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México fue clave para difundir la obra de los exiliados españoles
( Crónica/EFE ) - ( 2004-09-23 )




Intelectuales de España y México destacaron hoy en Madrid "el importantísimo papel" desempeñado, a partir de los años 40, por las editoriales mexicanas en el apoyo y difusión de la producción cultural de los exiliados españoles.

El ciclo "Una pedagogía secreta de la libertad", que desde ayer y hasta mañana se celebra en la Casa de América, sirve para rendir un homenaje a los editores iberoamericanos.

El director del curso, Antonio Largo Carballo, reconoció que México "ha sido un país de una gran generosidad con el exilio español, constatado por la abundante bibliografía existente".

Editoriales como el Fondo de Cultura Económica, Séneca, Ediapsa y Mortis fueron claves a la hora de publicar las obras de los intelectuales españoles exiliados en México tras la Guerra Civil (1936-1939).

María Teresa Rodríguez de Lecea, quien durante dos años investigó en ese país latinoamericano a los filósofos españoles exiliados, explicó que el papel de las editoriales mexicanas consistía en "publicar las obras de la cultura universal, en especial la española; realizar traducciones y difundir la propia producción de los exiliados".

También intervino en el encuentro la hija del escritor Max Aub, quien marchó a México, para recordar el entusiasmo y las ilusiones que ella misma vivió en aquellos años junto a un grupo de jóvenes republicanos, el denominado "Movimiento Español 59".

Elena Aub relató sus hazañas juveniles, guiadas por el ideal de crear una editorial que llamaron "Nuevas Generaciones", aunque sólo editaron un libro, "Soldado y medio".

El novelista mexicano Arturo Azuela, actualmente profesor invitado por la Universidad de la ciudad española de Zaragoza, evocó sus experiencias en su país con los exiliados desde que, siendo aún niño, conoció a un anarquista de la región norteña de Asturias que dirigía la librería "El ancla" y empezó a ir a sus tertulias.

Por su parte, el profesor Gonzalo Santonja discrepó sobre el enfoque reduccionista que se suele dar a la cultura del exilio, pues, a su juicio, después de la Guerra Civil "la verdadera España se fue a México y la anti-España se quedó aquí".

"Cuando se habla de 'estallido cultural' no se tiene en cuenta que un puñado de españoles venía ya trabajando desde los años 30 en la idea de Hispanidad", precisó Santonja, quien dirige el Instituto de la Lengua de la región española de Castilla y León.

Aquellos españoles, dijo el profesor, "enfocaban sus esfuerzos hacia un sentido basado en el sentimiento de cultura común, sentido que se traslada a donde tenga que trasladarse".