquitecto) “con mucha luz. Una casa como la que quisiera uno para vivir. Luz por todas partes”. Ese fue el objetivo de su construcción. Sacar a las mujeres presas de las antiguas galeras en los que estaban recluidas bajo la supervisión de la Orden de las Hijas de la Caridad y traerlas a un lugar más amable, más habitable, donde poder rehabilitarse, donde la vida fuera un poco más fácil y así, devolverlas algo de la dignidad perdida. Quién iba a imaginar que después, tras el golpe y la guerra, el régimen asesino, convertiría este lugar, en un lugar de tortura y muerte.

Es por ello por lo que estamos aquí, en este lugar simbólico de recuerdo y memoria de las mujeres que fueron las protagonistas de la protesta social, combativas y valientes, revolucionarias y responsables de las mejores transformaciones sociales. Las que trajeron la esperanza de un mundo más igualitario y más justo.

Fueron las maestras, las sindicalistas, las que formaban parte de organizaciones políticas de izquierdas, las que participaron en las Misiones pedagógicas, las escritoras, las amas de casa que llevaban a cabo el apoyo militante de sus compañeros, compañeras, madres, padres y hermanos y hermanas, las encargadas en educar a los niños y niñas en valores republicanos de igualdad, libertad y solidaridad, eran nuestras Trece Rosas, insultadas permanentemente por la extrema derecha cuando las califican de asesinas y violadoras.

Las que, tras el golpe militar que desembocó en la guerra de España, participaron masivamente en todos los frentes de lucha contra el fascismo.  En las fábricas sustituyendo la mano de obra y los puestos de trabajo que habían dejado los hombres para ir a luchar, las enfermeras, las lavanderas, las que cosían los uniformes de los soldados, las que llevaban comida y enseres a las cárceles para que sus compañeros no murieran de hambre y miseria, las que integraron organizaciones antifascistas llevando a cabo diversas formas de propaganda, agitación, dando mítines y conferencias, las que escribían en revistas apoyando al gobierno del Frente Popular, las milicianas que lucharon vestidas de milicianas en primera línea del frente, las sanitarias, las que participaban en las tareas de evacuación, las reporteras, cuyas fotografías ahora sirven de testimonio de aquel horror, las brigadistas, las viudas que reclamaron a la dictadura  el derecho a tener derechos, las presas que crearon espacios de compromiso y resistencia en las cárceles .

Tantas y tantas mujeres con las que tenemos una deuda impagable y que, tras la guerra, se vieron sometidas a una represión especialmente dura por el hecho de ser mujeres: el rapado de pelo, la ingestión del aceite de ricino, la cárcel, el robo de sus niños y niñas, la tortura, la muerte. Todo lo que formaba parte de los métodos con los que el fascismo se ensañó con ellas y sus cuerpos, despojándolas de su dignidad, para después someterlas a las limitaciones de la moral nacionalcatólica.

Ellas fueron las primeras en enfrentarse al régimen, a pesar a estar sujetas a las limitaciones de la moral cristiana que les arrebataron la escasa libertad conquistada, siendo definitivamente invisibilizadas y relegadas a ser amas de casa, al servicio doméstico, limpieza de oficinas y escaleras y al comercio.

 Pese a ello, y en unas condiciones de miseria impuestas por el régimen, también protagonizaron la lucha obrera, llevando adelante huelgas en las fábricas y protestas laborales desde los primeros años del franquismo. Sin dejar de lado la función que igualmente fue fundamental, ocupándose de los cuidados de los hijos e hijas mientras los hombres militaban, pero también militando impulsando la acción colectiva en el seno de las comunidades vecinales y obreras y originando espacios de lucha específicamente femeninos.

De hecho, muchas de estas mujeres, eran parejas, madres, hermanas, hijas de presas y presos políticos que generaron una fuerte conciencia política que las llevó a protagonizar movilizaciones de protesta contra el franquismo. Y aquí queremos recordar especialmente, al Movimiento Democrático de Mujeres, a la Organización Mujeres Libres y a otros colectivos de mujeres que participaron en la lucha antifranquista.

Hoy, seguimos conectadas a esas luchas, con su referencia como principal hilo conductor. Hemos avanzado mucho, pero no es suficiente. Seguimos siendo las más precarizadas, las que hacemos los trabajos esenciales, las que cuidamos, las que sostenemos a la sociedad entera, desarrollando las labores más silenciadas y menos reconocidas. Seguimos sufriendo multitud de violencias. Nos matan los feminicidas, pero también nos mata la violencia estructural y sistémica. La violencia institucional, la justicia patriarcal y machista. La cultura de la violación. Los recortes en la sanidad pública. El racismo y la intolerancia. La homofobia. La  LGTBIfobia. La pobreza. Nos mata también quienes niegan la violencia de género. Quienes criminalizan el movimiento feminista. Nos mata el fascismo.

Para seguir en estas luchas, para seguir avanzando en la conquista de nuestros derechos, necesitamos echar una mirada al pasado. Porque el futuro no se puede construir sin Memoria. Necesitamos la inspiración que nos proporciona la historia de las mujeres que nos precedieron, de estas mujeres a las que hoy rendimos este homenaje.

Pero no podemos quedarnos en el recuerdo, absolutamente necesario. Tenemos que mirar hacia el futuro. El movimiento feminista actual nos está mostrando el camino hacia un mundo de justicia social, libre de opresiones, de explotación y violencias machistas, llamando a la rebeldía y a la lucha ante la alianza entre el patriarcado y el capitalismo que nos quiere dóciles, sumisas y calladas

Por ellas, por nosotras y por las que vendrán, el día de 8 tenemos que llenar las calles de alegría feminista.

¡Que viva la lucha de las mujeres!