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¡Nunca el olvido de la memoria histórica!. Alfonso Aguirre Cabezas - Puerto Real (Cádiz)
EL PAÍS | Andalucía - 17-02-2004 - CARTAS AL DIRECTOR: OPINIÓN DEL LECTOR




Las víctimas que por su fidelidad al régimen republicano en España, debido a la cruentísima represión desatada por quienes se autoproclamaron "salvadores de España" tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 , tienen derecho a que sus esparcidos huesos en miles de fosas comunes sean hallados y obtengan el reconocimiento que nunca tuvieron tras cerca de setenta años del ignominioso trato.

Hay que tributar a los miles y miles de españoles el honor más elemental que reiteradamente les fue negado tras la siniestra y larga posguerra de los 'vencedores' en la horrísona dictadura totalitaria de 1939-1975, que cayó como una implacable losa sobre quienes sufrían el exilio, los 'paseos' que provocaron hasta el asombro del nada dudoso conde Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores de Italia y yerno del dictador Benito Mussolini, al contabilizar entre 200 a 250 fusilamientos diarios a partir del 1 de abril en el país; además de una población reclusa en infrahumanas condiciones no menor a los 300.000 ciudadanos que años después se redujo, por el hambre, las calamitosas situaciones propiciadoras de ingentes enfermedades y los ajusticiamientos provenientes de los deseos y mandatos 'ejemplarizantes' del inquilino de El Pardo, a 15.000. Era el nacional-catolicismo, donde un hombre sólo daría cuenta de sus actos "ante Dios y ante la historia".

Posteriormente y ya recuperadas las libertades en España, ahora tantas veces arrinconada a favor de la 'seguridad' del nuevo orden mundial y el pensamiento único, el pacto de silencio exigido por el consenso durante la transición, donde el ruido de sables desembocó en la 'Operación Galaxia' y sobre todo en el intento de golpe del 23 de febrero de 1981, sustrajeron injustamente la memoria de quienes en el bando perdedor republicano vieron sesgadas sus vidas y el dolor de sus seres más queridos quedó indeleble para tantas familias deshechas, mientras sufren aún el agravio de que en diversos lugares de España se enaltece en lápidas, calles y monumentos el recuerdo de los 'vencedores' de una guerra... como la Cruz de los Caídos en el atrio de la parroquia prioral de San Sebastián de Puerto Real, por una parte de los muertos "por Dios y por España". ¿Y los otros? ¡En las cunetas, en los barrancos!, pese a que tras la aprobación por el 87% largo de votos afirmativos de la vigente Constitución española de 1978 hayan gobernado sucesivos gabinetes de izquierda.