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LA REPÚBLICA EN LA RECONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO HISTÓRICO DE LA IZQUIERDA
Corriente Roja - Madrid, 18 de abril de 2004




Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.

Rodolfo Walsh

La escalada de la movilización popular en los últimos tres años, y muy especialmente en el último, pone de manifiesto que cosas importantes están cambiando en la conciencia de la gente. Este abril de 2004 viene precedido por hechos destacados que hacen posible pasar de la mera conmemoración de la República, más o menos nostálgica, a su reivindicación política directa.

Un mar de banderas tricolores ha o­ndeado en cada movilización contra la guerra, en las luchas obreras y estudiantiles, y el grito “lo llaman democracia y no lo es" ha sido una demoledora acusación al sistema de ilegitimidad. El 6 de diciembre pasado se realizó la primera manifestación en 25 años contra la constitución monárquica y por la III República con una muy destacada presencia de jóvenes. El 13 de marzo – tras los atentados y en la víspera de laselecciones generales – se produjo una verdadera revuelta popular para denunciar la manipulación informativa y echar al gobierno del PP; gritamos a Aznar – como hace 73 años el pueblo de Madrid a Alfonso XIII- ¡que no te has marchao, que te hemos echao!. En definitiva este pueblo, unas veces a tientas y otras a borbotones, esta reconstruyendo su identidad colectiva.

La Transición, con la colaboración necesaria de las cúpulas políticas y sindicales de la izquierda, supuso un descomunal trabajo de zapa contra los contenidos del proyecto histórico del movimiento popular organizado que lideró la lucha contra la dictadura; unproyecto y unas organizaciones que se reconstruyeron con el esfuerzo de decenas de miles de compañer@s, levantándose sobre el terrory la represión del franquismo. El resultado fue el desmoronamiento y la desarticulaciónde la identidad de un pueblo al que se pretendía convertir en un pelele, borrándole la memoria y amputándole sus objetivos de transformación social. Este proceso tuvo su clave de bóveda en una Constitución monárquica que consumaba la ruptura de la legalidad institucional republicana que llevó a cabo el golpe de Estado fascista de 1936. Escamoteando el derecho a decidir entre Monarquía y República, atribuyendo a las FF.AA.- y al rey su comandante en jefe- la garantía de la “Unidad de España", negando el derecho de autodeterminación de los pueblos, impidiendo cualquier tipo de democracia directa yhurtando la menor garantía efectiva a unos ilusorios derechos sociales y laborales.

Los 25 años transcurridos desde la aprobación de la Constitución han servido para mostrar que tanto el partido del gobierno, como el de la oposición, comparten la representación de los intereses del gran capital nacional e internacional, aplicando las políticas del neoliberalismo salvaje y de los imperialismos estadounidense y europeo. En estos años han ido cayendo uno a uno los trozos de la máscara de humanidad bajo la que, en épocas de abundancia, se oculta el capitalismo. Desde las “reconversiones" de los lunes al sol, a la brutalidad de la precariedad y los accidentes laborales, al trabajo esclavo de los “sin papeles", a las privatizaciones de la sanidad, la educación, las pensiones.., a la invasión y ocupación de países como mecanismo de privatización de sus riquezas a mano armada. La barbarie ocupa cada vez más resquicios de la vida.

El movimiento antiglobalización expresa ese profundo malestar social que no encuentra referente organizado mediante el que expresarse. Sobre el terreno fértil que este movimiento ha abonado con su radicalidad en el análisis, su profunda voluntad unitaria y su internacionalismo, junto con el deterioro progresivo de las condiciones de vida y de trabajo, se van perfilando las condiciones para avanzar en la urgente tarea de reconstruir la unidad de clase y el movimiento obrero que los trabajadores necesitamos.

Es preciso que las organizaciones políticas, sindicales y sociales de la izquierda anticapitalista asumamos la tarea de refundar el proyecto revolucionario de emancipación social, del cual la reivindicación de la III República es parte esencial.

Debemos hacerlo con la conciencia de que reanudamos la continuidad del hilo histórico de lasluchas obreras y populares, con toda la fuerza de la memoria de quienes nos precedieron y con toda la juventud de quienes no se sienten rehenes de un pacto de la Transición del que no participaron y que están dispuestos, aquí y ahora, a continuar el enorme esfuerzo de humanización que los pueblos realizamos.

Madrid, 18 de abril de 2004