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El Heredero y la Jefatura del Estado
Carlos M. Marín - Rebelión - 16 de abril del 2004


Los recientes acontecimientos que se han ido sabiendo sobre la forma irresponsable de actuar del Heredero al Trono deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de prever como podrá ser su gestión en los asuntos del Estado: mintió al pueblo cuando manifestó que no haría despedida de soltero en memoria de las víctimas del 11-M y sin embargo se le ha pillado "in fraganti" en un viaje de placer a las Bahamas, donde se dio una gran juerga en un yate privado, con gran número de sus amigos. Además, el futuro Jefe del Estado español y su prometida, Leticia Ortiz, protagonizaron un lamentable escándalo cuando las autoridades aduaneras norteamericanas les registraron el equipaje. El viaje de placer no se hubiera sabido si no hubiera sido por el real enfado con que acogieron que sus "reales pertenencias" fueran registrados, manoseadas y vistas por unos "despreciables funcionarios". Esto nos indica la "capacidad", el "talante" y el "talento" del Heredero y lo que podremos esperar de él cuando asuma las funciones de la Jefatura del Estado.

Si la democracia y la soberanía corresponden al pueblo como dice nuestra Constitución, si el pueblo es el depositario de dicha soberanía y todos somos iguales ante la ley (Artículo 56 de la Constitución Española 3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad), por qué permitir que la Familia Real ejerza el poder sobre este país y se arrogue su representación en perjuicio de la voluntad popular. Dejemos que sea el pueblo soberano, maduro y representativo, quien legitime, a través de las urnas, la forma de Estado que desee. Es hora de que se abra un amplio debate sobre la necesidad o no de la Monarquía como forma política del Estado español y su posible sustitución por la República. De hecho este es un buen momento para abrir ese debate ya que el miércoles 14 de Abril se conmemora la proclamación de la II República española de 1931.