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Víctimas del franquismo
EL PAÍS - Opinión - 11-09-2004 - Luis Miguel Soto López - Toledo




Leo en EL PAÍS de ayer que el Gobierno va a rehabilitar moral y jurídicamente a las víctimas del franquismo, ocupándose, por fin, de manera oficial de recuperar la memoria histórica. Inmediatamente me asalta el recuerdo de mi bisabuelo materno, Victoriano López García, natural de Guadamur (Toledo), persona buena y sencilla, republicano sin exaltaciones ni violencias, muerto en la cárcel de Ocaña creemos que en 1941.

Tuvo la desgracia de poner en pie a una familia que otros se encargaron de aniquilar: su hijo Paulino fue ejecutado en Toledo en 1941, y no se sabe dónde lo enterraron; su hijo Gregorio corrió la misma suerte en la misma ciudad un año antes, y sigue desaparecido; su hijo Esteban trabajó como preso político en la construcción del Valle de los Caídos; su hija Remedios se exilió a Francia y logró reunirse con su marido, que conoció varios campos de concentración en el país vecino; finalmente, su hijo Juan, mi abuelo, estuvo condenado a muerte hasta 1946, fecha en la que abandonó la cárcel, al igual que su mujer, que crió en ella al último de mis tíos.


Con todo y con ello, yo aprendí muy bien en casa el significado de la palabra "España", y hasta que no llegué a la escuela no me enteré de lo que quería decir la palabra "rencor". No sé explicarlo bien, pero creo que hoy, al menos hoy, hay un poco más de justicia.